En el manual escolar francés «Venga» (Hachette), hay una doble página titulada «Héroes del siglo XXI». A la izquierda, vemos la imagen del laureado tenista Rafael Nadal, bajando las escaleras en medio de un equipo de niñas aplaudiéndole; a la derecha, encontramos a la bloguera Yoani Sánchez frente a su ordenador portátil cómodamente instalada en su […]
En el manual escolar francés «Venga» (Hachette), hay una doble página titulada «Héroes del siglo XXI». A la izquierda, vemos la imagen del laureado tenista Rafael Nadal, bajando las escaleras en medio de un equipo de niñas aplaudiéndole; a la derecha, encontramos a la bloguera Yoani Sánchez frente a su ordenador portátil cómodamente instalada en su oficina. El manual interroga a los alumnos: ¿Por qué es famosa Yoani Sánchez?
Se propone al alumno entender por qué estos dos personajes son famosos. Entonces, se hace oír la grabación de un testimonio de Yoani Sánchez con el fin de que responda a las siguientes preguntas: 1) ¿Quién es la persona entrevistada? 2) ¿Por qué es famosa? 3) ¿Qué quieren saber los periodistas?
Se entiende pues que la figura Yoani Sánchez sería «heroica» porque publica críticas al sistema político cubano a través de un simple blog, esquivando la «censura» de las autoridades, retransmitiendo la información a un público occidental sensible a los «problemas de la pequeña isla». Su actitud sería «heroica» porque representaría el valor último de las democracias occidentales: la sacrosanta libertad de expresión. En el caso de que la foto y el texto no fueran lo suficientemente convincentes, la grabación de audio del testimonio de Yoani Sánchez está ahí para crear un sentido de empatía hacia la opositora al «régimen»…
Pero el manual evita explicar que Yoani Sánchez no es una simple «opositora política» prodemocracia y derechos humanos, sino que al contrario, representa sobre todo los intereses de un país extranjero. En efecto, en un cable de Wikileaks revelado el 7 de septiembre de 2011, las conexiones frecuentes de Yoani Sánchez con Michael Parmly, exjefe de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA), se pusieron en evidencia (1). Es sin duda gracias a los medios ofrecidos a Yoani Sánchez, por estos garantes de la democracia y los derechos humanos que son los representantes de los Estados Unidos, que ella ha sido capaz de ofrecer tribunas a nivel internacional y darse a conocer entre las masas.
Especialmente cuando se aborda a la figura de Yoani Sánchez este libro de texto no planteará esta contradicción flagrante: ¿por qué todos los medios europeos están tomando una posición tan clara sobre política extranjera y critican con unanimidad las informaciones procedentes de Cuba, asimilando los comunicados oficiales de su Gobierno a la propaganda? ¿Qué pasa con el código deontológico y el trabajo periodístico de los medios de comunicación cubanos o venezolanos?
¿Cuál es el sistema que la periodista Yoani Sánchez, esa «heroína del siglo XXI» desearía ver desaparecer? Aquel donde el periodismo no se considera una actividad comercial, como un negocio «pues la empresa significa negocio y periodismo quiere decir esfuerzo intelectual, del pensamiento. Y si la libertad de prensa debe ser apreciada en cualquier sector, no es por alguien que hace negocios con la libertad de la prensa, sino por aquel que -gracias a ella- escribe, dirige la opinión y trabaja con las ideas». (2)
¿Cuál es el sistema que debería reemplazarlo? El de un periodismo donde el objetivo principal sería el de «vender a Coca-Cola tiempo de cerebro humano disponible», como afirmaba Patrick Le Lay, expresidente de la cadena francesa TF1 en 2004:
«Hay muchas maneras de hablar de la televisión. Sin embargo, en una perspectiva de «negocio», seamos realistas: básicamente, el trabajo de TF1 es ayudar a Coca-Cola, por ejemplo, a la venta de su producto (…). Así, para que un anuncio sea percibido, es necesario que el cerebro del espectador esté disponible. Nuestros programas están diseñados para que esté disponible: es decir, para entretener, para relajarse a prepararlo entre dos mensajes. Lo que vendemos a Coca Cola es tiempo disponible de cerebro humano (…). Nada es más difícil que la obtención de esta disponibilidad. Aquí es donde radica el cambio permanente. Debemos buscar constantemente los programas que funcionan, seguir las modas, surfear sobre las tendencias, en un contexto donde la información se acelera, se multiplica y se banaliza» (3).
Recapitulemos. Al glorificar la figura de Yoani Sánchez, el manual escolar «Venga» omite decir que Estados Unidos ha financiado su carrera de periodista y que le ofrecieron los medios para llegar a ser «famosa». Al mismo tiempo es necesario que el manual «Venga» censure la visión original de la revolución cubana de la profesión periodística y los esfuerzos realizados en la promoción de la educación y la cultura, creando especialmente el Instituto Cubano de Cine y promoviendo documentales y películas de alta calidad pedagógica.
Sobre todo no convendría que el alumno comparara ese modelo con el nuestro europeo, donde la propiedad de los medios está en manos de unos pocos multimillonarios que ponen su propaganda a favor del consumismo, la violencia, el sexismo y la guerra… Porque todos lo sabemos: nosotros los occidentales vivimos en un sistema democrático donde la libertad de prensa funciona de maravilla…
Notas:
- Michael Parmly, «Consenso On Line: An Impartial Forum In Cuba», cable 07HAVANA622, United States Interests Section, 28 juin 2007
- Fidel Castro, 7 de junio de 1959, Colegio de Periodistas
- «Le Lay: «nous vendons du temps de cerveau»», L’OBS, L’OBS, 11 juillet 2004
Traducido por Carles Acózar para Investig’Action
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.