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Siria

Occidente quiere una guerra sin fin

Fuentes: Hispan TV

La decisión de Washington y sus aliados europeos agrupados en la Organización del Tratado del Atlántico norte – OTAN – unido a sus socios de Oriente Medio: Turquía, Israel, Jordania, Arabia Saudí y las Monarquías Ribereñas del Golfo Pérsico lo han decidido: No habrá paz en Siria. Para conseguir ese objetivo, que ha significado desde […]

La decisión de Washington y sus aliados europeos agrupados en la Organización del Tratado del Atlántico norte – OTAN – unido a sus socios de Oriente Medio: Turquía, Israel, Jordania, Arabia Saudí y las Monarquías Ribereñas del Golfo Pérsico lo han decidido: No habrá paz en Siria.

Para conseguir ese objetivo, que ha significado desde marzo del año 2011 hasta ahora, la muerte de 350 mil ciudadanos sirios, el desplazamiento de 9 millones de personas y 5 millones que malviven en condición de refugiados, principalmente en los países limítrofes; se ha intensificado la guerra de agresión contra el país levantino y las presiones internacionales expresada en la decisión de tres de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas – CSNU – Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, que convocaron a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, para tratar las consecuencias derivadas de la decisión del gobierno sirio de intensificar la ofensiva militar destinada a recuperar la estratégica ciudad de Alepo. Una convocatoria más parecida a una encerrona contra Siria y sus aliados, que un encuentro destinado a impedir más muertes en la nación levantina.

Objetivo: frenar la ofensiva gubernamental

La decisión de la ofensiva militar siria es absolutamente nítida y legítima, pues ha sido tomada en función del incumplimiento de los compromisos asumidos en Ginebra el 9 de diciembre de generar un alto al fuego, que comenzaría a regir el día 12 de septiembre, permitiendo el arribo de ayuda humanitaria a localidades cercadas como es el caso de la ciudad de Alepo. El propio ataque de Estados Unidos el día 17 de septiembre contra unidades del Ejército Árabe Sirio en la localidad de Der Ezzor, con decenas de muertos y heridos fue la prueba clara que Washington no estuvo nunca dispuesto a avanzar en un cese al fuego y se convirtió simplemente en un engaño destinado a recuperar las fuerzas extremistas atacadas por el Ejército sirio y la aviación rusa, que no sólo habían perdido a cientos de miembros de sus filas, sino que permitiría recuperar Alepo y toda el ala oriental de la estratégica ciudad del norte del país.

La reunión del CSNU celebrada este domingo 25 de septiembre mostró, con claridad, las posturas irreconciliables entre la Coalición occidental comandada por Washington, que suma a sus socios de Oriente Medio y la Coalición de países que defienden a Siria conformada por la Federación Rusa, la República Islámica de Irán, el movimiento Hezbolá y las fuerzas gubernamentales Sirias, que son las únicas que efectivamente hacen frente al terrorismo que asola país levantino. Por el contrario, la llamada coalición antidaesh, que no sólo ha sido un fiasco en materia de combatir el terrorismo, sino que ha demostrado más bien su complicidad y objetivos destinados a debilitar al gobierno sirio. Esto, a través de acciones militares directas y el crónico apoyo financiero, logístico y militar a los grupos terroristas takfirí agrupados en EIIL – Daesh en árabe – Frente Fath al Sham – ex Frente al Nusra – Ahrar al Sham y más 800 de organizaciones y movimientos terroristas repartidos en gran parte del territorio sirio, teniendo como bases de apoyo las regiones fronterizas con Turquía, Jordania, Israel e Irak.

El Embajador Sirio ante la ONU, Bashar al Yarafi, denunció este llamado de reunión urgente de tres de los miembros del CSNU – Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia – sosteniendo que «Los mismos países que hoy han convocado la celebración de este encuentro hicieron fracasar el intento de 13 países para emitir una resolución del CSNU en condena al terrorismo en Siria, como el rechazo de Washington de distinguir entre grupos terroristas y la oposición en Siria, lo cual claramente es un apoyo a las bandas terroristas. Estamos dispuestos a volver a sentarnos en Ginebra para participar en un diálogo sirio-sirio, y no sirio-terrorista, que ayude a la solución de la guerra de agresión que vive siria.»

