Ante una verdadera alegoría sionista escrita por Gabriel Colodro y Hernán López que, escribieron en respuesta a una «Columna de Opinión» de Jaime Abedrapo, el periódico digital decidió evitar el debate, faltar a la libre opinión y censurar al periodista Pablo Jofré que solicitó responder columna titulada «Impunes: respuesta a la columna de Jaime Abedrapo». […]
Ante una verdadera alegoría sionista escrita por Gabriel Colodro y Hernán López que, escribieron en respuesta a una «Columna de Opinión» de Jaime Abedrapo, el periódico digital decidió evitar el debate, faltar a la libre opinión y censurar al periodista Pablo Jofré que solicitó responder columna titulada «Impunes: respuesta a la columna de Jaime Abedrapo».
El equipo editorial del diario explicó al periodista Pablo Jofré que «si bien el debate es algo que El Mostrador estimula, las columnas tampoco pueden ser parte de una espiral epistolar». Sin embargo, eso está en contradicción con la violencia retratada en la columna de Colodro y López, así como con la impunidad con que el diario publica infundios y falsedades sin basarse ni en hechos ni en autores que sostengan los argumentos, y con los propios principios que el diario dice promover.
En su propia Carta Ética Fundacional el diario establece que «los productos periodísticos del Grupo El Mostrador serán de contenido independiente y pluralista, y darán cuenta de la diversidad de nuestra sociedad, y fomentarán el debate de ideas». También viola su primer Principio Editorial que habla de la «independencia, el pluralismo informativo, el respeto y valoración positiva de la diversidad, la promoción de los derechos humanos y civiles, la fiscalización de los poderes establecidos y el diálogo ciudadano con o a través de los medios». Al parecer la adscripción del sionismo está más allá de las columnas de opinión.
Como Federación Palestina de Chile junto al periodista Pablo Jofré, consideramos que es necesario hacer pública esta clara censura a un profesional de la información por un medio nacional ya que se prestan para publicar una alegoría sionista y no una respuesta que entregue información.
Denuncias que tienen como centro la ocupación de tierras que no les pertenece, construcción de un Muro de apartheid tan vergonzoso como criminal. Cientos de check points que impiden el libre tránsito de la sociedad Palestina en su propia tierra. La destrucción de aldeas y cultivos, el asesinato selectivo. Una política colonial y racista llevada a cabo con el apoyo y complicidad de Estados Unidos, como también por los gobiernos de Francia y Gran Bretaña, países en los cuales el lobby sionista tiene enorme influencia.
Visto este marco y atendido que si se le da cabida a opiniones de defensores de una ideología a la cual califico por su conducta y práctica política como nacionalsionista, es que me permito enviar este breve comentario con relación a lo que ya es una constante, casi una columna de opinión tradicional de un dúo de corifeos del régimen israelí, de su ideología y por tanto cómplices de los crímenes que se cometen a diario. Hablo de esta dupla conformada por Colodro y López, quienes nos envían sus opiniones desde la Palestina histórica ocupada.
Resulta ya una molesta costumbre leer la serie de falsedades, que este par de chilenos, judíos, sionistas e israelíes con que suelen definirse aquellos que practican la hasbara, nos inundan para tratar de desvirtuar los hechos innegables de los asesinatos diarios que se cometen contra el pueblo palestino.
Crímenes que no pueden ocultar, que los vemos a diario incluso gracias a organismos no gubernamentales de judíos anti sionistas, que suelen ser perseguidos y criminalizarlos en su país. Visto por medios de comunicación, que por más lavado de imagen que realice Israel no pueden ocultar la perversidad de los actos cometidos.
Una dupla la de Colodro-López que defiende a brazo partido al Likud, a ministros terroristas como el colono de origen moldavo y actual Ministro de Asuntos Militares, Avigdor Lieberman, o una ministra de Justicia como Ayelet Shaked, que llama a «matar a los hijos de madres palestinas en su viente para que no nazcan serpientes», una defensa inmoral, que no reviste mayor credibilidad y que califican a Israel como «la mayor democracia de Oriente Medio» poniendo como ejemplo de tolerancia su política de pinkwashing y gay friendly, que no es más que una lavado de imagen frente a mayoritarios atropellos a los derechos humanos del pueblo palestino.
