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¡2015, año del terrorismo mundial!

Fuentes: Rebelión

Finaliza un año en el calendario conocido mundialmente, pero nadie hace referencia al calendario del terror, que solo cosecha muerte y destrucción. Ese calendario que el sionismo lo tomó prestado de la historia y lo adoptó a sus planes acorde a lo más sangriento para la humanidad. De ello estableció la mentira y la falsedad […]

Finaliza un año en el calendario conocido mundialmente, pero nadie hace referencia al calendario del terror, que solo cosecha muerte y destrucción. Ese calendario que el sionismo lo tomó prestado de la historia y lo adoptó a sus planes acorde a lo más sangriento para la humanidad. De ello estableció la mentira y la falsedad de datos para conseguir que ese calendario sea el que marque los días negros de la historia desde la creación.

Aterrizaron con sus garras de cuchillos y su pico de espada en la tierra que vio nacer al palestino por excelencia, Jesucristo, que dotó a la palabra PAZ, el sentido que debería tener: AMOR entre los seres humanos. Ellos traerían sus hojas de calendario marcadas y manipuladas por química barata comprada en mercadillos, mostrándolas al imperio del mal, cegado por seguir dominando el globo, éste, las incluía en su fórmula «Judeocristiana». Los hijos de la Gran Britania del principio del siglo pasado, no dudaron en adaptarse al nuevo calendario y seguir los instintos básicos del mal. Para ello quisieron matar dos pájaros con un tiro, liberarse de los «judíos» (ve la Europa racista de entonces) y marcar la zona del levante árabe como territorio del antiguo imperio romano zona reconquistada.

De este modo nace la alianza del mal entre el sionismo y el colonialismo, en una convivencia que dura hasta nuestros días, siguiendo las hojas del falso calendario de la fórmula «Judeocristiana». Entonces, estas hojas se llenaron con marcas de agua de mitos fantásticos para seducir a los incautos, ciudadanos de países que a primera se supone que eran civilizados, para luego caer en la trampa y convertirse en incívicos y bárbaros al servicio del sionismo.

El año del calendario sionista no finaliza porque sus hojas caen por pasar días naturales, sino porque los mitos que por su peso, las hojas no los aguantan, caen directamente al basurero de la historia. El último mito que cae, es a manos de arqueólogos sionistas-israelíes: «No hay pruebas históricas de la pertenencia de Jerusalén a los judíos». El renombrado arqueólogo sionista-israelí Wanklestein ha reclamado, a pesar de las afirmaciones oficiales de Israel, que no hay absolutamente ninguna prueba histórica de la presencia de judíos en Jerusalén ocupada, en el pasado. Y así hasta que caigan todas las hojas, las y los palestinos seguirán aguantando las garras de cuchillos y el pico de espada de este monstruo, creado a medida del colonialismo occidental, arropado y alentado por el imperio del mal.

Si queremos calificar este año que termina en el calendario oficial, año del terrorismo mundial, hemos de seguir apuntando a ese terrorismo subyacente en el otro calendario que rige las acciones del sionismo y el colonialismo. Dos siameses que siguen llenando la tierra de terror a escala mundial en todos los ámbitos: sociales, económicos, religiosos, literarios, artísticos… etc. Dos siameses que siguen utilizando sus resortes de propaganda y de influencia económica para mantenerse en su dominio, atormentando a la humanidad.

Ocuparon mi patria,

expulsaron mi pueblo,

anularon mi identidad.

Y me llamaron terrorista.

Confiscaron mi propiedad,

arrancaron mis frutales,

demolieron mi casa.

Y me llamaron terrorista.

Legislaron leyes fascistas,

practicaron el odiado apartheid,

destruyeron, dividieron, humillaron.

Y me llamaron terrorista.

Asesinaron mis alegrías,

secuestraron mis esperanzas,

esposaron mis sueños.

Cuando rechacé todas las barbaridades,

ellos… ¡mataron un terrorista!

Mahmoud Darwish

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.