Recordemos que el día 9 de septiembre pasado Rusia y Estados Unidos a través del canciller ruso Serguei Lavrov y el Secretario de Estado John Kerry se reunieron en la ciudad Suiza de Ginebra, para establecer un acuerdo que significó la firma de una tregua temporal, que entraría en vigencia el día 12 de septiembre. La idea era paralizar toda acción militar, que no fuese exclusivamente para luchar contra Daesh a lo que el gobierno sirio consideró que era necesario sumar a grupos como Fath al Sham y Ahrar al Sham, que occidente denomina rebeldes moderados, pero que la realidad de cinco años y medio de agresiones han mostrado su carácter eminentemente terrorista.

Durante los primeros días de la tregua, las bandas takfirí violaron los acuerdos de cese a las operaciones militares en 200 ocasiones, hasta que el sábado 17 de septiembre los propios Estados Unidos realizaron una acción que mostró la verdadera cara de Washington en esta tregua: frenar el avance sirio y la coalición de apoyo conformada por Rusia, Irán y el Movimiento Hezbolá. Ese día aviones estadounidenses atacaron en la localidad de Der Zaar a unidades del Ejército árabe Sirio que enfrentaban a grupos de Fath al Sham. El bombardeo estadounidense ocasionó 83 muertes de soldados sirios y un centenar de heridos, al mismo tiempo que las bandas takfirí intensificaban sus ataques las fuerzas gubernamentales. La complicidad entre Washington y las fuerzas terroristas quedó evidenciada, pues el ataque estadounidense coincidió con la intensificación de la ofensiva de distintas unidades terroristas que estaban en las cercanías de las instalaciones sirias, conocidas de antemano por las fuerzas de la coalición liderada por Washington, por tanto no podían alegar ignorancia. Fue, simplemente, una operación de provocación y de provocación a Siria y sus aliados, además de una clara señal a sus herramientas de presión nucleadas en grupos terroristas.

El canciller ruso Serguei Lavrov en declaraciones a la cadena de noticias Rossiya declaró que «durante los últimos meses Rusia colaboró en varias ocasiones con EEUU para establecer una tregua de 48 horas y otras de 72 horas en Alepo, sin embargo estas pausas fueron utilizadas por los terroristas, inclusive el Frente al Nusra, para recibir armas, refuerzo y alimentos. Rusia no volverá a tomar en serio las demandas de detener las operaciones aéreas ruso-sirias unilateralmente. Nos han dicho – Washington – que si hacemos una pausa de tres o cuatro días, entonces se podrá convencer a la «oposición moderada» de la necesidad de desvincularse de lo grupos terroristas como Fath al Sham. Rusia no volverá a tomar estas demandas en serio«, recalcó el jefe de la Diplomacia Rusa.

El gobierno sirio ha dado a conocer que el terrorismo que agrede a su país no tendría la expansión que tiene ahora, si no fuese por el apoyo prestado por algunos Estados en particular. Qatar y Arabia saudí, que pretenden de esa manera imponer su pensamiento extremista wahabí, apoyando a los grupos terroristas con todos los medios a su alcances, destinando miles de millones de dólares, proporcionando apoyo logístico y entrenamiento bajo la supervisión de la inteligencia turca y occidental, incluso con apoyo militar directo como ha sido el ataque de fuerzas turcas al norte del país y los ataques de la Fuerza Aéreas israelí en los ocupados territorios del Alto del Golán. Se suma a ello, según declaró en la 71 Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas el Vicepresidente del Consejo de Ministros, Ministro de Exteriores y de los Expatriados Walid al-Moalem  lo que el centro de Estudios Feller de Alemania ha sostenido «más de 360 mil terroristas extranjeros, de 83 países han entrado a siria desde el mes de abril del año 2011. Sufriendo la baja de 95 mil de esos mercenarios hasta finales del año 2015 mientras que otros 120 mil abandonaron Siria rumbo a sus países de origen» que cuenta a países europeos como Francia, Bélgica, Inglaterra, Alemania entre otros.

