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Israel mantiene desde hace décadas la política de retener los cadáveres de los palestinos asesinados

Fuentes: Ma'an News

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos


Se está volviendo a poner en tela de juicio el trato que da Israel a los muertos palestinos y el impacto que esto tiene en quienes están vivos ya que el gobierno sigue reteniendo los cadáveres de 22 palestinos asesinados tras ataques a israelíes el pasado mes de octubre.

El hecho de no devolver los cadáveres a sus familias (una política que las autoridades israelíes supuestamente habían interrumpido a finales de la segunda Intifada) ha provocado una controversia entre los altos cargos israelíes y ha generado protestas masivas en la ocupada Cisjordania

Según el Comité nacional palestino para la recuperación de los cadáveres de los mártires, Israel retenía desde octubre un total 33 cadáveres de palestinos y desde entonces se han devuelto once.

La mayoría de los cadáveres retenidos pertenecían a palestinos que habían matado o herido a militares y civiles israelíes en ataques, pero tanto las Naciones Unidas como Amnistía Internacional han puesto en tela de juicio que otros palestinos hubieran participado en ataques cuando murieron.

La semana pasada un funeral conjunto celebrado en Hebron de cinco palestinos (todos ellos menores de 18 años) sacó a la calle a miles de personas en lo que los dirigentes israelíes calificaron de un «acto nacionalista».

Según los medios israelíes, el ministro de Defensa israelí Moshe Yaalon (que en un primer momento había aprobado la devolución de los cadáveres la semana pasada después de que estos fueran considerados una «carga y no una baza») afirmó el domingo que la Autoridad Palestina no había respetado un acuerdo con Israel por el que se prohibían los funerales masivos de cadáveres devueltos a las familias.

Se informó de que Yaalon había afirmado durante una reunión del gabinete de seguridad que había decidido detener temporalmente la devolución de los cadáveres de los palestinos de Hebron y que si la Autoridad Palestina incumplía su promesa de evitar los funerales masivos, Israel no devolvería los cadáveres restantes y los sepultaría dentro de Israel.

Todos los pasos que diera la Autoridad Palestina (AP) (que ya goza de un profundo resentimiento popular) para acabar con la asistencia masiva a los funerales probablemente no haría más que provocar una frustración aún mayor entre los palestinos por cooperar con Israel.

«Hacerles sufrir»

Entre los cadáveres palestinos retenidos desde octubre hay diez de Hebron, diez de Jerusalén (incluidos los cadáveres de cuatro menores) y uno de al-Naqab (Negev), según Salwa Baker Hammad, la portavoz del Comité nacional palestino para la recuperación de los cadáveres de los mártires.

A lo largo de los años Salwa ha visto a decenas de familias palestinas apelar al Tribunal Supremo israelí para tratar de recuperar los restos de sus familiares.

Salwa Baker Hammad afirma que a pesar de las razones políticas que pueda tener esta política el único resultado que ella ha visto es el sufrimiento de las familias. «Conocí al padre de Bayan al-Esseily, la chica de 17 años de Hebron, antes de que recuperáramos su cadáver. Una semana antes parecía un demente. Nos dijo: ‘Quiero ver a mi hija, no puedo dormir, no puedo comer’. Le hicieron sufrir».

Salwa afirmó que el hecho de retener los cadáveres impide que la familia musulmana pueda cumplir con sus tradiciones referentes al entierro y la oración, y les obliga a transgredir sus costumbres religiosas.

Salwa declaró a Ma’an que ella cree que la razón principal de que Israel haya devuelto los once cadáveres es la presión internacional y la presión de las comunidades palestinas locales que se manifestaron para pedir la devolución.

También afirmó que la temprana edad de los cinco palestinos devueltos a Hebron la semana pasada probablemente también contribuyó a su liberación, así como el hecho de que dos de los devueltos fueran los cadáveres de adolescentes palestinas.

«Todas las familias afirman que la AP podría haber negociado para obtener los cadáveres pero que en realidad no confían en absoluto en la AP. Creen que si ellos mismos no hubieran presionado a la AP esta no habría hecho nada».

Sin embargo, las 22 familias que todavía esperan los cadáveres de sus seres queridos corren peligro de sumarse a los cientos de otras familias palestinas a las que Israel ha negado los restos de sus familiares.

Cadáveres anónimos

Israel mantiene desde hace mucho tiempo «cementerios para los enemigos muertos», también llamados «cementerios de números», en los que están enterrados en tumbas sin nombre pero marcadas con números palestinos muertos en ataques a israelíes.

Se cree que Israel mantiene unos 262, sin incluir los 19 cadáveres de palestinos enterrados dentro de Israel durante y después de la guerra contra Gaza de 2014 y los 22 retenidos desde octubre

Según un informe conjunto de [las organizacines israelíes de defensa de los derechos de los palestinos] Hamoked y B’Tselem, aunque desde la década de 1960 se ha enterrado cadáveres palestinos [en cementerios entro de Israel], en las primeras décadas esta práctica era bastante incoherente.

