Una vez más, los medios de incomunicación de masas introyectan en la mentalización dominante su versión de los hechos como si fuera la versión, esta vez con ocasión del llamado papal navideño: «El Papa llama a la paz con una Tierra Santa de luto. Francisco instó al diálogo entre israelíes y palestinos. […] 1 El […]
Una vez más, los medios de incomunicación de masas introyectan en la mentalización dominante su versión de los hechos como si fuera la versión, esta vez con ocasión del llamado papal navideño: «El Papa llama a la paz con una Tierra Santa de luto. Francisco instó al diálogo entre israelíes y palestinos. […] 1
El «diálogo entre palestinos e israelíes» da por sentada una equivalencia, una equiparación, entre usurpador y despojado, entre avasallador y avasallado, entre conquistador y refractario que no ayuda en absoluto a entender la cuestión planteada y menos todavía, los comportamientos en juego.
Esta interesada simetría persiste aun hoy, con una fluidez informativa y una ampliación mediática que nos permite a cada vez más interesados visualizar e inteligir más y más data.
En el ejemplo que hemos tomado, la labor de zapa del sionismo para adueñarse de todo el territorio palestino, haciendo sufrir a los natives condiciones de vida absolutamente indignas, abusando, cercenando, encarcelando, ultrajando, robando, asesinando, cada vez más ─si uno compara los estilos de comportamiento sionista entre comienzos del siglo XX y estos comienzos del s XXI─, la desviación mediática se hace todavía más patente porque a la vez que el papa católico iguala a las partes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que no ha sido particularmente atento a la «causa palestina» o a la de los pueblos avasallados, por su función de «mediador» que se supone le corresponde a un secretario de la ONU, ha declarado, simultáneamente que ‘la ola de violencia palestina’ es el resultado de «casi cinco décadas de ocupación israelí«. Repare el lector que Ban Ki-moon es absolutamente partidario del establecimiento sionista, que es a su vez un fruto de la diplomacia de la ONU, puesto que al referirse a «casi cinco décadas» data la ocupación desde 1967, momento en que el Estado de Israel se adueña de los territorios palestinos que no habían sido firmemente ocupados hasta entonces (Jerusalén oriental, Franja de Gaza y Cisjordania). Ignora, como buen burócrata al servicio de las potencias occidentales, la ocupación del territorio palestino anterior a 1967 y particularmente todo el atropello mediante el terror y la muerte, para el establecimiento del Estado de Israel. Incluso más: ha sido defensor de la causa sionista, como cuando los militares israelíes asesinan a varios pasajeros del Mavi Marmara, buque turco insignia de la Flotilla de la Libertad que procuraba compensar mínimamente el torniquete impuesto por Israel a la Franja de Gaza, que asfixiaba la salud, la calidad del agua y el suelo, restringía los alimentos y el cemento para reconstruir lo que el ejército israelí había devastado en ese maltrecho territorio definido como «la cárcel a cielo abierto más grande del mundo actual». Tras la incursión sionista bautizada con el siniestro nombre de «Plomo fundido», en 2008-2009, Israel crea un operativo de interceptación de los buques solidarios provenientes de muchos países y organizaciones de derechos humanos y en 2010 aborda en la noche, violentamente, el Mavi Marmara. Pero un núcleo duro de turcos, aunque sin armas, resiste con arrojo físico a los piratas e incluso logra desarmar y neutralizar a tres de ellos. Imaginamos que el riesgo de que todo el operativo de copamiento fracasase por esa resistencia, debe haber llevado a los restantes atacantes a balear y asesinar así a una decena de pasajeros, que en ningún momento hicieran uso de las armas que inicialmente les habían arrebatado a los atacantes, una señal del carácter no violento de la resistencia al abordaje. Para «atender» ese episodio, que desnudaba una vez más el carácter violento, opresor del estado sionista, Ban Ki-moon no tuvo nada mejor que designar como miembro informante a un hombre vinculado a los servicios israelíes y a algunas otras causas de similar calibre: Álvaro Uribe. El informe de Uribe, como era de esperar, defiende el bloqueo de Israel a la Franja de Gaza, documento que Norman Finkelstein calificara como «probablemente el documento más mendaz y corrupto emitido nunca bajo la égida de la ONU.» 2
Pese a tales antecedentes, Ban Ki-moon culpa ahora del deterioro de la situación, a fines de 2015, a «la empresa de los asentamientos» judíos en territorio palestino. 3 Considera que ‘los jóvenes palestinos están cansados de promesas rotas y no ven la luz al final del túnel’. Y revelando que conoce algo de la situación se refirió al ‘miedo, la humillación, la frustración, la desconfianza’ que alberga el ánimo de la población palestina.
¡Cómo será la escandalosa situación actual en Palestina/Israel para que un protector de los intereses israelíes y de la ONU en general desnude el carácter defensivo y reactivo de los acuchillamientos!
