Recomiendo:
0

1º de Mayo en Tenerife

Fuentes: Rebelión

Decenas de trabajadores de Sanidad de los grupos C, D y E abandonaron una huelga de hambre a finales de la semana pasada. Los trabajadores de CCC realizaron una marcha hace unas dos semanas para protestar por el despido masivo que prevé realizar la multinacional SAB Miller en su centro de Tenerife para trasladar la […]

Decenas de trabajadores de Sanidad de los grupos C, D y E abandonaron una huelga de hambre a finales de la semana pasada. Los trabajadores de CCC realizaron una marcha hace unas dos semanas para protestar por el despido masivo que prevé realizar la multinacional SAB Miller en su centro de Tenerife para trasladar la producción a la fábrica de Gran Canaria. Los metros cuadrados donde se ubica la fábrica valen oro, por su extensión y futura edificabilidad. Han despedido a más de una decena de trabajadores en una fábrica de colchones en Güímar.

Los trabajadores de la manipulación de alimentos (handling) de Iberia tienen los días contados en las Islas. A los empresarios canarios, listos como siempre para invertir la Reserva de Inversiones, y que montaron una empresa con 35 millones de pesetas para gestionar otra que facturaba más de 5.000 millones y que se privatizaba, Binter Canarias, les importa bien poco el futuro de esos trabajadores y sus familias: van a tener su propia empresa de manipulación de alimentos, como ya participan en empresas de manipulación de información.

Los trabajadores de la Enseñanza en todos sus niveles, desde el Universitario hasta las escuelas concertadas, se movilizan para solicitar mayor estabilidad laboral y reconocimiento de sus salarios, una equiparación en el caso de los universitarios para no quedar vendidos a la arbitrariedad de unos examinadores que no son examinados.

Miles de trabajadores inmigrantes trabajan clandestinamente (en negro) en el campo canario, en el sector de la construcción y en el sector servicios. Se actualiza la Encuesta de Población Activa (EPA) y emergen por arte de magia miles de personas sin empleo, hasta llegar a la cifra de 120.000 desempleados en Canarias, sin contar los que trabajan sin contrato ni alta en la Seguridad Sociales. Las protestas sociales se mantienen en Tenerife desde el pasado 27 de noviembre y el Gobierno central amplía la RIC dos años más para que los empresarios puedan lavar y amortizar tranquilamente sus beneficios mediante esa abstracción que es la Deuda Pública, pero los sindicatos celebran el 1º de Mayo como si nada de esto estuviera sucediendo.

CCOO y UGT, con miles de delegados sindicales, apenas congregan a unas 300 personas frente a un templo al consumo en Santa Cruz, y sus secretarios generales, compañeras, compañeros, lanzan sus discursos y después, camaradas delegados, nos vemos en las guaguas aparcadas frente al Cabildo, que nos llevarán al restaurante donde volveremos a celebrar el éxito de la convocatoria.

Son esos mismos sindicatos (en Canarias junto a IC, la patronal y el Gobierno autonómico acuerdan la Concertación) que pactarán en Madrid con la CEOE, en nombre y en representación de todos, de todos los trabajadores, estén afiliados o no a esos sindicatos, el acuerdo marco que regirá las condiciones laborales de esos trabajadores. ¿Con qué legitimidad? ¿Son democráticos esos sindicatos mayoritarios autodenominados de clase? ¿Qué clase de sindicatos son? ¿Cómo se atreven a pactar las condiciones de vida, el sueldo con que llegarán millones de familias a fin de mes, si entre las principales organizaciones sindicales no suman en afiliación ni el 15 por ciento de la masa de trabajadores en todo el Estado?

Mientras CCOO y UGT proseguían con sus discursos frente al Parque Boulevard, Intersindical Canaria celebraba la mayor manifestación que tuvo lugar el 1º de Mayo de 2005 en Santa Cruz por el tradicional recorrido de la manifestación del Día Internacional de los Trabajadores, con salida desde la Plaza de la Paz. La inercia de otros años llevó a muchos trabajadores, ante la ausencia de información, a la Plaza de la Paz y algunos bajaron hasta la Plaza del Príncipe, donde habitualmente se ha celebrado, otros años, el acto final del 1º de Mayo.

Y al llegar allí, se encontraron con otro discurso, menos alejado de la realidad: «En luchas y batallas con brujas y ladrones a todos siempre venzo con golpes de mi espada, té, té, té; té, chocolate y café. El cuento se ha acabado, los buenos han vencido y a todos ha gustado, gritad fuerte conmigo: té, chocolate y café». Decenas de niños aplaudieron sin ser conscientes que detrás del telón unos titiriteros llevan repitiendo la misma cantinela toda la vida. Y que volverán el año que viene.