Occidente busca una intervención directa

Como si no bastara esta irrupción de cientos de miles de mercenarios, la propia oposición siria ha llamado a Washington y a sus aliados a intervenir directamente en Siria. Según esas facciones «para defender al pueblo sirio». El Coordinador del Alto Comité de Negociaciones Riad Hayib – ex Ministro que desertó de las filas del gobierno el año 2012 – y quien reside en Jordania instó a Washington que «adopte medidas inmediatas, tanto militares como políticas contra el gobierno de Damasco, para defender al pueblo sirio y lanzar apoyos militares a los grupos armados cercados por las fuerzas de gobierno en la ciudad de Alepo». Llamado que entraña el peligro que pueda ser tomado por occidente, como ha sido así en otras ocasiones, para legitimar una operación militar de gran envergadura.

Es difícil, pero no imposible y es necesario estar muy alertas y prontos a accionar mecanismos de respuesta si es imperativo. Y hablo de difícil pues, a diferencia de Irak, Afganistán o Libia, en el caso sirio, el gobierno y el pueblo de este país levantino tiene el apoyo y la presencia militar en terreno de fuerzas rusas, milicianos de Hezbolá y asesores militares iraníes. Washington se va a cuidar mucho de fomentar operaciones militares directas, sin que ello conlleve choques con la Coalición entre Damasco-Moscú y Teherán. Por ello, resulta indispensable que la coordinación entre estos tres países esté aceitada, fina en el análisis y firme en las decisiones que se tomen y ejecuten

El panorama para el conflicto sirio vislumbra: Primero, la imposibilidad de un cese al fuego. Segundo, si se llega a acordar una tregua temporal resulta ya imposible que sea respetado. Tercero, es a todas luces evidente que se van a intensificar las acciones armadas terroristas y la decisión occidental de proporcionar aún más apoyo a los grupos terroristas, utilizando para ello la acción de sus propios organismos de inteligencia y los clásicos apoyos derivados de la conducta de la monarquía saudí, Turquía y Monarquías del Golfo Pérsico y el incremento en los suministros de armamento de mayor poder de fuego, lo que garantiza un aumento en el número de muertos y heridos.

Esta visión pesimista es compartida por el Embajador Permanente de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, quien señaló en el encuentro del CSNU el domingo 25 que «devolver a Siria a la senda de la paz se ha convertido en una tarea casi imposible». Esto, porque en territorio sirio operan cientos de grupos armados. El territorio del país es bombardeado por todos y cada uno de ellos. En el este de Alepo los grupos terroristas continúan recibiendo armas pesadas de países occidentales. Una región que está bajo el control de más de 20 grupos armados, que suman unos 3.500 combatientes. Grupos que cuentan con decenas y decenas de unidades de tanques, de vehículos blindados, piezas de artillería de campo y lanzacohetes múltiples. Armas que evidentemente fueron recibidas y continúa llegándoles de generosos patrones occidentales. En ese marco nuestro país no aceptará «pasos unilaterales» para establecer un alto el fuego en Siria. Llamamos al enviado especial de Naciones Unidas para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, acerca de la necesidad de reanudar el proceso político en el país árabe y dejar de danzar alrededor de políticos irresponsables»

Irán, por su parte ha declarado, a través del Presidente del Parlamento de la nación persa, Ali Larayani que «las políticas indebidas con el apoyo de las potencias mundiales y algunos países de la región – oriente medio – a los grupos terroristas, han dado lugar a la propagación de la inseguridad y la inestabilidad en la región, particularmente en Irak y Siria. Todos los países de la región tenemos la obligación de luchar contra los grupos extremistas y terroristas donde a la vez tengamos presente la importancia de resolver los problemas regionales a través de enfoques políticos y diplomáticos y en ese plano la república islámica de Irán continuará con sus políticas destinadas a restablecer la estabilidad y la paz en la zona.»

