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Activistas procesados por pedir “Boicot a productos israelíes”

Proceso a la ocupación israelí en Burdeos

Fuentes: Europalestine.com

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El proceso que acaba de tener lugar el viernes 4 de febrero en Burdeos, en el que dos militantes del Comité Palestine 33, comparecieron por haber fijado en octubre pasado pegatinas «Boicot a los productos hechos en Israel» sobre jugos de naranja de un mercado Champion, se transformó, provocando el desagrado de la juez que quería permanecer en el terreno de la «degradación de bienes», en un proceso contra la ocupación de los territorios palestinos.

En efecto, después de un arresto rocambolesco (sirenas de policía y llegada masiva de ésta, uso de esposas), y de una actitud increíblemente represiva de la policía que mantuvo detenidos durante 36 horas a Sakina Arnaud y a Philippe Destandau, tratándolos de manera humillante («¿Leen Mein Kampf?») y que procedió a un minucioso allanamiento en sus casas (buscando indicios nazis o terroristas), confiscando diversos objetos, y tomando nota de los nombres de todos los adherentes a la asociación…, se desinfló la tapadera de acusaciones por «discriminación contra una nación» y de «incitación al odio racial» con las que los habían amenazado.

El ministerio del interior, hasta el que había llegado el asunto, como lo indicaron los abogados, no se atrevió a acusarlos de antisemitismo pero evidentemente condujo al mercado Champion a presentar una demanda contra estos dos militantes por «degradación de mercaderías», a fin de dar un castigo ejemplar. Por lo tanto, Champion pidió 6.580 euros de daños e intereses (sin ningún justificante para esos famosos daños), mientras brillaba por su ausencia en el proceso, igual que sus abogados.

Y, mientras la juez y el fiscal (que requirió 1.000 euros de multa a cada uno de los dos militantes 5 minutos después de la apertura del proceso), trataban de mantenerse en el terreno de la «degradación», la defensa colmó el vacío. Los tres abogados de Sakina y Philippe se alternaron brillantemente para desenmascarar la maniobra, denunciar los vergonzosos métodos empleados por el gobierno en este asunto, mantener bien en alto el derecho de los militantes «de ir hasta el límite de sus derechos», afirmar que el boicot es «un medio pacífico y perfectamente legítimo cuando los derechos del hombre no son respetados»…

A pesar de los reiterados intentos de la juez de acallarlos y de limitarlos a un banal asunto de derecho común, los abogados Raymond Blet, Pierre Landete y Jean Trebesses llevaron hasta el extremo su argumentación contra la brutal ocupación de Palestina y por el derecho de recurrir al boicot cuando se trata de informar a la población sobre una situación que es tan insoportable como ilegal (comercialización de productos provenientes de los asentamientos y de los territorios ocupados).

«Cuando se trata del boicot de productos fabricados por niños en el mundo, todos los juristas aplauden», subrayó Maître Blet. ¿Por qué iba a ser condenable cuando se pisotean los derechos del hombre en Palestina?

En cuando a la degradación de las mercaderías, afirmada por la dirección del mercado Champion, Maître Landete hizo reír a toda la sala cuando fue a colocar una pegatina «Boicot» sobre el escritorio de la juez (y luego sobre el archivo de un abogado) para demostrar que nada había sido degradado y que él mismo podría ser acusado de degradación si así fuera el caso.

Muy disgustada, la juez postergó el juicio hasta el 4 de marzo, mientras decenas de militantes de diversas asociaciones (Palestine 33, Sud, Attac, CAPJPO, AC, CAP,
CGT, UJFP…) manifestaban delante del Palacio de Justicia.

La víspera del proceso, una manifestación de protesta reunió a más de 150 personas de diferentes organizaciones de Burdeos, para denunciar «la criminalización de sindicalistas y militantes» y apoyar a Sakina y Philippe.

www.europalestine.com