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Uri Davis, un líder palestino que nació judío

Fuentes: Le Figaro.fr.

Traducido para Rebelión por Caty R.

Acusado de traición en los medios de comunicación israelíes, Uri Davis es el primer israelí de origen judío miembro del Consejo Revolucionario de la organización palestina Fatah. Este ex militante pacifista ha terminado convirtiéndose al Islam.

Uri Davis, de 66 años, que nació en Jerusalén de padres judíos, inglés por parte de padre y de madre checoslovaca, ha terminado renunciando a su nacionalidad israelí.

Algunos han vuelto a la religión o han girado hacia el nacionalismo. Otros han emigrado. En la historia de la extrema izquierda israelí, la trayectoria de Uri Davis es una de las más singulares. Reflexiona largamente antes de definirse a sí mismo: «Digamos que soy el único palestino no árabe y de origen judío europeo miembro de Fatah… En otras palabras, reconozco mi afiliación a una tribu judía, pero mi lealtad es para los valores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos», explica en un tono didáctico. Elegido el pasado agosto para el Consejo Revolucionario de Fatah en la Asamblea de Belén, Uri Davis es el primer israelí de origen judío que llega a una posición tan alta en el movimiento palestino. Este intelectual ama los términos precisos y describe su itinerario poco común explicando ampliamente las razones que le han llevado de la extrema izquierda pacifista a la militancia palestina.

Con su barba blanca y su tez rojiza, el Dr. Davis, de 66 años, es un personaje peculiar. Nacido en Jerusalén de padres judíos, inglés por parte de padre y de madre checoslovaca, acabó renunciando a su nacionalidad israelí antes de convertirse recientemente al Islam, «por razones personales», cuando el año pasado se casó con una militante palestina.

Uri Davis procede de una corriente pacifista radical. Estudiante de Filosofía en la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue discípulo de Gandhi y Martin Luther King, «pero no marxista, a diferencia de muchos de la época», precisa. Se negó a hacer el servicio militar y se inspiró en el movimiento estadounidense de los derechos cívicos cuyos militantes blancos viajaban a los Estados del sur para tomar parte activa en la lucha contra la segregación. Su combate personal es contra el Estado israelí. A los veinte años militó, en primer lugar, contra la confiscación de tierras palestinas en Galilea para la construcción de la ciudad de Karmiel «para uso exclusivo de la población judía», insiste. Cansadas de su guerra, las autoridades israelíes condenaron a este personaje excéntrico a ocho meses de prisión y le prohibieron viajar al norte de Galilea. «Incluso en prisión, jamás me sometieron a humillaciones: siempre me he beneficiado de un trato especial debido a mis orígenes», dice. «Aunque me vean como un renegado, siempre me consideran un miembro de la tribu. Es una de las constantes de un sistema de apartheid».

«Una forma más sutil de apartheid»

Uri Davis terminó por abandonar su pacifismo en el momento de la guerra de Vietnam. «Entonces comprendí que la resistencia armada, como la del Vietcong o la del CNA en Sudáfrica, podía ser necesaria. Renuncié al pacifismo… Al menos espero seguir siendo antimilitarista», añade. La etapa siguiente fue su enrolamiento en Fatah cuando Abu Jihad, uno de los fundadores del movimiento palestino le invitó a Túnez en 1984. Convertido en dirigente de la representación de Fatah en Londres, prosiguió sus actividades políticas en paralelo con una carrera de profesor en la Universidad de Bradford, en Gran Bretaña. Como los sudafricanos blancos que se unieron al CNA, Uri Davis se consagró a la denuncia de un sistema que asimila con el apartheid y dedicó dos obras a este tema. Este tema inagotable. «Hay que dejar bien clara la diferencia entre racismo y apartheid», insiste. «El racismo es una forma popular de xenofobia, y desde ese punto de vista Israel no es más racista que Estados Unidos o Gran Bretaña… El apartheid es una regulación, por medio de leyes, de las diferencias raciales. Simplemente, Israel es mucho más astuto que Sudáfrica: no tiene esas ridículas leyes segregacionistas. Es mucho más sutil…».

Poco le importa que los palestinos que viven en Israel tengan derecho al voto y estén representados en el Parlamento. «¡Sólo sirven para enmascarar el hecho de que el 80% de los árabes que viven en la Palestina del Mandato no tienen derechos!». Uri Davis está a favor de un Estado binacional, en el que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos, vieja obsesión de los israelíes que temen al final perder el Estado judío, el corazón del proyecto sionista. El Dr. Uri Davis puso fin a su gran distancia ideológica abandonando definitivamente ese sector ultraminoritario de la extrema izquierda israelí para unirse al bando enemigo.

Fuente: http://www.lefigaro.fr/international/2009/11/20/01003-20091120ARTFIG00418-uri-davis-juif-et-dirigeant-palestinien-.php