Traducido del inglés por Agustín Velloso
En casa solía felicitar las Navidades pensando en que durasen.
En prisión, mi deseo es que las Navidades pasen cuanto antes.
En prisión recuerdo a mis seres queridos, mis amigos, mis camaradas y a los solidarios. Todos estáis en mis pensamientos.
En prisión recuerdo las alegres voces de las Navidades. La felicidad tiene una voz única que sólo ella misma sabe orquestar.
Durante las fiestas en prisión siento mi pequeña y al tiempo gran familia. Siento que nuestro amor y nuestra voluntad son cada vez más fuertes.
Las Navidades no reconocen ningún confinamiento, ni muros ni vallas opresoras, sí reconoce la felicidad, la libertad y la justicia que buscamos.
Las fiestas en prisión contienen el dolor y el sufrimiento, pero también el resurgir de la esperanza, la voluntad de la felicidad y la dignidad humana. El dolor y el sufrimiento han de transformarse en rabia que estimule la lucha por la libertad.
Cuando el preso palestino se enfrenta con sus pensamientos libres al opresor de su felicidad, le manifiesta su desprecio, esboza la sonrisa de la victoria.
La obsesión del opresor debe perecer y perecerá, mientras que nuestra felicidad y nuestras fiestas continuarán.
Os deseo unas Felices Navidades y un Próspero Año Nuevo,
Ameer Makhoul