Los crímenes más abyectos, más repugnantes, los más antihumanos los tienen en su palmares los sionazis: 70 años matando a cualquiera que pertenezca al noble pueblo Palestino, un pueblo que no ha hecho daño a ningún otro pueblo, que no tiene ni con qué agredir, que se defiende desde antes de esos 70 años de […]
Los crímenes más abyectos, más repugnantes, los más antihumanos los tienen en su palmares los sionazis: 70 años matando a cualquiera que pertenezca al noble pueblo Palestino, un pueblo que no ha hecho daño a ningún otro pueblo, que no tiene ni con qué agredir, que se defiende desde antes de esos 70 años de ocupación criminal, y lo hace sacrificando su propia vida. Cuando reducido a pueblos y ciudades cercadas y apiñado en la cárcel de Gaza protesta tan sólo en las calles y en la frontera de ésta última, cuando las potencias se sumergen en el silencio o en palabras quejumbrosas o de equidistancia cínica, cuando quienes pueden detener y castigar al sionazismo en la personas que ordenan y representan su pensamiento racista y criminal, los pueblos solidarios tienen ante sí mismos la obligada defensa de la causa justa del pueblo Palestino.
En éste 10º viernes del Retorno a Palestina en el que el pueblo reclamaba sus derechos legítimos y los criminales ya habían causado más de 100 heridos, una mercenaria sionazi ha clavado a sangre fría una bala en el corazón de una enfermera voluntaria que, como había hecho desde el primer viernes de la Gran Marcha del Retorno, acudió en auxilio de los heridos. Se llamaba Razan Ashraf Al Najar, su nombre alcanzaba la belleza que alcanza Palestina mártir, podría traducirse como «Nuestra balsa soñada», o, «Nuestro estanque soñado». Ha sido titulada por su pueblo como «El ángel de la Humanidad». Tenía 21 años y un niño de 3 meses.
La asesina ha sido recogida por las cámaras periodísticas riéndose y saltando alegre, su fotografía salió en Facebook y rápidamente Facebook, para ocultar el crimen sionazi, cerró el paso y quitó todas las fotos que iban llegando, la dimensión de su asesinato ha ido aumentando por momentos y ha inundado las redes. De inmediato la población de Gaza multiplicó su presencia y con un arrojo que dejaba el resto de la vida suspendida se lanzó en protesta desesperada a llevar ruedas de caucho al límite de las alambradas, a prenderles fuego, a tirar piedras: ¡las potencias que deben intervenir, qué más quieren que pase!, ¡qué más quieren que pase los organismos internacionales! ¡qué más quieren que hagan los palestinos para que sean respetados sus Derechos! EEUU impide con su voto en el Consejo de Seguridad de la ONU que se condenen los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad cometidos por el ente sionista. El imperio protege a su monstruo.
La sangre de Razan Ashraf Al Najar empapó la tierra y el pueblo de Gaza contiene su dolor y la vida de Razan en sus ojos. En una ocasión declaró a una cámara de tv: «soy una chica pequeña, pero capaz de salvar a un ejército entero». Qué difícil es describir a alguien con tantas cualidades, teniendo 20 años, tan inocente y con tanta entrega a los demás.
La sangre derramada por el pueblo Palestino no quedará impune.
¡Viva Palestina Libre!
Ramón Pedregal Casanova. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.