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La liberación de Palmira

La guerra imperialista al son de la música

Fuentes: Rebelión

En 1980 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró Patrimonio de la Humanidad a la ciudad siria de Palmira. Según la página web de la organización «el oasis de Palmira alberga las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más […]

En 1980 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró Patrimonio de la Humanidad a la ciudad siria de Palmira. Según la página web de la organización «el oasis de Palmira alberga las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes de la Antigüedad. Sometidas a la influencia de diversas civilizaciones, la arquitectura y las artes de Palmira fusionaron en los siglos I y II las técnicas grecorromanas con las tradiciones artísticas autóctonas y persas».

Por desgracia, en mayo de 2015, en el contexto de la guerra civil siria que lleva 5 años afligiendo al país, la emblemática ciudad cayó bajo control del Estado Islámico, quien se dedicó a destruir deliberadamente varios monumentos, templos y restos arqueológicos. Algunas reliquias y piezas históricas del Museo Central de Palmira fueron saqueadas y destruidas. Hicieron volar los milenarios Arco del Triunfo y Templo de Bel, obras maestras de arquitectura y símbolos de la ciudad. El famoso anfiteatro romano sirvió para ejecuciones públicas por parte de los terroristas, según Rusia Today: «El futuro de Palmira: los expertos aceptan el complicado desafío de restaurar la antigua ciudad» (29/03/16).

«Esta destrucción es un nuevo crimen de guerra y una pérdida inmensa para el pueblo sirio y para la humanidad», dijo Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, en whc.unesco.org, «Director-General of UNESCO Irina Bokova firmly condemns the destruction of Palmyra’s ancient temple of Baalshamin, Syria» (24/08/15).

Casi un año después, el 27 de marzo de 2016, tras una operación de 20 días, el Ejército Sirio y el grupo miliciano Halcones del Desierto (unidad de combatientes voluntarios fundada por Mohammad Jaber, ex-oficial del Ejército Sirio), con apoyo de la Fuerza Aeroespacial rusa, lograron recuperar el control de la ciudad y liberarla de manos de los yihadistas, de acuerdo con Sputnik, «Ejército sirio libera de terroristas la ciudad de Palmira« (27/03/2016).

«La Aviación militar rusa ha realizado 500 vuelos de combate durante la operación de liberación de Palmira y han sido lanzados más de 2.000 proyectiles de alta precisión contra los terroristas», señaló Serguéi Rudskói, jefe del departamento operativo principal del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, según Rusia Today, «Detalles de la operación rusa en Palmira: 2.000 golpes de alta precisión y 500 vuelos de combate» (31/03/16).

La destrucción y el terror del Estado Islámico cedieron paso a la música. El 5 de mayo el director ruso Valeri Guérguiev dirigió, en el mismo anfiteatro romano donde el Estado Islámico realizó ejecuciones, un concierto de música clásica con la orquesta sinfónica del teatro Mariinski de San Petersburgo, para conmemorar a las víctimas del conflicto, celebrar la liberación de la ciudad y apoyar su reconstrucción.

El concierto, titulado Oremos por Palmira, la música resucita a los restos antiguos, interpretó piezas de Prokófiev, Shchedrín y Bach, duró una hora y contó con 400 espectadores, entre quienes había ministros sirios, soldados rusos y responsables del Ejército nacional de Rusia, de acuerdo con Sputnik, «Una oración por Palmira: orquesta rusa lleva música a la ciudad liberada» (06/05/2016).

La toma y liberación del Palmira no sólo tuvo una importancia cultural y simbólica, sino también propagandística, estratégica y militar. Sirvió como propaganda para intentar legitimar la actuación del imperialismo ruso y del gobierno de Assad y como punto de apoyo para la ofensiva militar del Ejército Sirio sobre otras importantes ciudades aledañas, como Deir ez-Zor y Al Raqa.

La liberación de Palmira marcó un triunfo decisivo para el gobierno de Assad, quien, desde la intervención rusa iniciada el 30 de septiembre de 2015, parece haber tomado la delantera en el conflicto sirio. Actualmente la gran jugada está en la ofensiva sobre Alepo. Si esta ciudad llega a caer en manos del régimen podríamos decir que Rusia y su aliado sirio, por el momento, le han ganado la partida a los Estados Unidos y a sus aliados.

No cabe duda que los crímenes cometidos por los grupos terroristas como el Estado Islámico y el Frente Al Nusra son de una brutalidad atroz. Sin embargo, guardando las proporciones, poco tienen que envidiarle a la destrucción y al terror que las grandes potencias mundiales -Rusia, EU, Inglaterra, Francia, Alemania y China- están desatando en su lucha inter-imperialista por el control de Siria.

Y para adornar la guerra imperialista con elegancia, disfrazar la barbarie de cultura, los devastadores bombardeos rusos en Palmira fueron acompañados de hermosas piezas musicales, ¿con qué se adornará la destrucción y el sufrimiento de Alepo?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.