El día 16 de Abril es el Día de los Prisioneros Palestinos, su existencia está presente en casas, calles, ciudades y pueblos de Palestina. Al invasor le es imposible borrar la Historia, las cárceles sionistas no tienen la solución que pretenden sus guardianes, por el contrario, dan continuidad a la lucha por la independencia de […]
El día 16 de Abril es el Día de los Prisioneros Palestinos, su existencia está presente en casas, calles, ciudades y pueblos de Palestina. Al invasor le es imposible borrar la Historia, las cárceles sionistas no tienen la solución que pretenden sus guardianes, por el contrario, dan continuidad a la lucha por la independencia de Palestina. Los colonizadores lo saben porque se horrorizan ante la posible independencia del país invadido, por eso redoblan su deshumanización, capturan niños y niñas, ancianos, hombres y mujeres, los cuelgan en jaulas al aire en las cárceles, sin juicio, sin pruebas, les da igual, sus jefes llaman a matar palestinos, escriben órdenes de detención, de encarcelamiento, han hecho presos a más de 850.000 desde 1967, y han causado más de 5.000.000 millones de refugiados, a esto hay que sumar el 1.800.000 que mantiene en el presidio de Gaza.
Hablar de los prisioneros palestinos en Israel tiene una particularidad, en Israel hay cárceles conocidas, que se sabe dónde están, y las hay secretas, que no se sabe dónde están. Por encima de ellas se encuentran las leyes coloniales creadas para detener y encarcelar a la población autóctona: 1.500 leyes creadas exprofeso y que aplican el ejército israelí y los tribunales militares. El gobierno sionista ha dispuesto otra ley que hace legal la tortura en cárceles, cuarteles y comisarías, con lo que el 25% de la población palestina ha sido sometida a tormentos de todo tipo. Tanto sus leyes, que situan en la ilegalidad a todo tipo de organizaciones palestinas, incluidas las que participan en las negociaciones de paz, como sus cárceles y torturas, han estado siempre en contra del Derecho Internacional. La Cuarta Convención de Ginebra (1949), la Declaración Universal de los Derechos Civiles y Políticos (1966), y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Tortura, Malos Tratos y Degradantes (1948), declaran que la tortura es un delito, y que Israel viola todos estos acuerdos internacionales por lo que hace a los prisioneros palestinos, y que las condiciones mismas de detención son contrarias a los mínimos establecidos en los Principios de las Naciones Unidas en 1955 y 1990.
En noviembre de 2001 el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura denunció a Israel. La tortura supone la violación de los artículos 31, 32, y las disposiciones 146 y 147 del Cuarto Convenio de Ginebra, y prohíbe en el artículo 76 el traslado de los prisioneros palestinos fuera de los territorios ocupados, alejándolos de sus familias y negando los permisos a éstas para salir de los territorios ocupados, convirtiendo esos territorios en una cárcel.
En estos momentos hay más de 7.500 prisioneros y prisioneras, que incluyen niños desde los 7 años.
La Coalición Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos manifestó en su Declaración Final del Congreso celebrado en Berlín en 2015, lo siguiente:
Después de pasar mucho tiempo discutiendo los asuntos de los detenidos’ y las peligrosas infracciones de sus derechos por parte de la potencia ocupante, la conferencia concluyó con varias propuestas sugeridas por los participantes:
1. Alentar a los firmantes de la IV Convención de Ginebra para empujar a Israel como un estado ocupante a implementar la convención ya mencionada en los Territorios Palestinos Ocupados.
2. Transmitir a la Corte Penal Internacional archivos relativos a los crímenes de guerra cometidos por Israel contra los detenidos
3. Examinar la posibilidad de que la Asamblea General de las Naciones Unidas pueda formar un tribunal especial de acuerdo con el artículo 12 de la Carta de las Naciones Unidas, que le permita revisar en el tema de crímenes contra la humanidad que pueden haber sido perpetrados contra los detenidos.
4. Solicitar una opinión consultiva de la CIJ con el fin de determinar las posibilidades legales de los detenidos.
5. La conferencia concluyó además pidiendo y alentando actividades de apoyo a enfermos, mujeres y menores detenidos, así como los miembros encarcelados del Consejo Legislativo Palestino (CLP). También instó a la necesidad de hacer pública la cuestión de los «cementerios Número», es decir, cementerios israelíes diseñados por muertos y mártires asesinados y detenidos palestinos, y pidió la devolución de sus cuerpos. También hizo hincapié en la necesidad de ampliar la escala de la campaña internacional para liberar a los presos, parar la detención administrativa, y liberar a los parlamentarios secuestrados, miembros del PLC.
6. La conferencia confirmó el derecho de los detenidos a la educación, y para escribir y publicar su propio patrimonio intelectual y cultural en calidad de detenido. También insistió en el derecho de los detenidos para hacer uso de la exposición «velas de la libertad», que se ha organizado por el Centro Abu Jihad.
7. Coordinarse con las delegaciones de los países participantes en la conferencia con el fin de organizar más actividades y campañas internacionales en solidaridad con los detenidos; sobre todo, la creación de una Conferencia en Estados Unidos y América Latina en solidaridad con los presos.
Israel no tiene salida, y es por eso por lo que su ejército formado por mercenarios llegados a Palestina desde lugares ajenos al país, desnaturalizados y deshumanizados, cumplen los crímenes para los que se les arma con total serenidad. Ya sabe por qué el ente israelí sale en las encuestas como el gobierno más despreciable del mundo.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», «Dietario de crisis», y «Gaza 51 días». Es presidente de Amane, Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales.
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