La ecuación se ha vuelto más clara que antes. Nosotros, los muertos, fuera del ataúd sellado con alambre de espino y cañones de tanque, y ellos, los vivos. Los que luchan con el infierno de los drones y el peso de los escombros, por un puñado de oxígeno, escupiendo sangre y lágrimas sobre todo, todo lo que ha traicionado silenciosa y misteriosamente su derecho a la vida. Todo, sin excepción.
Gaza, la pequeña franja de tierra atrapada entre Israel y Egipto, es el escenario de trágicos sucesos recurrentes. En la guerra de la “Tormenta de Al-Aqsa”, que estalló el 7 de octubre, Gaza ha sufrido intensos ataques aéreos del Ejército israelí, dirigidos contra edificios del gobierno, de medios de comunicación y de civiles, que han causado la muerte de miles de sus habitantes y la destrucción de familias enteras, así como de sus monumentos, hospitales y calles.
Cuando te despiertes por la mañana tras una profunda noche de sueño, recuerda a quienes en Gaza quedaron atrapados entre la muerte súbita y el estruendo de los bombardeos indiscriminados. Los que perdieron a sus familias bajo los escombros, y los que ni siquiera pudieron cerrar los ojos para descansar al menos una hora, temiendo ser las próximas víctimas.
¿Conoces uno de los últimos trucos en Gaza para identificar los cadáveres de los gazatíes si mueren por los ataques aéreos israelíes? ¿Las bombas? Los habitantes de Gaza escriben ahora sus nombres en los cadáveres para poder identificarlos antes de depositarlos en fosas comunes.
Han sido casi tres semanas de bombardeos implacables y salvajes contra barrios civiles. Zonas enteras han quedado arrasadas, pero los aviones de combate siguen persiguiendo lo que queda de los viejos árboles y las piedras. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es la justicia? Hasta ahora, en Gaza han muerto más de 8.500 personas; sus cuerpos siguen bajo los escombros, y casi 20.000 han resultado heridos, y, sin embargo, la máquina de matar sigue aspirando al mayor número de vidas palestinas. Cuando no te veo en el espejo humano, ¿significa que estoy muerta, o simplemente ignoras mi dolor y sigues adelante?
Defines la pesadilla por los escombros y el polvo que se acumulan en tu pecho y llenan tus pulmones exhaustos mientras intentas cerrar los ojos durante 5 minutos y de repente los abres a un mundo de destrucción total. Este asalto mortal no se refiere solo a Gaza o a los palestinos, sino que incluye sencillamente todos los modelos humanos de justicia, derechos humanos y libertad.
Mirando los libros de la biblioteca de casa, el temblor de las estanterías, sus ecos reverberan en los gritos de las víctimas en todas las tragedias. Es muy difícil entre tanta crueldad salvar las obras de Orwell, Kafka, Shakespeare, o incluso Camus, o Nietzsche. Los bombardeos lo atacan todo, incluso las ideas de los pensadores occidentales en los libros y las palabras de poetas y escritores.
El sistema sanitario de Gaza se ha colapsado, y los pocos hospitales que atienden a 2,3 millones de palestinos han dejado de funcionar. Las cirugías se realizan para salvar la vida de las víctimas en los pasillos y sin anestesia. ¿Se oyen los gritos de dolor?
Con cortes de electricidad, agua corriente y suministros médicos insuficientes, Gaza sigue sobreviviendo a la invasión y a la expansión de las atrocidades con su antiguo espíritu oculto. Ayer, 10 panaderías importantes de Gaza fueron atacadas y destruidas, sirviendo a barrios enteros con sus necesidades diarias de pan, y sangre humana mezclada con granos de trigo, y miles de familias perdieron su oportunidad potencial de tener su última comida, quiero decir el último trozo de pan.
Pan, (la última cena). El milagro de la supervivencia no tiene que ver con ninguna (intervención divina), sino simplemente con que Gaza intenta vivir una vida sin derrotas con su espíritu resistente. En los últimos días, Gaza parece estar entrenándose para respirar aire polvoriento entre los escombros, llevar máscaras de oxígeno e incluso hacer señales al mundo del silencio con una mano cortada, en un intento único de crear su propia definición de supervivencia.
Esta guerra no se limita al creciente número de muertos o de hogares, hospitales, panaderías, escuelas y universidades destruidos, sino que sus monstruosos efectos se extienden ahora a los pilares de la cultura, la educación y la esencia de la filosofía de la existencia.
Los brutales ataques contra todas las formas de vida en Gaza dejarán cicatrices muy dolorosas en el futuro, que empezarán a revelarse pronto en diversas formas de pensamiento, arte y escritura.
Los medios de comunicación (internacionales) siguen librando su propia guerra contra Gaza en esta nueva era de avanzada tecnología de la comunicación. Ya no se trata de posible ignorancia; se trata simplemente de estar al lado del asesino y abandonar los valores de neutralidad y justicia.
¿Disfrutaste de tu cena después? Más de 8.500 personas, entre ellas 3.500 niños, en Gaza no lo hicieron, porque simplemente murieron en los últimos días en los ataques aéreos.
Sigo preguntando a mi yo herido, cuando resulta posible durante el continuo bombardeo, [la palabra “después” no es aplicable, simplemente porque esta locura no ha cesado en los últimos 24 días]: ¿Cómo acabará este derramamiento de sangre?
Está claro que no seguirán lanzando sus bombas de fabricación estadounidense sobre nuestras cabezas para siempre, ¿verdad? Incluso si lo hacen y deciden continuar sus ataques aéreos con todas las formas de bombas inteligentes y no inteligentes hasta que se cansen o se aburran, ¿realmente creen que terminará llegados a este punto?
Pienso en todos los familiares, amigos y vecinos que he perdido recientemente durante esta locura bajo los escombros de sus casas. Fue muy duro no asistir a ninguno de sus funerales (la palabra “funeral” es otra que no se puede utilizar en este contexto), ya que miles de residentes de Gaza murieron por las bombas que cayeron durante las últimas tres semanas, y las fosas comunes han sustituido a los funerales por entierros rápidos en medio de los ataques aéreos.
El número de víctimas sigue aumentando, pero es doloroso ver que han quedado reducidas a meros números que se añaden a las estadísticas y a las listas oficiales. Las víctimas que lloramos cada segundo en esta época de locura son en realidad miles de historias y vidas desgarradas. Cada una de sus vidas constituye un duelo interminable y un grito en mi cabeza.
Así es como los recuerdos se graban en nuestras mentes. Sobrevivir a las explosiones es fruto de la pura suerte. Vivir no significa que seas más listo que los demás a la hora de encontrar un refugio, simplemente significa que la bomba no te alcanzó esta vez y puede que vuelva pronto para terminar su mortal trabajo. ¿He dicho refugio? Debe de ser una de las extrañas bromas sobre la seguridad en la turbulenta Gaza.
En esta gran ciudad de la resistencia, no hay lugares llamados refugios, de hecho, ningún lugar puede proporcionar la protección necesaria contra los proyectiles. En Gaza, todos los lugares son objetivos (legítimos) de los cazas israelíes, escuelas, hospitales, casas, mezquitas, iglesias e incluso zonas abiertas como parques y campos.
Kholoud Faqawi es periodista y traductora palestina. Nació y vive junto a su familia en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la franja de Gaza.