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30 años después, 3 años más tarde

Una tesis doctoral sobre la teoría del conocimiento del autor de Sein und Zeit

Fuentes: Rebelión

Sacristán, como se indicó, presentó su tesis doctoral en 1959. En sus apuntes para el curso de doctorado 1993-94 de la UB, hablaba FFB de ella en estos términos: 1. Sobre la tesis doctoral MSL leyó su tesis doctoral 2 de febrero de 1959 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de […]

Sacristán, como se indicó, presentó su tesis doctoral en 1959. En sus apuntes para el curso de doctorado 1993-94 de la UB, hablaba FFB de ella en estos términos:

1. Sobre la tesis doctoral

MSL leyó su tesis doctoral 2 de febrero de 1959 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona < buscar información sobre tribunal de tesis y otras circunstancias sobre la misma>>.

Publicación: Las ideas gnoseológicas de Heidegger. CSIC, Instituto Luis Vives de Filosofía. Barcelona, 1959 <>.

En la edición CSIC la tesis tiene 180 páginas en octava. Consta de una introducción, breve (seis páginas) y de cinco capítulos, el último de los cuales está dedicado en parte a los desarrollos heideggerianos de los años cuarenta y cincuenta, y, en parte, a las conclusiones.

Los dos primeros capítulos están dedicados a los puntos de partida del pensamiento gnoseológico de Heidegger: el primero, al modo de ser del sujeto conocedor; y el segundo, al fenómeno del conocimiento. El tercer capítulo se titula «continuidad y consecuencia en el pensamiento gnoseológico de Heidegger». El cuarto está dedicado a la doctrina heideggeriana de la abstracción. Y el quinto tiene, como se ha dicho, dos partes: la primera de ellas estudia las últimas perspectivas gnoseológicas de Heidegger (últimas: hasta 1958); la segunda parte contiene las conclusiones del estudio.

 

Vuelvo a los apuntes de FFB

2.Tema principal del estudio

La Introducción a Las ideas gnoseológicas de H. vuelve a poner en primer plano el tema de las crisis históricas, que ya conocemos, y el papel de la razón en ellas. Caracteriza MSL la situación cultural de entonces (1958) como un momento de nuevo acoso a la razón, con la particularidad de que «en ninguna de las grandes crisis por las que ha atravesado la cultura europea tenían la desesperación y el pesimismo frente a sí, como blanco de sus intemperancias, una razón institucionalizada en ciencia y en otros productos del progreso humano, como es el caso desde el siglo XVIII» (9).

El hecho de que el pesimismo y la desesperación tengan ahora que hacer frente a la ciencia institucionalizada explicaría la dimensión del irracionalismo del siglo XX: que es propiamente un antirracionalismo. Mientras que en otras épocas la protesta contra la razón cristalizó generalmente en la oferta de una vida «suprarracional», ahora se formula como un ataque explícito a la razón, al pensamiento racional y a sus frutos institucionalizados.

Recoge ahí MSL el título de la obra de Georg Lukács (al que, sin embargo, no se nombra ni a lo largo del estudio ni en la bibliografía) aparecida por entonces, y señala que esta tarea de «destrucción de la razón» se inició ya entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX con ciertas manifestaciones románticas hasta llegar al antirracionalismo contemporáneo, de Bergson a Heidegger.

El sentido general de este proceso histórico a la razón, que se resume en cierta «sabiduría romántica» recogida y profundizada por H., suele expresarse, desde las distintas corrientes vitalistas, diciendo que la razón no comprende la vida del hombre (ni su pasado ni su futuro) y lo convierte todo en cosificado presente.

Pero lo que diferencia de otras corrientes anteriores a la corriente filosófica contemporánea de la que es parte Heidegger es que «toma sus temas del pensamiento racional, y precisamente de aquellos dominios del mismo que más profundos progresos arrojan a cada momento» (10): de la biología evolucionista (Bergson) y de la historia y de la ciencia del hombre en su engarce con la cosmología (en el antirracionalismo heideggeriano)