La asimetría entre los abusos israelíes y la desesperación palestina es tan evidente que parece mentira haya que desmentir no ya la falsa igualdad «de los contendientes» sino además, el sesgo informativo que presenta siempre o casi siempre a los palestinos como los atacantes y a los israelíes como los que se defienden: «Ataques a fuerzas israelíes en Gaza y Cisjordania«.4 El diario El País, modélicamente, nos presenta una foto con un par de tiradores de piedras semiocultos en ruinas y el epígrafe dice: «Choques. Dos de los palestinos que atacaron en la Franja de Gaza.»
¿Es que el periodista que garabatea estos textos no sabe que la Franja de Gaza es uno de los escasísimos territorios palestinos que no ha sido totalmente dominado por Israel y que en términos del derecho internacional más consagrado los palestinos en Gaza se defienden y en todo caso, los que atacan son los israelíes? El derecho internacional reconoce la defensa con todo tipo de medios ante una ocupación…
¿Es que los periodistas que procesan tales «noticias» no saben que un ataque a cuchillo es producto de la desesperación, la impotencia, la humillación, que puede a veces llegar a matar a un israelí y que los ataques israelíes con aviones y drones siembran decenas de muertos, los de la infantería y motorizados matan a varios por «acción» y en las invasiones «periódicas» asesinan de a miles a palestinos, mujeres, niños, ancianos, hombres y entre tantos, algún combatiente? ¿Y que encima del atropello militar, la política de torniquetes aplicada a toda la sociedad palestina a través de checkpoints, asfixia, traba, humilla? ¿Es que los periodistas no están informados que no se trata de un combate entre dos ejércitos sino de un combate entre un pueblo al que se lo está despojando de su territorio, de sus modos de vida, y de la misma vida, y una entidad ocupante? Finkelstein nos recuerda que Mary Robinson, la irlandesa que fuera comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, afirmó: «En Gaza, se ha destruido la civilización y no exagero.» 5 La afirmación de la expresidenta irlandesa coincide con quien se atreva a usar sus ojos; Sara Roy escribió en 2007 en la London Review of Books: «Estamos asistiendo al colapso de toda una sociedad«. Roy agrega algo que es decisivo y explica la impunidad israelí: «Apenas hay reacción alguna a nivel internacional» 6
¿Es que los periodistas que procesan estas noticias no saben que es lo que causa esa destrucción, ese colapso civilizatorio? ¿Es que el control que ejerce el sionismo con el apoyo de las comunidades judías afines alojadas en los medios de incomunicación de masas es tan grande?
Entiendo altamente significativo al aporte de Johannes Wahlström, un analista judeo-sueco al respecto, quien presentara en una nota, nociones sobre libertad de expresión a cargo de importantes voces de muy connotadas organizaciones judías.7 Wahlström pasa revista a una serie de intervenciones sumamente llamativas. Aquí, un par de «perlas»:
«Afirmar que existe un lobby sionista que acalla periodistas, eso es antisemitismo.» Henrik Bachner, del Comité Sueco contra el Antisemitismo (SKMA, por su sigla en sueco) en la Universidad de Jerusalén, 1993.
Wahlström entiende que la palma de la ilógica más elemental se la lleva Kenneth Jakobson, miembro de la Liga contra la Difamación (la mayor organización judía en EE.UU. dedicada a actividades de cabildeo en pasillos del poder; ADL, por su sigla en inglés) quien resumió su «razonamiento» en tres frases:
«La única superpotencia planetaria tiene una posición muy pro-israelí, lo cual obedece a que los judíos tienen una posición particularmente prominente en la élite de los medios de comunicación de masas. Es algo de lo que podemos estar orgullosos.»
Agrega: «hasta en EE.UU. sobreviene el antisemitismo que se basa justamente en la afirmación de que los judíos tienen demasiado poder sobre los medios.»
Después de este salto mortal, la lógica sin red debería yacer exánime. Pero nuestro hombre tiene resto:
«Hay que luchar contra este antisemitismo por todos los medios concebibles: no menos a través de una actividad de lobby para conseguir un mejor control sobre lo que los medios emiten.»
Bueno, al menos la sinceridad, o el desparpajo, no han faltado a la cita. Y el enfoque de influyentes referentes como Jakobson podría explicar la impavidez mundial, casi mundial, ante las atrocidades a que están siendo sometidos, desde hace décadas, los palestinos.
Nos quieren hacer creer, tanto los buenos como Francisco como todo ese periodismo paniaguado, que hay un conflicto entre iguales. Se escamotea sistemáticamente la naturaleza de las «dos partes» en conflicto.
No quiero ni pensar que diría toda la prensa bienpensante, occidental y «progre» si entre los palestinos hubiese algún referente, algún grupete que postulara la muerte y el asesinato de israelíes, judíos o sionistas.
Pues en Israel surgen cada vez más, agrupaciones a la descubierta, que envalentonadas postulan la aniquilación lisa y llana de los palestinos, que sobran en el sagrado territorio de las escrituras bíblicas.
