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"Tenemos una playa fantástica, pescado fresco y toda la fruta que puedas imaginar. No nos queremos marchar."

Alcántara, Brasil, amenazada por base espacial

Fuentes: BBC Mundo

Su localización -en la costa atlántica a 240 km. al sur del ecuador- lo convierte en el sitio ideal para lanzamientos espaciales. Desde aquí, los cohetes pueden entrar en órbita usando menos combustible y llevar más carga útil. El pasado 3 de octubre, la Agencia Espacial Brasileña, asistida por técnicos de Alemania, probó aquí con […]

Su localización -en la costa atlántica a 240 km. al sur del ecuador- lo convierte en el sitio ideal para lanzamientos espaciales.

Desde aquí, los cohetes pueden entrar en órbita usando menos combustible y llevar más carga útil.

El pasado 3 de octubre, la Agencia Espacial Brasileña, asistida por técnicos de Alemania, probó aquí con éxito su cohete VSB-30. En el futuro, el gobierno brasileño espera vender el cohete a la Agencia Espacial Europea.

Rusia, China y EE.UU. también se han mostrado interesados en lanzar cohetes y satélites desde Alcántara. El pasado noviembre, Brasil firmó un acuerdo con Ucrania para lanzar su cohete Cyclone-4 desde esta remota base tropical.

Pero a unos cuantos kilómetros de la base hay una Alcántara completamente distinta. Aquí, los hombres salen a pescar mucho antes de la salida del sol.

En una choza de paja, otros aldeanos preparan laboriosamente mandioca -el cultivo principal. Un viejo teje un cesto con hojas de palmera, mientras unos niños vuelven de unos campos de alrededor con sacos llenos de fruta.

Amenaza en expansión

Este estilo de vida simple ha sobrevivido aquí desde que el pueblo fue fundado por esclavos fugitivos hace más de 200 años. En Brasil, este tipo de comunidad es conocida como «quilombo».

Para Maria de Fatima Ferreira, una mujer de 49 años que vive aquí con su marido, cinco hijos y cuatro nietos «este es un lugar maravilloso, especial». «Tenemos una playa fantástica, pescado fresco y toda la fruta que puedas imaginar. No nos queremos marchar.»

Pero esta base espacial amenaza el futuro de este pueblo y de otros seis más. Unas 200 familias han sido avisadas que tienen que marcharse para que la base espacial pueda expandirse.

«Hemos hecho una doble decisión sobre Alcántara,» dijo Nilmario Miranda, el ministro brasileño de derechos humanos. «Primero, respetar los derechos de las comunidades que viven allí; y segundo, desarrollar la base. Si se obliga a la gente a marcharse, nuestro compromiso es asegurar la supervivencia de sus raíces étnicas, raciales y culturales.»

La oferta para las familias amenazadas es una nueva vida tierra adentro, en lo que el gobierno llama «pueblos agrícolas». Allí, ellos recibirán una modesta compensación y los ayudarán a cambiar la pesca por la agricultura.

‘Promesa incumplida’

Unas 300 familias aceptaron una oferta similar en los 80, cuando se construyó la base espacial. Y ahora, muchas de ellas se arrepientan.

«Nosotros éramos pescadores -y de pronto nos encontramos a cuatro horas del mar», dice Inaldo Faustino Silva Diniz, padre de 8 hijos. «Nos prometieron escuelas, centros de salud, agua potable y carreteras pavimentadas, pero nada de eso ocurrió.»

Eso fue en los últimos años del gobierno militar en Brasil, que dejó el poder en 1985. Hoy, el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva insiste en que las cosas serán distintas. Y que las necesidades y tradiciones de las comunidades serán respetadas.

Pero lo que suscita el debate es la posibilidad de ganancias monetarias y a la vez el status internacional que supone tener un programa espacial exitoso.

La prueba-lanzamiento del mes pasado fue descrita como un nuevo comienzo para Brasil, después de un fatal accidente en Alcántara en agosto de 2003. Entonces, 21 técnicos perdieron la vida cuando un cohete explotó en la plataforma de lanzamiento.

Incluso aquellos que pueden perder sus casas se sienten orgullosos de los logros técnicos del país. Sentada en la playa, a unos metros de su pueblo, Maria de Fatima Ferreira observa en el horizonte la antena sobresaliente de la plataforma de lanzamiento.

«Sabemos que la base es muy importante para el futuro de Brasil, y quizá para defendernos de una guerra», dice ella. «Y sabemos que algún día quizá nos marchemos. Pero por el momento, nos queremos quedar.»