Después de un ataque suicida contra la colonia judía de Netzarim en Gaza Sen 1994, Israel empezó a retener regularmente los restos de los perpetradores palestinos [de esos ataques]. Este ataque tuvo lugar poco después de la primera Intifada y fue el primero de muchos otros, ya que las diferentes fuerzas políticas palestinas emprendieron una resistencia palestina armada contra la ocupación israelí durante la segunda Intifada entre 2000 y 2005.

En aquel momento Hamoked y B’Tselem informaron de que el motivo principal del cambio de política en 1994 fue el potencial que tenía para castigar a quienes habían organizado esos ataques ya que los ataques suicidas hacían imposible castigar a quienes los habían llevado a cabo.

El gobierno también quería impedir los funerales y el reconocimiento social de los «terroristas» instigadores, una política que según quienes era críticos con ella tenía el efecto contrario. También estaban sobre la mesa las posibilidades potenciales que tenía el utilizar los cadáveres en futuras negociaciones con los grupos políticos palestinos.

En 2004 esta política cambió radicalmente por razones no declaradas. Según Hamoked, el Estado puso como condición para devolver los cuerpos a sus familias que fueran identificados científicamente, generalmente por medio de una prueba de ADN pagada por la familia.

Entre los llamamientos por parte de Hamoked y otros grupos para que Israel devuelva los cadáveres, a lo largo de los años han salido a la luz varios casos en los que Israel no puede localizar los cadáveres que tiene.

El año pasado Hamoked documentó importantes deficiencias por parte de las organizaciones de seguridad israelí en relación a la gestión de los restos de los palestinos, lo que llevó a nombrar una comisión especial que aún no está en funcionamiento.

En un recurso este grupo atacó a Israel por no haber hecho lo mínimo para garantizar la correcta identificación de las personas asesinadas, [como] marcar sus tumbas o hacer un entierro acorde con los ritos religiosos de la persona fallecida, todo lo cual viola el derecho internacional.

¿Política o juego de poder?

La directora del organismo de control israelí Hamoked, Dalia Kerstein, declaró a Ma’an que la política israelí de retener los cadáveres de los palestinos que llevaron a cabo ataques en octubre supone el punto culminante de esta política desde los años de la segunda Intifada.

En un principio el promotor de esta decisión fue el ministro israelí de Seguridad Pública Gilad Erdan y fue aprobada por el primer ministro israelí Netanyahu entre otras medidas punitivas contra los palestinos establecidas de forma precipitada a medida que aumentaban los ataques contra los israelíes en el mes de octubre.

Erdan propuso que no se devolvieran a sus familias los cadáveres de los «terroristas» y que se enterraran en cementerios dentro de Israel.

Tanto Salwa como Kerstein pusieron en duda el uso potencial de los cadáveres en futuras negociaciones con la AP.

El pasado verano Israel trató de negocia la entregas de cadáveres palestinos así como de varios miembros de Hamas originarios de Gaza y que estaban presos a cambio de los cadáveres de dos soldados israelíes que retiene Hamas.

Los soldados, Hadar Goldin y Oron Shaul, continúan bajo custodia de Hamas y sus familias han protestado por el hecho de que el gobierno israelí haya detenido la devolución de los cadáveres palestinos a sus familias hasta que Hamas devuelva los de sus hijos.

Salwa y Kerstein también señalaron que en defensa del interés nacional el hecho de que Israel impidiera que los palestinos tuvieran acceso a los cadáveres en el pasado había permitido al Estado encubrir casos potenciales de actuaciones por parte de las fuerzas israelíes que provocaron la muerte de esas personas.

Kerstein afirmó que como en octubre había aumentado la cantidad de ataques individuales palestinos a soldados y civiles israelíes, se está reproduciendo la antigua tendencia de retener los cadáveres que Israel practicó durante la segunda Intifada.

«Es la misma política….No diría que es una política, es un juego. En política se podría pensar que alguien está pensando verdaderamente, investigando, llegando a conclusiones, pero ahora están llevando a cabo un juego», declaró Kerstein a Ma’an.

Para las familias palestinas tanto de quienes fueron asesinados y sus cuerpos retenidos en octubre como de los cientos de palestinos muertos y retenidos antes que ellos este juego pospone el hecho de aceptar la muerte de sus seres queridos.

En una sociedad acostumbrada a una constante detención arbitraria gracias a un sistema legal que los grupos de defensa de los derechos humanos consideran incapaz de llevar a cabo un proceso debido a los palestinos, a menudo las familias rechazan que su familiar haya sido asesinado y creen que esté encarcelado en una cárcel israelí hasta que ven el cadáver.

Hamoked afirmó que el hecho de que Israel retenga los cadáveres equivale a un castigo colectivo para las familias que no han cometido crimen alguno.

Al ser preguntado por la presión política que podría ejercer la AP para que se devolvieran los cuerpos, Kerstein afirmó que generalmente Israel suele entregar los cadáveres como «un gesto para calmar a la AP o a la población. Las demandas por parte palestina suelen ayudar, pero si Israel no quiere, es imposible. Lo que los israelíes quiere es afirmar ‘nosotros somos los fuertes y queremos que todo el mundo entienda que somos los fuertes’. Es un juego de poder».

Fuente: http://www.maannews.com/Content.aspx?id=768641