Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Una vez más, todo lo que ocurra en el futuro en Siria en los frentes político y militar depende de la nueva batalla de Alepo. La ciudad y sus alrededores, con el influjo de refugiados internos, puede haber llegado a albergar hasta tres millones de personas.
Siempre se trata de Alepo
Lo que pasa es que, esencialmente en el terreno, Alepo oeste es controlado por Damasco, mediante el Ejército Árabe Sirio (SAA, por sus siglas en inglés).
Algunas de las partes del norte son controladas por los kurdos del PYD, que están mucho más involucrados en la lucha contra el EI que Damasco. También sucede que el PYD es considerado como un aliado objetivo del Gobierno de Obama y del Pentágono, para disgusto de Erdogan, el ‘Sultán’ de Turquía.
El este de Alepo es la clave. Es controlado por el denominado Ejército de la Conquista, que incluye Jabhat al-Nusra, también conocido como al-Qaida en Siria, y el grupo salafista Ahrar al-Sham. Otras partes orientales son controladas por los «residuos» (copyright Donald Rumsfeld) del Ejército Libre Sirio (ELS), que se negó a colaborar con el Ejército de la Conquista.
En Washington, todos estos son considerados de alguna manera como «rebeldes moderados».
El evento más importante en el campo de batalla de Alepo es que el SAA -con crucial ayuda rusa- ha matado al líder de Jabhat al-Nusra Abu Suleiman al-Masri, alias Mahmud Maghwari, un egipcio cuyo asesinato era deseado por El Cairo desde hace tiempo.
Adicionalmente, varios cientos de combatientes chiíes iraquíes, bajo la supervisión del comandante de la Fuerza Quds iraní Qasem Soleimani, han sido transferidos de Latakia a Alepo. Y una aguerrida brigada blindada de Hizbulá de 3.000 miembros también participará.
Lo que se prepara es una especie de ofensiva en el sur. Esas fuerzas no convergerán solo hacia Alepo sino, en una segunda etapa, tendrán que preparar el terreno hasta la frontera turca-siria, que ahora es una zona de exclusión aérea de facto controlada por los rusos.
El objetivo supremo es cortar las líneas de aprovisionamiento para todo protagonista salafista o salafista-yihadista, desde los «rebeldes moderados» al EI. Es el significado de la insistencia de Moscú en la lucha contra todo tipo de terrorismo, sin distinción. No importa que el EI no sea el principal protagonista en y alrededor de Alepo.
Para todos los efectos prácticos, toda la campaña siria está ahora bajo el control operativo, táctico y estratégico ruso, por cierto con una participación estratégica clave iraní.
La coalición Rusia-Siria-Irán-Iraq-Hizbulá en Siria -también vinculada al centro de inteligencia «4+1» en Bagdad- tiene una gran probabilidad de ganar la próxima batalla de Alepo si cumple tres condiciones;
1) Cobertura aérea rusa coordinada con inteligencia en tierra para todas las operaciones (es un hecho); 2) Apoyo popular (también es un hecho; la población urbana suní en Alepo, en su mayoría empresarios, apoyan a Damasco); 3) Soldados de infantería experimentados, por lo menos 15.000 en marcha, considerando la contribución de Iraq e Hizbulá.
Predeciblemente, existe otra coalición que no está exactamente satisfecha con la manera cómo se desarrolla el campo de batalla.
La principal central eléctrica de Alepo, a 25 kilómetros al este de la ciudad, es controlada por el momento por el EI. Por demencial que parezca -a pesar de todo, toda la tragedia siria es demencial- existe un acuerdo informal entre Damasco y el falso «Califato», los terroristas obtienen un 60 % de la electricidad, y el gobierno 40 %. A fin de cuentas, todos, incluso los decapitadores, blandos o de algún otro modo, necesitan energía.
Por lo tanto, ¿cómo ayudó la ‘Coalición de Oportunistas Marrulleros’ -que incluye Turquía, Arabia Saudí y Qatar junto a EE.UU.- a la lucha contra el EI? Bueno, bombardearon la central eléctrica de Alepo hace poco más de una semana. Eso significa bombardear la infraestructura civil de Siria -un flagrante crimen de choque y pavor al estilo de 2003- cuyas víctimas forman parte en su mayoría del «pueblo sirio» tan apreciado por ‘Excepcionalistán’.
Lo que suceda en el campo de batalla dentro y alrededor de Alepo en las próximas semanas será esencial para definir el frente diplomático. Tal como están las cosas, Bashar al-Asad ya entendió el mensaje de Moscú. Está dispuesto a discutir cambios de la Constitución y a realizar elecciones parlamentarias y presidenciales. Pero primero los «4+1» necesitan un logro importante en el campo de batalla.
Incluso el Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry, ha cambiado su cantinela después de hablar con el ministro de Exteriores ruso Sergey Lavrov: cualquier solución política implica la participación de Damasco así como la «oposición patriótica».
No obstante, los «patriotas» del ELS, no han comprendido. Lavrov comprometió explícitamente a Moscú a ayudarles -aunque han sido armados a través de Turquía y Jordania para combatir contra Damasco- mientras combatan contra el EI. Predeciblemente, esos «patriotas/rebeldes moderados» desdeñaron la oferta de Lavrov.
Otro absurdo diplomático es la ausencia de Irán en la mesa de negociaciones debido a la aguda paranoia de la Casa de Saud. Los generales y consejeros iraníes son un componente clave en las operaciones terrestres, en el análisis de la inteligencia terrestre, y en todo el marco estratégico en Siria.
En cambio, Washington y Riad siguen insistiendo en el aumento del apoyo a esos invisibles «rebeldes moderados» – después del encuentro de Kerry con el Rey Salman en Riad. El Departamento de Estado, por una vez adicto al suspenso, no especificó lo que significa «apoyo». Sobra decir que significa más entrenamiento por la CIA y más misiles antitanque TOW, que difícilmente serán utilizados contra el EI.
El ballet diplomático probablemente continuará durante esta semana. Justo a tiempo cuando la crucial batalla de Alepo aumente su intensidad.
Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia Times/Hong Kong, analista de RT y TomDispatch, y frecuente colaborador de sitios en la red y programas de radio que van de EE.UU. a Asia Oriental. Nacido en Brasil, ha sido corresponsal extranjero desde 1985 y ha vivido en Londres, París, Milán, Los Ángeles, Washington, Bangkok y Hong Kong.
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article43257.htm