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Bono miente

Fuentes: Apuntes del Natural

No voy a desarrollar en detalle mi réplica a la intervención que tuvo ayer el ministro de Defensa en el Congreso -a su «comparecencia», que dicen los periodistas de ahora, adictos a los latiguillos y las frases hechas- por una razón tan simple como particular: tengo muchas otras cosas que hacer hoy, y cuanto antes. […]

No voy a desarrollar en detalle mi réplica a la intervención que tuvo ayer el ministro de Defensa en el Congreso -a su «comparecencia», que dicen los periodistas de ahora, adictos a los latiguillos y las frases hechas- por una razón tan simple como particular: tengo muchas otras cosas que hacer hoy, y cuanto antes.

Así que iré a lo esencial.

1º) Bono dice que la misión que cumplen las tropas españolas en Afganistán no es prolongación de la operación «Justicia infinita» -rebautizada más tarde como «Libertad duradera»- lanzada por Bush contra Afganistán tras los atentados del 11-S. Es falso. Se trata del mismo proceso político-militar. Que Washington consiguiera implicar a las Naciones Unidas en esa operación, venciendo las reticencias de Putin a cambio de dejarle las manos libres en Chechenia, no cambia en nada la cuestión. Hoy mismo se ha sabido (hay un despacho de Europa Press que lo cuenta) que el Ejército norteamericano acaba de lanzar en Afganistán una amplia operación militar, denominada «Resolución fulminante», que «se extenderá a todo el país» y cuyo objetivo es, en palabras del portavoz militar estadounidense, John Siepmann, «fortalecer la seguridad de los próximos procesos electorales». Siepmann se refiere a las elecciones presidenciales del 9 de octubre y a las legislativas retrasadas a la primavera de 2006 por la falta de seguridad que reina fuera de Kabul.

Huelga decir que el Ejército de los EEUU no ha sometido a la ONU ni a la OTAN la propuesta de emprender esta operación. La ha lanzado, sin más. Queda con ello una vez más en evidencia -si falta hiciera- el papel de simples comparsas que están cumpliendo las tropas enviadas bajo la autoridad formal de la una y la otra.

2º) No menos falaz es la pretensión de que el Ejército español ha ido a Afganistán para «mejorar las condiciones de vida y de seguridad del pueblo afgano». Desde que se inició la intervención extranjera en Afganistán han empeorado tanto las unas como las otras. Se ha incrementado el número de los desplazados que tratan de huir a los países vecinos, en particular a Pakistán, y la pobreza, por difícil que resultara tal cosa, ha ido a más.

3º) Trata Bono de demostrar la pureza de los propósitos que mueven a la «coalición internacional» que ocupa militarmente Afganistán alegando que allí no hay petróleo. No habiendo intereses materiales, se supone que las intenciones sólo pueden ser altruistas. Oculta que Afganistán, amén de su situación geográfica, de primera importancia estratégica, proporciona unas magníficas rutas de tránsito hacia el Mar de Omán, vía Pakistán, salida que se viene considerando como posible alternativa a las utilizadas en la actualidad para conducir el petróleo y, sobre todo, el gas extraído del subsuelo de los vecinos norteños de Afganistán.

4º) Afirma el ministro español de Defensa que las tropas españolas tienen que estar en Afganistán porque es desde allí donde parten las iniciativas del terrorismo internacional. Es el argumento de la «guerra preventiva», tan caro a Bush. En realidad es otra falacia. Afganistán pudo servir de base en el pasado a algunos grupos terroristas, pero no más que Pakistán o, desde luego, que Arabia Saudí, principal patrocinadora de la rama del Islam más proclive al fanatismo religioso y a la violencia política. Siguiendo la lógica enunciada por Bono, la «coalición internacional» debería haber enviado sus tropas hace años a Riad para hacerse con el control de ese país y forzarlo a realizar elecciones libres. Pero, como muy bien dijo Rodríguez Zapatero cuando ordenó la retirada española de Irak, «una acción militar no es la vía para la lucha contra el terrorismo internacional».

5º) Lo cual enlaza directamente con el último argumento de Bono: las tropas españolas, compuestas por «verdaderos españoles sin fronteras» -no es nadie el menda-, están en campaña «contra el fanatismo, el terror y la pobreza». Dejando de lado el asunto de la pobreza -ya debatiremos otro día sobre la distribución de la riqueza allí donde la hay-, de lo que no hay duda es de que, si de combatir el fanatismo y la falta de libertad se trata, nada justifica que se limite el área de acción a Afganistán. Arabia Saudí, los Emiratos Árabes, Kuwait… ¿No se ha planteado lo hermoso que sería llevar las libertades democráticas a los cientos de millones de chinos que carecen de ellas?

Y paro aquí. Podría añadir más y más argumentos. Las mentiras de Bono dan para mucho. Pero, como decía, me esperan otras tareas urgentes.

www.javierortiz.net