Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
«Las experiencias pasadas nos enseñaron cuán frágiles e importantes son los valores de la coexistencia», declaran desde el Museo de la Memoria en respuesta al edicto firmado por varias docenas de prominentes rabinos.
El Museo de la Memoria Yad Vashem condenó el martes un edicto religioso firmado por docenas de rabinos en el cual prohíben a los judíos alquilar casas a los gentiles, y calificó de «severo revés a nuestros valores tanto como judíos y como seres humanos en un Estado democrático».
«Las experiencias pasadas nos enseñaron cuán importantes, y al mismo tiempo cuán frágiles, son los valores básicos de la coexistencia y el respeto entre los seres humanos», dijo el vocero del Museo refiriéndose al edicto de los religiosos que, evidentemente, apunta a la vasta minoría palestina.
«Sabemos que el pueblo judío, que supo de sufrimientos, persecuciones, ostracismo y revocación de los derechos básicos, fijó su posición en varias oportunidades y con expresiones diferentes de las que hoy escuchamos en ese edicto, sobre estos asuntos».
El dirigente y rabino de la comunidad ortodoxa no jasídica, el rabino Yosef Shalom Elyashiv, también denunció el edicto religioso. «Ya dije otra vez que hay que mantener los lapiceros alejados de ciertos rabinos», remarcó. «Es interesante que estos mismos rabinos sionistas apoyan simbólicamente la venta de sus tierras a gentiles, durante el año sabático de la tierra». Se refiere al ciclo de siete años cuando las tierras destinadas a la agricultura se dejan en barbecho.
Ahora toca el turno de expresarse y fijar posición política a los dirigentes del Estado. Ni el ministro de justicia Ya’akov Ne’eman ni el fiscal de la nación Yehuda Weinstein respondieron a un pedido llamando a la acción de la justicia. Dirigentes de segunda línea indicaron que el asunto quedará desdibujado después de algunas negociaciones.
Un grupo de figuras públicas, intelectuales y académicos pidieron al fiscal general de la nación, Yehuda Weinstein, que suspenda inmediatamente de todo cargo público a cualquiera de los rabinos que hayan firmado el documento, aquéllos que «pisotean el compromiso asumido en la Declaración de la Independencia sobre la cual se fundó Israel, llevan el judaísmo al racismo y rompen abiertamente la ley que prohíbe la incitación al racismo». El grupo de firmantes, que incluye a los profesores Yaron Ezrahi, Chaim Gans y Joseph Agassi, el autor teatral Joshua Sobol y los autores Sefi Rachlevsky y Yoram Kaniuk, hicieron llegar a Weinstein, unas semanas atrás, un pedido semejante con respecto al rabino de Safed, Shmuel Eliyahu, por haber hecho un llamado parecido. Por haber perdido el tiempo, por negligencia y por una débil respuesta a quienes quebraron la ley, el fuego saltó desde un carbón encendido, de rabino a rabino, y amenaza con incendiar todo el bosque», escribieron los intelectuales en su petición.
El periódico Haaretz preguntó a Weinstein el miércoles pasado, a través del vocero del ministerio de justicia, si se iba a adoptar una posición sobre el edicto de los rabinos o se iba a hacer un pedido de investigación criminal. El vocero manifestó dudas y que «el tema ya se había transferido a importantes profesionales y se tratará con la debida urgencia». Fuentes del el ministerio de Justicia dijeron que el tema debe tratarse sin revelar la postura oficial. La Comisión de Servicio Civil dijo que solamente los principales rabinos son empleados del Estado y están subordinados a sus leyes, mientras que los rabinos municipales están sujetos al concilio religioso. La jefatura del rabinato es responsable de los asuntos concernientes a la ley judía y a los temas profesionales relativos a los rabinatos municipales. Teóricamente los dos rabinos jefes pueden convocar a los rabinos municipales para una audiencia declaratoria si el fiscal general llega a la conclusión de que se han excedido en su autoridad o si actuaron de forma inapropiada. Raramente ha ocurrido esto. Oded Weiner, director general de la jefatura del rabinato, dijo a Haaretz que la institución «hace un gran esfuerzo para el diálogo interreligioso, en el mundo y con la Auoridad Palestina». Pero añadió: cada rabino en su ciudad dice lo que le dicta su corazón».
Weiner dijo que en el pasado los rabinos jefes manejaban estos asuntos, discretamente, con las personas involucradas. «Yo no he visto la carta municipal que firmaron los rabinos», dijo. «Cuando recibimos una situación de cualquier barrio, estoy seguro de que los rabinos jefes y el Concilio del Rabinato principal consideran el problema». Agregó que el Rabino Principal Yona Metzger no llevaría el tema al Concilio por propia iniciativa.
Yad Vashem es el nombre del Museo de la memoria (N. de T.)