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Washington critica a España por la venta de armas a Venezuela

Fuentes: revistaamanecer.com

En otro signo de creciente rivalidad entre EEUU y Venezuela, Washington ha estado intentando bloquear una venta por valor de 1.700 millones de dólares de 8 patrulleras y doce aviones españoles a Caracas alegando que todos ellos contenían tecnología norteamericana. El embajador estadounidense en Madrid, Eduardo Aguirre, confirmó el 23 de noviembre que la Administración […]

En otro signo de creciente rivalidad entre EEUU y Venezuela, Washington ha estado intentando bloquear una venta por valor de 1.700 millones de dólares de 8 patrulleras y doce aviones españoles a Caracas alegando que todos ellos contenían tecnología norteamericana. El embajador estadounidense en Madrid, Eduardo Aguirre, confirmó el 23 de noviembre que la Administración Bush había mostrado sus objeciones a la transacción. «No hemos decidido aún si daremos nuestro permiso para que Venezuela obtenga esta tecnología,» dijo Aguirre. «Esperamos que, al final, la venta no siga adelante.»

Los 12 aparatos -10 aviones militares para el transporte y dos para vigilancia marítima- fueron fabricados por la compañía española EADS-CASA y las patrulleras -cuatro para la vigilancia costera y cuatro para el patrullaje a lo largo de la zona marítima económica exclusiva- fueron construidas por Navantia. Sin embargo, según Los Angeles Times, todos ellos tenían instrumentos y motores que fueron fabricados en EEUU y esto es por lo que las ventas de este tipo de armamento debían ser restringidas, según Washington.

Por su parte, España señaló que las armas vendidas eran defensivas y no conllevaban riesgos para nadie. Los gobiernos venezolano y español afirman que ellas serán utilizadas para luchar contra el narcotráfico y contribuirán a reforzar la seguridad regional. Irónicamente, Washington acusó a Venezuela de no hacer lo suficiente para luchar contra el narcotráfico después de que Caracas suspendiera su cooperación con la Agencia Antidroga de EEUU (DEA) en julio de 2005, tras acusar a la agencia de violar la soberanía de Venezuela.

El sitio pro-Chávez Venezuelanalysis.com señala que «el Centro para los Asuntos Hemisféricos, un think tank con sede el Washington, acusó el pasado 29 de noviembre al gobierno de EEUU de hipocresía, cuestionando que el acuerdo fuera a ser «más amenazador que la venta de F-16 estadounidenses, por valor de 500 millones de dólares, a Chile, que tiene el potencial, plenamente demostrable, de fomentar una carrera de armamentos con Perú y Argentina.» El Centro señaló que a pesar de «la supuesta preocupación estadounidense por un incremento en la cantidad de armas en la región, Washington continúa suministrando ayudas militares a los países del área. La ayuda militar en el año fiscal 2005 equivalió a 860 millones de dólares.» EEUU ha sido siempre el principal suministrador de equipos militares a Venezuela. Esto era del interés de las corporaciones estadounidenses, que obtuvieron grandes beneficios por tales ventas.

Por su parte, el presidente Hugo Chávez ve el acuerdo político como un paso adelante en la relación de su país con España. Con el fin de maximizar el significado político de la venta, Caracas condicionó la aprobación del acuerdo a la presencia del ministro de Defensa español, José Bono, en la ceremonia de la firma. El ministro español visitó la capital venezolana el 28 de noviembre con algunos directores de las corporaciones españolas que fabricaron estos sistemas de armas. En el palacio presidencial de Miraflores, Bono manifestó que el gobierno español estaba protegiendo los intereses españoles -el acuerdo es la mayor venta de material militar de la historia de España- y que 900 puestos de trabajo serán creados en varias ciudades españolas debido a este acuerdo. «Ésta no es ya la hora de los imperios. Hay sólo un imperio que deba ser obedecido: el imperio de la ley,» manifestó Bono en referencia a la oposición norteamericana al acuerdo. 

Chávez apreció la «firmeza del gobierno español a la hora de resistir el ataque imperialista, que intentó ejercer presión» para evitar la venta de aviones y barcos a Venezuela. «Me gustaría dar nuestro reconocimiento al Rey D. Juan Carlos, a mi amigo José Luis Rodríguez Zapatero, al ministro de Defensa José Pepe Bono y a toda España,» dijo Chávez.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha intentado reforzar sus vínculos comerciales con Venezuela. La compañía Repsol es una de las siete corporaciones que han sido invitadas recientemente a explorar el Cinturón del Orinoco, en el este de Venezuela, en busca de petróleo.

Crisis en las relaciones entre EEUU y Venezuela

El acuerdo entre España y Venezuela llega en un mal momento para las relaciones entre Washington y Caracas. En noviembre de 2005, Chávez advirtió a Washington que Venezuela podría entregar cazabombarderos F-16 con tecnología secreta norteamericana a Cuba y China debido a la negativa del Pentágono a cumplir su acuerdo con Caracas para vender piezas de repuesto a Venezuela. «El gobierno norteamericano está socavando y negándose a cumplir un acuerdo. Ellos nos vendieron estos aviones, y ahora no quieren vendernos las piezas de repuesto. Retrasan la entrega o nos envían piezas de repuesto diferentes. Utilizan todos los trucos posibles para hacer que nuestros aviones no puedan ser operativos,» declaró un portavoz del gobierno estadounidense al periódico mexicano El Universal. Por su parte, el Pentágono acusó a Chávez de no permitir inspecciones en los aviones para asegurarse que se están siendo mantenidos en un medio ambiente seguro.

En agosto de 2005, durante un programa de televisión en EEUU, el reverendo evangélico ultraconservador Pat Robertson -que se encuentra muy cercano a los ideólogos de la Administración Bush- hizo un llamamiento sorprendente en favor del asesinato de Chávez sin tener más tarde ningún tipo de problema con la justicia norteamericana. El asesinato de Chávez «sería mucho menos costoso que dar comienzo a una guerra,» señaló. En septiembre, Chávez informó públicamente sobre la existencia de algunos planes norteamericanos para invadir Venezuela.

En realidad, la Administración Bush se siente consternada por el fracaso de la oposición pro-norteamericana de Venezuela, que en los últimos seis años ha sufrido once derrotas electorales consecutivas, a pesar de todas las campañas mediáticas en contra del gobierno de Chávez. Finalmente, la oposición -que carece de cualquier legitimidad popular- decidió boicotear los recientes comicios legislativos. Serias sospechas recayeron entonces sobre el gobierno de EEUU de ser el principal instigador de este nuevo intento de desestabilizar Venezuela.

El pasado año, Venezuela reforzó también su relaciones con Rusia y China. Rusia ha vendido ya helicópteros militares, aviones MIG-29 y 100.000 fusiles de asalto AK-103 y AK-104 (los actuales modelos del famoso AK-47 Kalashnikov) a Caracas, lo que permitirá a los venezolanos reforzar sus controles fronterizos para evitar infiltraciones de terroristas o mercenarios procedentes de Colombia. Caracas está también interesada en desarrollar sus vínculos con la Unión Europea con el fin de reducir su dependencia económica de EEUU. Venezuela, el quinto mayor productor de petróleo del mundo, continúa siendo uno de los principales suministradores de crudo a EEUU a pesar de las diferencias diplomáticas entre ambas naciones.