En su última invectiva, el dúo Colodro-López comienza, desde el primer párrafo con una falsedad. Dice el par mencionado en su opinión,
«Impunes quedaron los líderes árabes, que en 1948 desconocieron la partición decretada por la ONU y de la mano de…»
Ya su primera afirmación nos entregan una mentira tan grande como el victimismo que acompaña a los sionistas y que ha significado que el intelectual judío Norman Finkelstein (cuya familia sufrió los horrores del nacionalsocialismo) frente a ese síndrome de dispara y llora que acompaña al régimen israelí desde su creación, haya entregado un texto de denuncia fenomenal, «La Industria del Holocausto», que denuncia los réditos dados a los representantes de la ideología sionista en desmedro de las verdaderas víctimas del nacionalsocialismo.
Y sostengo que ese primer párrafo expresa una falsedad, propia de quienes han hecho del victimismo su negocio, porque la ONU no «decretó nada», la recién creada Organización de Naciones Unidas señaló el 29 de noviembre del año 1947 mediante la resolución número 181 de su Asamblea General, una clara afirmación, «RECOMIENDA la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. Es decir, 14 mil kilómetros cuadrados con 558.000 judíos y 405.000 palestinos para un Estado Judío y 11.500 kilómetros cuadrados con 804.000 palestinos y 10 mil judíos para este Estado que serviría de nuevo hogar palestino; y digo nuevo hogar porque este ya existía antes que la crisis de conciencia terminada la Segunda Guerra Mundial, diera por fruto el otorgar un lugar en tierras palestinas, para concretar un Estado Judío.
Para mayor claridad en lo dicho, RECOMENDAR esta muy lejos de DECRETAR. El «miente miente que algo queda» en versión sionista puede y debe ser denunciado pues demuestra ese afán de desvirtuar, de mentir, de socavar la credibilidad de las instituciones.
Lógicamente el pueblo palestino y los pueblos árabes, ante la labor de desestabilización y propósito de apoderarse de tierras palestinas por parte de los colonos judíos sionistas, no aceptaron tal recomendación. ¿Quién en su sano juicio puede aceptar esta recomendación que entregaba tu tierra a colonos sionistas venidos de Europa del Este principalmente cuya denominación de semita al menos debía generar una discusión?
Y menciono el concepto semita pues en general el sionismo y la dupla mencionada de Colodro y López tratan, en cada opinión que envían a cuatro manos, de asimilar la crítica a esta ideología y la política racial y de apartheid de los gobiernos israelíes como un ataque antisemita. ¿Cómo ser antisemita en la defensa de Palestina ya en esta contienda desigual si los únicos semitas son precisamente los palestinos y no los colonos venidos de Europa central, de Polonia, Moldavia, Rusia o los 60 mil estadounidenses que habitan asentamientos ilegales en Cisjordania y que en modo alguno son semitas? La acusación de antisemita va encaminada a intentar frenar las denuncias contra la política criminal sionista como se intenta en Chile de concretar una Ley contra el odio y la discriminacion asimilando la crítica al sionismo con el antisemitismo.
La hipocresía y perversidad del dúo Colodro-López llega al extremo de sindicar como culpables de la Nakba, del destierro, de las muertes de miles de palestinos, a los propios palestinos, producto de una «autoflagelación de masas» como lo denominan estas supuestas autoridades en sicología de masas. Es decir, los palestinos son víctimas de «accidentes» como lo afirma Netanyahu, son ellos los que se dirigen hacia las balas, son ellos los que ponen sus cabezas para ser destrozadas por balas que destruyen huesos y tejidos. Es un futbolista palestino el que pone la rodilla para que sea destrozada.
