Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
El equilibrio de poderes sobre el terreno en Siria no ha cambiado de forma decisiva ni a favor del régimen ni a favor de la oposición. Prevalece el estancamiento a lo largo de los frentes de batalla, con brechas menores aquí y allá.
Los ataques de acoso y retirada son la estrategia predominante en las zonas calientes, mientras que el resto de las líneas del frente parece disfrutar actualmente de una «declaración de tregua», aunque la calma se ve alterada de vez en cuando por los disparos de algún francotirador o los lanzamientos de mortero. En general, la oposición armada controla la mayor parte de las zonas rurales del país, así como algunos pueblos colindantes con las ciudades, mientras el régimen continúa reteniendo todas las ciudades [importantes] de Siria.
A cada uno de los ataques de cada una de las partes le sigue un contraataque. Asimismo, los beligerantes realizan habitualmente «retiradas tácticas» tan sólo para volver a posicionar sus fuerzas y lanzar nuevos ataques.
Las dos partes invierten a menudo sus roles de combate: Las fuerzas de la oposición controlan una región que anteriormente estaba en poder del régimen antes de que el ejército sirio intervenga para tomarla nuevamente. Lo mismo sucede, pero al contrario, con las fuerzas de la oposición en otras áreas.
En algunos lugares, los enfrentamientos semejan «anillos de fuego». Por ejemplo, cuando la oposición armada estrechó su control sobre Al-Qasir, el régimen intervino poniendo la ciudad bajo estado de sitio. Pero los rebeldes trajeron refuerzos y rodearon a su vez a los sitiadores. El resultado fue que la oposición acabó controlando los «anillos» interno y externo, mientras el régimen controlaba el anillo intermedio.
Mientras tanto, el problema de cómo circunvalar las líneas de asedio puede resolverse siempre con dinero. Cada puesto de control, pertenezca al ejército o a los rebeldes, tiene su propio precio.
Por ejemplo, los guardias de un control en Quseir cobran 4 millones de libras sirias (alrededor de 56.000 dólares) a cambio de desaparecer del mismo durante un período de tiempo acordado. Al-Akhbar ha sabido que algunos soldados del ejército sirio han sobornado incluso a determinados oficiales para que les destinaran a puntos álgidos a fin de aprovechar esas oportunidades.
A nivel militar, el mapa de Siria está dividido en dos áreas principales, que pueden a su vez subdividirse en áreas seguras, áreas menos seguras y áreas calientes, respectivamente. La primera zona comprende las áreas bajo control total del régimen, incluidas las regiones costeras como Latakia (con la excepción de algunas partes de la zona rural), Tartús y Banias. El régimen controla también el gobernorado de Suwaida y las ciudades de Damasco e Idlib.
Por otro lado, la oposición controla el norte y el oeste, así como algunas partes del sur y del este de las zonas rurales de Idlib, además de grandes franjas de campo alrededor de Alepo y Homs. La oposición retiene también la mayor parte de la provincia de Raqqa; gran parte de la zona rural de Hasaka; una parte de Deir al-Sor y sus alrededores; un trozo de la zona rural de Daraa y algunas regiones liberadas de los Altos del Golán.
Mientras tanto, se consideran zonas más seguras al-Maliki, al-Maysat, Abu Rumana, Maseh y Masra [en Damasco], a pesar de las rondas de mortero que caen en sus alrededores de vez en cuando. Lo mismo se aplica a áreas como Karm al-Saitun, al-Sahra y Masarea.
Hay otras áreas de Damasco que se consideran seguras sólo durante el día, incluyendo a Masaken Barseh, Bab Tuma y al-Abasiyin. Por ejemplo, a sólo un kilómetro de la última, los francotiradores de las fuerzas del régimen y los militantes de la oposición aparecen estacionados en lados opuestos.
En la zona rural que rodea Damasco, ha habido enfrentamientos a lo largo de más de dos semanas en Yubar, Samalka, Arbin y al-Moadamiyeh, mientras que Daraya sigue mayoritariamente bajo control de la oposición a pesar de las intensas operaciones que el ejército sirio despliega allí.
El régimen controla ahora la carretera principal que va al aeropuerto, con excepción del cruce que une el este y el oeste de Ghuta, donde hay enfrentamientos ocasionales.
Merece la pena señalar que todas las carreteras internacionales están bajo control del régimen, aunque algunas veces son objeto de ataque por los combatientes de la oposición.
La oposición armada está también presente en al-Hayar al-Aswad, Yarmuk, Sabadani, Daraya y el este y oeste de Ghuta [suburbios de Damasco]. En estos momentos, el régimen y la oposición comparten el control de Yusieh [un pueblo sirio en la frontera con el Líbano].
En el gobernorado de Homs, la oposición controla Talbiseh, Safarana, Rastan y Dar al-Kabireh. Además, la oposición retiene áreas como Buweida, al-Jalidiya, Bab al-Sibaa y la ciudad de Quseir.
La presencia de la oposición se extiende a las afueras de la ciudad de Homs. Aunque estas áreas están casi completamente asediadas por las tropas del régimen, los rebeldes tratan frecuentemente de volverlas a capturar en su totalidad.
Las áreas donde prevalece algún tipo de declaración de tregua incluyen las que se encuentran a lo largo de las laderas de las montañas Qalamun y la carretera Nabaq, que el régimen utilizar para trasladar tropas hacia Homs.
Aunque la zona rural de los alrededores de Hama está controlada en gran parte por la oposición, la ciudad sigue bajo el control del régimen. A muchos integrantes de la oposición les gusta comparar esta ciudad con un «fuerte militar», en referencia a una trinchera recientemente excavada por las tropas del régimen para impedir que nadie entre o salga excepto a través de los cruces que controlan sus fuerzas.
En Alepo hay una situación similar. Aunque el régimen controla el 80% de la ciudad, la mayoría del campo está bajo control de la oposición. Algunos puntos álgidos en este gobernorado son testigos a menudo de operaciones militares, mientras las áreas más cercanas a Turquía disfrutan de una relativa calma, con la excepción de las que están bajo ataque de proyectiles o se ven afectadas por ataques aéreos.
En el centro de Siria, la antigua ciudad de Tadmur (Palmira) sigue en manos del régimen; sin embargo, la oposición controla actualmente los pueblos de los alrededores.
Aunque Banias fue el lugar de algunas de las primeras protestas en marzo de 2011 -inmediatamente después de Daraa-, el régimen ha recuperado la ciudad con la excepción de un corredor que lleva a Jordania que está en manos de la oposición.
Finalmente, el gobernorado de Suwaida [suroeste] es la única zona controlada exclusivamente por el régimen, a pesar del hecho de que el oficial disidente Jaldun Zeinedine, oriundo del área, estableció la denominada brigada rebelde Sultán Basha al-Atrash antes de morir en el campo de batalla.
Fuente: http://english.al-akhbar.com/content/two-years-assessing-facts-ground-syria