Este es el punto que interesa particularmente a MSL: si hay que considerar digno de estudio el tratamiento de los problemas propios de la razón institucionaliza en ciencia por un saber que no es ajeno a ella, sino que la niega pero ocupándose de sus propios problemas. Precisamente en este enfrentamiento filosófico con la razón , que recorre las obras de Bergson, de Jaspers y de Heidegger, se declaran de manera más o menos coherente (incluso con vocación de teoría a veces) enseñanzas y saberes alternativos sobre la verdad, el pensamiento verdadero, la razón, la abstracción, la lógica, etc. Hay, pues, en el antirracionalismo heideggeraiano abundantes ideas gnoseológicas. Por eso MSL, que en aquellos años estaba especializándose en lógica formal y sentía cada vez mayor interés por la epistemología, considera que es un deber del pensamiento racional estudiar tales ideas en el pensador seguramente más profundo del antirracionalismo contemporáneo.

He aquí, pues, el tema principal del estudio: Qué puede aprender el pensamiento racional de las ideas gnoseológicas de Heidegger (11).

MSL no ignoraba la dificultad del asunto, sobre todo teniendo en cuenta que las descripciones y juicios de H. sobre conocimiento en general y ciencia en particular aparecen en contextos que no son propiamente epistemológicos sino más bien ontológicos (72), lo que complica mucho una discusión entre su «pensamiento esencial» y la tradición del «pensamiento racional».

 

Sobre el concepto de racionalidad en Sacristán, central sin ninguna duda en su obra, estas aproximaciones de diferentes momentos y sobre diversos ámbitos (repárese en la que sigue siendo una deslumbrante aproximación filosófica al teorema de incompletud de Gödel.

Referencias: 1. «Un problema para tesina de filosofía», PM II, p. 354. 2. LE, pp. 298-299. 3. «Sobre el uso de las nociones de razón e irracionalismo en G. Lukács», PM I, pp.98-99. 4.»¿A qué género literario pertenece El Capital de Marx?», mientras tanto nº 66, p. 35. 5. A. «Comunicación a las Jornadas de Ecología y Política», PEYPA, p. 15. 5. B. «¿Qué Marx se leerá en el siglo XXI?», PEYPA, pp. 126 y 128-129. 6. LE, pp. 342-343.

Sobre Bergson, estas tres observaciones.

A. Antirracionalismo contemporáneo (1959)

El saber no-racional que pretende tener la filosofía irracionalista ofrece empero en el antirracionalismo contemporáneo la llamativa característica de tomar sus temas del pensamiento racional, y precisamente de aquellos dominios del mismo que más profundos progresos arrojan en cada momento. Así parte de la biología el antirracionalismo de Bergson, precisamente en los años en que esa ciencia logra la mayor evolución que le ha sido dado cumplir. Y de la historia y de la ciencia del hombre parte el antirracionalismo heideggeriano…

B. Darwin y Bergson (1958)

Sólo cuarenta y ocho años separan la primera edición de On the origin of species...[Sobre el origen de las especies] de la primera edición de L’évolution créatrice [La evolución creativa], cuarenta y ocho años protagonizados por el poderoso empuje dado a las ciencias biológicas por Darwin y por la polémica contra y a favor suyo. La obra más célebre y característica de Bergson no se explica sin el trasfondo de esos descubrimientos y de esa polémica.

C. Influencia en Gramsci (1967)

La gran influencia de estos autores sobre Gramsci, lo mucho que éste refleja, en general, el ambiente cultural de la Italia de la época ha suscitado el tema del «provincialismo» de Gramsci. Recientemente ha criticado Eugenio Garin esa idea del provincialismo de Gramsci («La formazione di Gramsci e Croce» en Critica marxista-Quaderni, nº 3, 1967, págs. 119-133). Garin arguye con razón que la cultura filosófica básica de Gramsci, que incluía también, por ejemplo, a Bergson, no es provinciana, sino característica de una fase de la vida cultural de la Europa del siglo. A lo cual puede añadirse, sin embargo, que tanto el idealismo culturalista crociano cuanto el vitalismo de Bergson han resultado a la postre una especie de provincialismo europeo, arranques sin continuación por la vía que en realidad abriría más tarde el existencialismo.

 

Referencias: 1. A. IGH, p. 24. 1.B. Ibidem, p. 24. 1. C. «La formación del marxismo en Gramsci», PM I, p. 64, n.2.

Continuemos con el punto de vista de Sacristán explicado por su amigo y compañero.

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