Tuvimos que escuchar (en video) coros de alegres israelíes cantando en calles y plazas estrofas festivas acerca de que no hay más escuelas en Gaza, literalmente arrasadas, pero para qué las va a haber, puesto que ya no quedan niños. Aludiendo a que en la última incursión el ejército «más moral» del mundo asesinó en la Franja de Gaza (julio-agosto 2014) a unos 600 de ellos…
Estos coros son apenas una manifestación de una sociedad crecientemente supremacista que a medida que se siente más fuerte, necesita ocultar menos su dominio, una sociedad a la cual le brota el racismo y el abuso como el de aquel doctor Strangelove 8 al que se le levantaba «solo» el brazo para hacer el saludo nazi cada vez que se entusiasmaba.
Veamos otro ejemplo absolutamente reciente: la periodista mexicana Yuriria Sierra (Excelsior TV, 24/12/2015) transmitió: «Extremistas judíos celebran la muerte de un bebé palestino. Cantaban y bailaban y acuchillan la foto de un bebé palestino. Se trata del bebé quemado vivo el verano pasado [junto con su padre y su madre también asesinados; un hermanito mayor, logró sobrevivir aunque con atroces quemaduras].» 9
El «acto» resulta tan atroz y fanatizante que hasta el mismísimo Netanyahu, jefe actual del gobierno israelí, lo ha comentado críticamente. Pero ¿de qué pueden valer sus reparos cuando él mismo ha constituido un gabinete, este mismo año de 2015, con orgullosos y desfachatados racistas, asesinos y programadores del exterminio palestino? Al pie pongo apenas tres ejemplos: 10 (mi nota completa: «¿Sensibilidad repentina o cómo esquivar responsabilidad ante lo indefendible?», publicada en, agosto 2015).
Por otra parte, aunque Netanyahu critique esta «yapa» de burla a la víctima asesinada, le cabe la pregunta de por qué la policía israelí, reputada como de las más eficientes, no ha podido dar con los perpetradores del asesinato «familiar». Pregunta retórica, claro.
Porque la sociedad israelí está cada vez más identificada con el exterminio de lo palestino. Con una modalidad ligeramente diferenciada de la nazi o la estalinista, pero los integrantes de «Rompiendo el silencio», exsoldados israelíes que no aceptan «la obediencia debida», lo expresan con todas las letras: «A los soldados israelíes les ordenaron que mataran a los civiles en los ataques que llevaron a cabo en Gaza el verano pasado.» 11 «Se trata de entrevistas con militares israelíes de medio rango, que ponen de relieve la extrema crueldad demostrada durante los 51 días de la ofensiva: podían utilizar tanta munición como quisieran.» (ibíd.)
Avraham Burg, jerarca histórico de la dirección sionista, mirando hacia atrás, confesaba hace décadas que el sionismo estaba perdido porque se había forjado una «sociedad sin compasión».12
En octubre de 2015 Khaled Hassan Manasra, un adolescente de 15 años acusado de atacar a pasajeros de un bus, es múltiplemente baleado por la policía y queda tendido, sangrante, en la calle: la reacción y los comentarios de los transeúntes fue de insultos, desearle la muerte que estaba sufriendo y hasta zamarrearlo como una bolsa de papas… 13 Considero que el juicio de Burg es patéticamente acertado.
Notas
1 El País, Montevideo, 26/12/2015.
2 Método y locura. La historia de los ataques de Israel a Gaza, Editorial Akal, Buenos Aires, 2014.
3 Reuters, Kim Hong-li, 26/12/2015, «Ban Ki-moon atribuye última ola de violencia palestina a «la ocupación israelí».
4 El País, ob. cit.
5 Finkelstein, ob. cit., p. 78.
6 «Failing Peace: Gaza and the Palestinian-Israeli Conflict», Londres, 2007. Cit. p. Finkelstein, ob. cit.
7 «Israels regim styr svenska medier» [El régimen israelí controla los medios de comunicación suecos], Ordfront, Estocolmo, no 12/2005. Editado en castellano bajo el título «¿Libertad de expresión o de lobby?», futuros, no 9, Río de la Plata, otoño-invierno 2006.
8 Doctor Insólito, dirigida por Stanley Kubrick, con Peter Sellers en el personaje.
9 http://www.prensalibre.com/internacional/festejo-por-asesinato-de-bebe-palestino-por-extremistas-judios-conmociona-a-israel.
10 Moshe Yaalon, ministro de Seguridad, definió a los palestinos como un cáncer… «Algunos dicen que puede ser necesario amputar… por el momento estoy aplicando quimioterapia.» Naftali Bennett, ministro de Deportes, ha declarado: «He matado a muchos palestinos en mi vida. No hay problema con eso.» Ayelet Shaked, la rubia y tersa ministra de Justicia (¡sic!) aboga por el asesinato de madres palestinas para que no den a luz «ofidios que atacan» a Israel…
11 Patrick Strickland, The Electronic Intifada , 4/05/2015.
12 «El sionismo está muerto», Le Monde, 11/9/2003. Editado originariamente en Israel, Yediot Aharonot. Traducción al castellano: futuros, no 8, Río de la Plata, invierno 2005.
13 «Una multitud de israelíes insulta a menor palestino herido de muerte», http://www.lapagina.com.sv/internacionales/111051/2015/10/14/Una-multitud-de-israelies-insulta-a-menor-palestino-herido-de-muerte, San Salvador, El Salvador.
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