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¿15M en París? También en España necesitamos otro 15M para ganar una democracia real

Fuentes: Rebelión

El 31 de Marzo, después de una manifestación sindical contra la Ley Laboral de Hollande, en medio del frío y la lluvia se produjo una intentona de acampada al estilo 15M en Paris. Fue desalojada por los policía. Los jóvenes que acamparon van ha seguir intentándolo. La tentativa de emular la experiencia española ha sido […]

El 31 de Marzo, después de una manifestación sindical contra la Ley Laboral de Hollande, en medio del frío y la lluvia se produjo una intentona de acampada al estilo 15M en Paris. Fue desalojada por los policía. Los jóvenes que acamparon van ha seguir intentándolo. La tentativa de emular la experiencia española ha sido silenciada por la prensa del sistema.

¿Porqué los jóvenes franceses quieren repetir el 15M? Las acampadas en otros lugares del mundo esta confirmando que el 15M español no fue una manifestación más, la clave esta en que fue original en sus formas y radical en sus demandas.

Entre sus éxitos sabemos que el 15M fue indignación porque expresaba el descontento de una juventud sin futuro, fue premonitorio porque anunciaba el colapso del régimen del 78, fue rupturista porque exigía una democracia real denunciando al bipartidismo monárquico, fue propuesta porque abría un camino para construir una nueva constitución desde abajo, mediante un proceso constituyente.

Sabemos también que el 15M no fue casualidad, el 15M venia desde muy lejos; era la memoria viva de las nuevas y viejas batallas de la clase trabajadora, era la esperanza de quienes habían perdido una casa donde vivir, un trabajo para comer, era el grito mudo de una sociedad desposeída por el sistema.

El 15M fue el primer aldabonazo de un ciclo de luchas que persistió con nuevas formas de lucha; la Plataforma contra los desahucios, las Mareas contra la pérdida de los servicios sociales, el movimiento contra el paro y los recortes, las Marchas de la Dignidad exigiendo pan, trabajo,vivienda y proceso constituyente.

Ninguna de las demandas de las grandes movilizaciones sociales han sido satisfechas por el régimen, sin embargo la historia con su recovecos hizo que un largo ciclo electoral interrumpiera este formidable movimiento.

Entonces, la ilusiones electorales dejaron en segundo plano el proceso de ruptura con un régimen corrompido hasta las entrañas. Pero, al igual que las mentiras la ilusiones sembradas en las campaña electorales tiene las patas muy cortas.

Attenti al lupo, viene otra ola de recortes

Ayer otra noticia vino a confirmar lo que ya sabíamos, el gobierno ha debido reconocer la verdad, el año pasado se ha superado en más de un punto el déficit presupuestario exigido por las autoridades europeas.

En otras palabras los tratados que nos encadenan a Europa, obligarán a aplicar una ola de recortes superior a los 24 mil millones de euros. Ante esta verdadera afrenta a nuestra soberanía es importante recordar que en febrero de este año, Julio Anguita encabezo una larga lista de ciudadanos que enviaron una carta publica al congreso de los diputados.

El documento pedía básicamente dos puntos; desvincular a España del Tratado de Estabilidad de la UE y derogar la Ley de Estabilidad financiera española que nos obliga a aceptar el «diktat» de la Europa alemana.

Pues bien ninguna fuerza política representada en el Parlamento respondió, simplemente porque ninguna, repito ninguna, fuerza política se ha atrevido hasta el momento, ha impugnar los tratados del austericidio.

Por tanto, es hora de no equivocarse; las promesas electoral siguen siendo cuentos chinos para engañar a inocentes. Tal como están las cosas no importa el gobierno que salga de interminables conciliábulos políticos; el nuevo gobierno deberá sacar la tijera para cercenar nuevamente los derechos sociales.

En consecuencia si la ciudadanía prosigue hipnotizada por el culebrón de los pactos entre la vieja y la nueva clase política, lo siguiente será llorar sobre la leche derramada.

Todo esto ocurre mientras los medios del sistema repiten hasta el cansancio que vivimos en una democracia «representativa». En realidad la verdad empieza hacerse sentido común, la democracia en España y en Europa no es más que un «reality», un carnaval de mascaras, un bonito escaparate para encubrir, bajo un tupido velo, a quienes realmente mandan; La Banca, la Troika, Bruselas.

En momentos como este las consignas del 15M adquieren más significado que nunca; necesitamos una democracia que no sea de pacotilla. Una Democracia Real es aquella donde el pueblo tiene el derecho a decidir sobre todo lo que le afecta y concierne, donde su voluntad no es secuestrada por representantes, estén en Madrid o en Bruselas; eso es una Democracia Real.

A costa de una gran sufrimiento social hemos aprendido que no hay Democracia Real sin soberanía económica. Un estado realmente democrático requiere del control sobre la moneda, sobre los recursos energéticos y estratégicos, sobre las fuentes de alimentación, sobre las políticas económicas y sociales.

Hemos aprendido también que para ganar una Democracia Real es necesario sumar fuerzas para reactivar las movilizaciones sociales porque sin ganar la calle «la casta» eternizará su régimen corrupto.

Hay un intenso cabreo en el aire de esta primavera, más allá de las ilusiones electorales los pueblos y las naciones de España necesitamos otro 15M. Hay una Revolución pendiente; se llama Ruptura Democrática, se llama Procesos Constituyentes, se llama el pueblo Decide.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.