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Beisbol, futbol y otras pasiones: el deporte, ¿termómetro de la sociedad cubana?

Fuentes: Temas

Comparado con el sexo o la religión, el deporte es un fenómeno medular en el mundo contemporáneo y ha sido caracterizado desde las ciencias sociales como un medio de expresión de los rasgos distintivos de una sociedad. En ello coincidieron los panelistas invitados al espacio Último Jueves de la revista Temas, para hablar de Béisbol, […]

Comparado con el sexo o la religión, el deporte es un fenómeno medular en el mundo contemporáneo y ha sido caracterizado desde las ciencias sociales como un medio de expresión de los rasgos distintivos de una sociedad.

En ello coincidieron los panelistas invitados al espacio Último Jueves de la revista Temas, para hablar de Béisbol, Fútbol y otras pasiones: Yumilka Ruiz, destacada voleibolista cubana y campeona olímpica; Rudens Tembrás, profesor de la Facultad de Comunicación y subdirector de Comunicación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, el escritor y Premio Nacional de Literatura, Leonardo Padura, y Reinier González, popular comentarista deportivo.

¿Qué nos dice el deporte masivo y su discusión acerca de nosotros mismos?, preguntó al panel Rafael Hernández, director de la revista, y moderador de este espacio de discusión, con sede habitual en el Centro cultural Fresa y Chocolate.

El politólogo invitó a debatir sobre las pasiones deportivas, y en qué medida estas reflejan los problemas sociales y culturales de una nación. ¿Puede (y debe) la pasión deportiva contribuir a enriquecer la cultura cívica?, indagó.

Para Yumilka Ruiz, gloria del deporte cubano, el deporte es una forma de vida sana», un modo de bienestar y diversión, que nos permite además conocer y compartir la cultura. Practicarlo de modo masivo es a su juicio positivo para el ser humano en todos los sentidos.

«El deporte es uno de los grandes inventos de la humanidad, con el que las personas pueden deportarse y entregarse a un estado lúdico» y forma parte de un entramado político y económico determinado. Es un fenómeno que hoy no tiene barreras geográficas y está presente en la vida de las personas de manera muy diversa, consideró por su parte el periodista Rudens Tembrás.

A su juicio, el deporte tiene probados beneficios psicológicos, físicos, potencia valores como el compañerismo, la sana rivalidad, y la búsqueda de esfuerzos, también en su versión de consumo y producto industrial. «Porque hay más millones de personas que consumen el deporte en un enlatado de televisión que aquellos que lo practican».

Sin embargo, ese impacto positivo también está marcado por flagelos. «Si en el deporte originario, donde la esencia era jugar, divertirse, mejorar físicamente hacer relaciones; en la postmodernidad este fenómeno no escapa del dopaje, la extrema mercantilización, y el fraude», apuntó Rudens Tembrás.

«De acuerdo con el profesor, hay países donde el Estado ha querido controlar la actividad con una mirada humanista que tribute al sentimiento nacional y otros donde se han impuesto las lógicas del capital alrededor del deporte. En ese paisaje, el concepto de nación se ha ido trasladando en no pocas ocasiones y sustituyendo por el concepto de clubes. «Articular un sistema de deporte de naciones con uno de clubes es extremadamente difícil», explicó.

«No puede ser un espacio desregulado porque es un vehículo sólido para cuestiones ideológicas culturales y políticas», agregó.

Deporte y nación, un solo debate

El escritor Leonardo Padura, desde esa «relación visceral» que declaró tener con la pelota y luego de rememorar sus primeros 18 años de vida, en los que dedicó «más tiempo a jugar béisbol que a cualquier otra cosa» colocó la mirada en un fenómeno histórico: «la práctica del béisbol a finales siglo XIX y su incidencia e importancia en nuestra cultura, idiosincrasia y el sentimiento de pertenencia del cubano».

«El béisbol no pertenece solo a la cultura, sino a la espiritualidad cubana», sentenció. Lo que en el siglo XX se expandió como un fenómeno de masas, se heredó en 1959, cuando se produce un corte histórico importante en Cuba con el triunfo de la Revolución, dijo el novelista. «En el año 1960 desparece la liga profesional y en 1961 surge la serie nacional. El gran milagro deportivo cubano es que la gente que llenaba los estadios para ver a equipos como Almendares o Marianao, esas mismas personas, empiezan a ir al estadio a ver equipos nuevos y jugadores desconocidos. Asistían al espectáculo de la pelota que masivamente volvió a ocupar un espacio en la realidad e imaginario cubanos».

De ahí que el escritor pusiera en la mesa de debate una preocupación: la crisis del béisbol cubano. «Estamos hablando no solo de ocio, salud o deporte sino de un componente cultural del cubano en peligro «.