Colodro y López hablan de impunidad frente a la defensa que el pueblo palestino hace de su tierra ante cientos de miles de colonos que invadieron su tierra y ocupan hoy no sólo la Palestina histórica sino también la Ribera occidental, Al Quds Este – Jerusalén – y bloquean lo que se considera el mayor campo de concentración del mundo como es la Franja de Gaza. Lugar donde cientos de francotiradores han asesinado a 135 palestinos desde el 30 de marzo a la fecha. Colodro y López hablan de muertos israelies pero callan ante los decenas de miles que han asesinado aquellos que estos opinantes defienden a brazo partido. Un genocidio, un holocausto por si esa palabra los remece.
Colodro y López callan ante el clamor de las familias de miles de palestinos asesinados por el sionismo. ¿Ha muerto algún israelí en estos supuestos asaltos a la valla artificial que separa la Franja de la Palestina Histórica ocupada? Por ello, está acusación contra el movimiento Hamas, que supuestamente ha hecho una operación militar bajo el manto de una marcha por la Paz, resulta una más de las mentiras de esta dupla. Bien sabe el dúo tergiversador que la orden de su gobierno ha sido asesinar a hombres, mujeres, niños, deportistas, enfermeras, ancianos, inválidos. Colodro y López son defensores de un régimen criminal y ocupante ilegal de tierras donde se ha sometido a crímenes de lesa humanidad a su población y tendrán por ello su propio juicio penal internacional, estilo Nuremberg.
Bien sabe este dúo de aduladores de Israel que cuando se trata de guerras, de reales enfrentamientos como fue la guerra de junio del año 2006 contra Hezbolá, Israel debe contar los muertos por decenas. Allí se enfrentan a verdaderos combatientes, no a población indefensa. Cuando el ejército sionista debe enfrentar a milicianos armados, a guerreros curtidos en guerras de liberación o de defensa de su patria, suelen acudir presurosos a solicitar a la ONU un alto al fuego.
¿Por qué no atacan a Hezbolá o a las Fuerzas Quds? El cobarde sabe bien que es mejor asesinar a seres indefensos, a quienes en su justo derecho enarbola una bandera, tira una piedra o enciende un neumático.
Bien sabe Colodro y López que la política contra Palestina no es una guerra interminable, pues una guerra representa a contendientes equilibrados. Palestina no tiene Fuerza Aérea, no tiene Ejército, no tiene barcos ni submarinos, no tiene blindados, ni artillería, no tiene drones, sólo la dignidad de enfrentar, en la medida de su posibilidades, a un ejército ocupante, frente al cual el propio derecho internacional permite la resistencia, sea esta con piedras, cuchillos, marchas, neumáticos ardiendo en incluso la lucha armada. Legítima defensa.
No tengan la cobardía Colodro y López de tratar de presentar una teoría del empate. Y quedar impunes ante ello. Cuando esas fuerzas militares sean una realidad en Palestina, con apoyo del eje de la resistencia, no duden que temblarán y esa impunidad de la que han gozado llegará a su fin.
Destaco en El Mostrador esta apertura editorial, de dar cabida a quienes hacen del sionismo, definido el año 1975 en la Resolución de la Asamblea General de la ONU número 3379 «una ideología racista» que luego bajo presión del lobby sionista, Israel y su padre putativo, Estados Unidos, fue anulada el año 1991 pero, como dice la máxima popular «la mona aunque se vista de seda…»
La hipocresía de la dupla sionista Colodro-López, ambos fervientes defensores de una potencia militar a la cual sirven como no lo hicieron con su patria, tal como muchos hijos de la comunidad sionista, que han hecho su servicio militar en Israel (por tanto sirviendo a una potencia extranjera) y no en Chile, lo que implica al menos que se diera una explicación del por que de esta conducta.
Bien debería el Ministerio de Defensa de Chile informar cuantos sionistas chilenos han hecho ese servicio militar fuera de Chile. Los hijos de Colodro y López llegado el momento ¿harán su servicio militar en Chile o en Israel?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.