Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández .
Las fuerzas sirias, con el apoyo de Rusia, han intensificado los bombardeos sobre Idlib y provincias vecinas (Foto: Agencia Anadolu)
Las Naciones Unidas han advertido sobre la crisis humanitaria desencadenada en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, mientras las potencias occidentales exigen que Siria y su aliada, Rusia, proporcionen garantías de que no van a seguir atacando escuelas y hospitales.
El Coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, que participó el pasado viernes en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, declaró que llevaba meses preocupado por la escalada de la situación en Idlib.
«En septiembre pasado, el secretario general de la ONU subrayó que era absolutamente esencial evitar una batalla a gran escala en Idlib, porque podría desatarse una pesadilla humanitaria como ninguna otra que hayamos visto en Siria», dijo Lowcock.
«Cuando les informé aquí el 18 de septiembre, dije que un ataque militar a gran escala podría provocar la peor tragedia humanitaria del siglo XXI. A pesar de nuestras advertencias, nuestros peores temores se están haciendo realidad».
La ONU advirtió que tres millones de civiles están en situación de riesgo ya que las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad, respaldadas por los rusos, han lanzado una ofensiva a escala total.
El Consejo se reunió en una sesión de emergencia para hablar sobre el aumento de los combates en la región de Idlib que ha despertado todas las alarmas sobre un inminente asalto general que podría conducir a una catástrofe humanitaria.
La sesión en Nueva York se convocó cuando los Cascos Blancos, un grupo de rescate voluntario que opera en zonas controladas por los rebeldes de Siria, manifestaron que habían muerto al menos seis personas y que otras 15 habían resultado heridas en los ataques aéreos de las fuerzas progubernamentales sobre Idlib.
Cuatro civiles perdieron la vida en Maarat al-Numan y otros dos en la cercana Kafarruma, según declaraciones del portavoz del grupo.
El viernes, la agencia oficial de noticias siria SANA dijo, acerca de otro incidente distinto, que las baterías de la defensa aérea siria en Damasco habían interceptado proyectiles provenientes de Israel y habían derribado a varios de ellos.
Los habitantes de la ciudad dijeron que se escuchaban fuertes explosiones por toda la capital, mientras que la televisión estatal mostraba imágenes del cielo nocturno con un punto de luz ardiendo y sonido de disparos. No hubo informes inmediatos de víctimas o daños materiales ni tampoco comentarios por parte de Israel.
«Necesitamos respuestas»
La violencia en Idlib ha hecho añicos el alto el fuego negociado por Rusia y Turquía que llevaba en vigor desde septiembre.
Rusia ha apoyado firmemente al gobierno de Asad en los ocho años de guerra, mientras Turquía respaldaba a las facciones rebeldes.
Durante las últimas tres semanas, más de 180.000 personas han tenido que desplazarse debido a la reciente violencia, dijo Lowcock, que ha matado también a alrededor de 160 personas.
Mientras tanto, al menos 18 hospitales y clínicas han quedado destruidos o dañados por los ataques aéreos y de artillería, varios de los cuales figuraban en las listas de «objetivos prohibidos» de la ONU que detallan las ubicaciones exactas de las instalaciones sanitarias en zonas en conflicto, dijo el jefe de ayuda de la ONU al Consejo de Seguridad.
Lowcock dijo que 49 centros de salud habían suspendido parcial o totalmente sus actividades, algunos de ellos por temor a los ataques, mientras que 17 escuelas habían sido dañadas o destruidas y muchas más cerradas.
Al pedir el fin de los ataques, Gran Bretaña y Estados Unidos presionaron a Rusia y Siria para que brindaran garantías al Consejo de que no iban a continuar bombardeando.
«Rusia y Siria son los únicos países con aviones sobrevolando la zona», dijo la embajadora británica Karen Pierce al Consejo. «Creo que necesitamos ya una respuesta».
«Si la respuesta son las fuerzas aéreas rusa y siria, les pido a los dos embajadores aquí presentes que nos ofrezcan seguridades de que los ataques van a detenerse».
El embajador en funciones de Estados Unidos ante la ONU dijo que Rusia y Siria eran responsables de los ataques a instalaciones sanitarias y dijeron que era «muy alarmante» que algunos estuvieran en las listas de «no objetivos».
Al hablar desde la sede de la ONU en Nueva York, el editor diplomático de Al Jazeera, James Bays, dijo que los miembros del Consejo sentían la necesidad de abordar el tema de Idlib en una reunión abierta después de que los intentos de abordarlo a puerta cerrada parecieran fracasar.
«Algunos miembros del Consejo confiaban en que al plantear la situación en Idlib en una reunión cerrada hace una semana, tal vez a los rusos no les gustaría la presión ejercida sobre ellos y que eso podría provocar su retirada de aquella.
«Ahora han decidido que ese planteamiento no funcionó y el bombardeo de los rusos y la fuerza aérea siria ha continuado. Por ello, han pasado al nivel siguiente, que es elevarlo a una reunión abierta con la esperanza de que algunos países, como China…, puedan ser capaz de contener a rusos y sirios».
Pero Rusia alegó que los hospitales y otras infraestructuras civiles no estaban siendo atacados y subrayó que las operaciones militares tenían como objetivo acabar con los «terroristas».
«Rechazamos categóricamente las acusaciones de violaciones del derecho internacional humanitario», dijo el embajador ruso Vassily Nebenzya en el Consejo.
«Ni el ejército sirio, ni la fuerza aérea siria, ni Rusia, están llevando a cabo hostilidades contra civiles o infraestructura civil».
«Nuestro objetivo son los terroristas», dijo.
Hayat Tahrir al-Sham (HTS), exafiliado de al-Qaida en Siria, que figura en la lista de terroristas de la ONU, controla la mayor parte de la provincia de Idlib, así como algunas zonas en las provincias vecinas de Alepo, Hama y Lataquia.
Ataques «deliberados» contra escuelas y hospitales
Mientras tanto, unos 70 grupos dedicados a la ayuda humanitaria pidieron el fin inmediato de la lucha en Idlib, diciendo que las condiciones han llegado a un «punto crítico».
Los grupos dijeron que la violencia ha obligado al menos a 16 organizaciones humanitarias a suspender sus operaciones en la región, y agregaron que el personal se vio obligado a desplazarse y que las instalaciones resultaron atacadas.
En unas declaraciones realizadas en la reunión del Consejo de Seguridad, Amnistía Internacional pidió a los Estados miembros que presionaran a Rusia por el ataque «deliberado» de las instalaciones sanitarias y educativas y que se ponga fin a la «carnicería» de civiles.
«Bombardear los hospitales que realizan sus funciones médicas es un crimen de guerra», dijo Lynn Maalouf, directora de investigación para Oriente Medio de Amnistía Internacional.
«Hasta ahora, la comunidad internacional no ha hecho gran cosa para proteger a los civiles sirios de los horrores de este conflicto», dijo.
El personal de cuatro hospitales en Idlib y Hama comunicó a Amnistía que sus instalaciones habían sido atacadas a pesar de compartir sus coordenadas con los gobiernos de Siria y Rusia.
Corroborando las declaraciones de la ONU, la organización Physicians for Human Rights manifestó haber verificado que durante las últimas cuatro semanas las fuerzas del gobierno sirio y sus aliados rusos han llevado a cabo nueve ataques contra hospitales e instalaciones médicas.
Los grupos de la ayuda humanitaria declararon que al menos 15 instalaciones sanitarias y 16 escuelas habían resultado dañadas o destruidas significativamente. Y que al menos dos trabajadores de la sanidad habían muerto asesinados.
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