En ese sentido, Reinier González recalcó que el deporte masivo refleja la salud mental, espiritual de los individuos, pero también de una sociedad.

Todo debate alrededor de las pasiones que genera, el comentarista lo consideró como positivo -siempre que mantenga el respeto-, enriquecedor y democrático, «más en el contexto del uso de las redes sociales».

Uno de los mayores debates en este ámbito se mueve en torno a los resultados competitivos, y si Cuba podrá volver a colocarse en los lugares que una vez estuvo. «En la situación socioeconómica del país, es muy difícil», mencionó.

Para Padura, no hay práctica deportiva sin pasión. «Todas las disciplinas con pelota excepto el béisbol son la reproducción de una batalla en la que un ejército trata de tomar el castillo del enemigo, la portería, la canasta, invadir la cancha contraria. El béisbol es racionalista y el que más veces regresa a casa es el que gana».

«Esa pasión deportiva tiene muchas maneras de manifestarse. En un país tan civilizado como Inglaterra no hay nada más incivilizado que un fanático del fútbol inglés», comentó.

Lo preocupante es que esa pasión comience a desaparecer; es quizá la muestra de que los deterioros de la sociedad llegaron al deporte, reflexionó.

La cultura física resultó otro de los temas más debatidos, en un escenario donde las familias no promueven la práctica de ejercicio en sus hijos y en las escuelas no se asume con total responsabilidad. «Esa misma falta de cultura se traslada al debate público, donde se carece de integralidad para analizar el elemento clave que genera esa «pasión»: la calidad deportiva», explicó Rudens.

Cualquier análisis del deporte cubano en los últimos 30 años tiene que-en su opinión- analizar la sociedad o está fuera de contexto y se vuelve estéril. «Hay explicaciones que no están en el ámbito del deporte, ha fallado la industria, el sistema educativo, los medios, las familias…Se le ha estado preguntando demasiado a un sector, y no a la sociedad en su conjunto».

«La discusión en el deporte funciona como una válvula de escape, y muchas veces en los debates en las redes sociales, hablando de deporte se incluyen también otros temas que no son precisamente deportivos», apuntó el periodista.

El gran reto es que esa polémica enaltezca la nación, y ello nace de resultados que llenen las expectativas de la gente. «Habría que preguntar a la nación en el contexto del siglo XXI si quiere ser una potencia deportiva, ocupar primeros lugares, contratarse en el exterior, tener deporte para todos. Uno presume una respuesta positiva pero hay mucho que explorar», refirió.

Respecto al debate béisbol-fútbol en el país, Tembrás comentó que cada día hay una audiencia alistada, ordenada, y conocedora del fútbol en el país, pero no es algo que ve reñido con el béisbol.

«El que lo vea como elemento contaminante no ha entendido, si bien hay que ponderar el béisbol, trazar políticas y ordenar otras que den más posibilidad de jugar pelota», señaló.

«Deporte para todos significa capacidad de hacer deporte, instalaciones, reglas, orden, medallas. ¿Puede nuestra economía solventar ese modelo o estamos hablando de actividad física?», reflexionó el profesor.

Destacó que en el proceso de elaboración de los Lineamientos de la Política Económica y Social muchas personas reclamaron el hecho de que no se hablara del deporte de alto rendimiento en los documentos. Hubo que modificar el concepto. «Entonces la nación tiene como encargo el deporte para todos, la actividad física y las medallas y eso tiene un costo».

Antes teníamos un modelo burbuja que funcionó, pero el escenario del deporte a nivel internacional cambió. «Hay que hacer dialogar un modelo de deporte que piense en el municipio y en la escuela nacional de formación de atletas de alto rendimiento con el modelo de clubes», dijo.

A buscar fórmulas convocó Padura, porque «en un país donde la masividad del deporte se perdió, el futbol se traga la pelota, y eso es un hecho. No se trata de menos fútbol sino de más béisbol», expresó.

Otras preocupaciones como el estado o desaparición de terrenos, el sexismo en el deporte, el acceso a los instrumentos, la necesidad de motivación de las personas, así como el reto que la emergente y acelerada industria de los videojuegos supone para el deporte tradicional, estuvieron en el debate.

Yumilka Ruiz comentó al respecto que no todo puede dejársele al movimiento deportivo cubano. La pasión también comienza, sin satanizar a las tecnologías, por sacar nuestros niños y niñas al aire libre a practicar deportes, concluyó.

Fuente: http://www.temas.cult.cu/catalejo/beisbol-futbol-y-otras-pasiones-el-deporte-term-metro-de-la-sociedad-cubana