Ron Magill funcionario del Zoo Miami visitó durante seis días a Cuba y después de su regreso a Estados Unidos ha declarado que se siente muy orgulloso de sus raíces cubanas. La noticia ha recorrido gran parte de Estados Unidos aunque posiblemente se conozca poco en la ciudad de Miami porque los medios de […]
Ron Magill funcionario del Zoo Miami visitó durante seis días a Cuba y después de su regreso a Estados Unidos ha declarado que se siente muy orgulloso de sus raíces cubanas.
La noticia ha recorrido gran parte de Estados Unidos aunque posiblemente se conozca poco en la ciudad de Miami porque los medios de comunicación, por la relevancia que esto tiene para los cubanoamericanos, no quieren darla a la luz.
El temor es que con esas buenas nuevas, cada vez son más las personas que desean que la administración estadounidense acabe de eliminar todas las leyes que conforman el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y se permita libremente los viajes de norteamericanos a la Isla del Caribe.
La noticia ofrecida por la CBS indica que Magill estuvo seis días en la isla, conoció a sus habitantes y vio lugares donde nació su padre quien murió hace 24 años. Yo tenía él anhelo de ver la tierra de donde mi padre procedía, quería ver lo que, en todo caso, Cuba tuvo que ver con él, y yo puedo decir que nunca he estado más orgulloso de mis raíces cubanas, dijo Magill. Afirmó que se debatió si debía o no tomar el viaje, pero al final, aseguró, «Fue la mejor decisión que he tomado.» V iajó a la Isla acompañado de funcionarios de otros zoológicos de Estados Unidos con una visa norteamericana especial, que permite un leve acercamiento pueblo a pueblo y lo hizo en su tiempo libre.
Recorrió, junto los funcionarios del zoo de Philadelphia y del Bronx, el Parque Zoológico de La Habana, y puntualizó que todo el grupo de estadounidenses quedó impresionado con las condiciones de salud y de vida de los animales del monumental espacio dedicado al cuidado y mantenimiento de la instalación. «Fuimos a la zona de la pradera africana y es la mejor exhibición de llanuras y animales de ese continente que he visto en mi vida», es una extensa región que tiene elefantes, rinocerontes, hipopótamos, jirafas, antílopes y cebras donde todos viven juntos. Eso es inaudito», recalcó Magill. Cuando se le preguntó si era posible que hubiera sido una visita preparada para impresionar a los estadounidenses, Magill dijo: «Eso cabe en lo posible, pero no se podrían mostrar en tan poco tiempo, animales sanos.» Y añadió: «No se puede decir, bueno, los estadounidenses están llegando asegurarse de que los animales se vean saludables, porque si un animal padece hambre o esta insalubre, eso no es una cuestión que se resuelva en varias semanas». Magill explicó que s i bien la infraestructura del Zoológico de La Habana necesita ayuda, significó que estaba impresionado con la capacidad de los cuidadores del zoológico que hacen gran parte de su trabajo a caballo. «Echo de menos a mi padre todos los días», dijo Magill, conteniendo las lágrimas. «Después de haber ido a Cuba y hablar con estas personas y escuchar sus historias, sus bromas y sus risas me recordó a mi padre, así que este viaje me mostró que Cuba siempre será una parte de lo que soy y parte del orgullo de quién yo soy, lo que me he dado cuenta por haber realizado este viaje».
Moraleja: una cosa es leer u oír lo que le dicen los medios de comunicación occidentales y en particular los de Miami y otra es ver con sus propios
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.