China, miembro permanente del CSNU también señaló, en la voz del representante del gigante asiático Liu Jieyi: «la necesidad de acabar con los grupos terroristas en Siria, para lanzar un proceso político a solucionar la crisis. Se debe reanudar de reanudar el proceso político e iniciar un diálogo intersirio en Ginebra», aclarando que su país respalda la misión del enviado especial de las Naciones Unidas, Sttafan di Mistura y la necesidad de que los países regionales apoyen esta tendencia positiva para avanzar en el proceso político. «Tenemos la esperanza, sostuvo Liu, en activar el acuerdo del cese de hostilidades, y garantizar su continuidad a través de los esfuerzos de EEUU y Rusia para mejorar la situación en el terreno, llamando a trabajar conjuntamente en la lucha contra el terrorismo en Siria y en hacer llegar la ayuda humanitaria a los necesitados.»

Por su parte, el enviado especial de las Naciones Unidas a Siria, Staffan di Mistura, subrayó que no se puede solucionar la crisis siria por vía militar, y los dos países encargados de la solución – Rusia y Estados Unidos – junto con las fuerzas regionales deben ayudar a llegar a las conversaciones con el fin de mantener los acuerdos firmados. Respecto a Alepo, aludió al sufrimiento humanitario que vive la población de esa importante ciudad del norte de Siria pero en una forma que causó disgusto en Damasco pues comparó al estado sirio, que tiene el deber constitucional de defender al país de los grupos terroristas, que se han enseñoreado de amplias zonas del país y esas bandas que lo que hacen es implementar las agendas regionales e internacionales contra el pueblo sirio-.

Hoy más que nunca la sociedad siria requiere que la Federación Rusa, la república islámica de Irán y los miles de voluntarios de Hezbolá y milicianos chiitas no cesen en su apoyo al país levantino. Hoy, que se intensifica la presión de occidente y de sus aliados de Oriente Medio, no se puede mostrar debilidad ni aceptar provocaciones ni avances de los grupos terroristas. Al progreso irrefutable del Ejército Árabe Sirio en tierra: Alepo Deraa, Swaida, Homs, Damasco – así reconocido por las propias potencias occidentales que acudieron en ayuda de las bandas takfirí, ya sea con peticiones de tregua o convocatorias a reuniones urgentes del CSNU. A lo mencionado se debe unir la acción constante de la fuerza aeroespacial rusa, el apoyo logístico y de asesoría de la nación persa y el combate en terreno de los milicianos de Hezbolá. Frente a la consolidada política de inmoralidad y doble estándar mostrada por Washington, que con una mano negocia y con la otra blande un puñal no se puede tener contemplaciones. Hay que denunciarla y combatirla, una vez que se cede frente a la provocación Washington, ella suele cebarse como un tigre que ha probado la carne humana.

Lo dijimos al inicio de la decisión del cese al fuego   y lo repetimos hoy: «La tregua en Siria, a partir de la conducta y las acciones de bombardeo de Estados Unidos, ha sido un rotundo fracaso». Occidente no quiere la paz, su objetivo es el mismo con el comenzó la guerra de agresión en marzo del año 2011: balcanizar Siria, cercar a la República Islámica de Irán, impedir el avance de la Federación Rusa al Mediterráneo Oriental. Mantener su peso hegemónico e intensificar la opresión contra el mundo árabe controlando el despertar islámico y haciendo imposible la unión de 1500 millones de musulmanes.
 

Fuente original: http://www.hispantv.com/noticias/opinion/299330/siria-guerra-apoyo-eeuu-arabia-saudi-israel-terroristas-al-nusra-ei