Traducido para Rebelion por LB.
Llevo más de diez años escribiendo sobre Israel, el sionismo y la identidad judía. Me encuentro inmerso en un proceso de deconstrucción y crítica de diversos textos, ideas, políticas y prácticas judías. Mi propósito es adquirir una comprensión más profunda de lo que es el sionismo. En mi opinión, el sionismo es uno de los movimientos políticos más peligrosos. Es una operación global que amenaza a diario la paz mundial.
Me complace decir que mis opiniones circulan ampliamente. Mis libros se traducen a 17 idiomas, mis artículos gozan también de una amplia circulación. Contribuyo de forma regular a numerosas revistas de izquierda tanto en publicaciones escritas como en medios on-line. No obstante, jamás he visto un texto que refutara con argumentos ninguno de mis escritos. Nadie se ha atrevido jamás a desafiar mis ideas filosóficas. En lugar de hacerlo, tergiversan mis citas, mienten y se apresuran a creerse sus propias mentiras. En otras palabras, a juzgar por sus respuestas, sionistas son y como tales se comportan.
Esta página está dedicada a mis adversarios más recalcitrantes. Es una lista abierta de las diferentes etiquetas que han sido adheridas a mi nombre. Cada etiqueta viene acompañada por mi propio comentario. Esta página es una mirada lanzada al mundo de la fealdad sionista.
Las etiquetas:
Atzmon, el judío que se odia a sí mismo.- Recientemente gané el ‘Premio Semanal de Judío Que Se Autoodia’ que concede el Jewish Chronicle (The Jewish Chronicle, 24/6/2005. Columna diaria, Simon Round).
Mi comentario: Si existe un judío político dentro de mí, ciertamente lo combato con uñas y dientes. Ahora bien, en lugar de ver ese combate como un síntoma de un estado mental patológico, tiendo a considerarlo como un saludable procedimiento dialéctico progresista.
Atzmon, el racista.- Ésta es una acusación que ha sido publicada en varios lugares. Mark Elf, un judío de la tercera categoría (1) que mantiene su propio blog está completamente convencido de que soy «profundamente racista y antisemita». Esta misma idea la repitió recientemente David Aaronovitch, otro periodista sionista especializado en recolectar pedazos de información de los sitios web judíos de Londres.
Mi comentario: No existe ni un sólo comentario racista en ninguno de mis escritos políticos o de mis actuaciones. No aludo a ninguna clase de determinismo biológico. Jamás he escrito sobre la raza ni me he referido a ella de ninguna manera. Más aún, jamás he apoyado ninguna forma de discriminación contra judíos o contra nadie. De hecho, apoyo la igualdad total. Podría admitir, sin embargo, que mis caracteres de ficción son muchas veces racistas hasta la médula, pero es precisamente su racismo lo que ridiculizo.
Atzmon, el antisemita.- Con bastante frecuencia soy acusado por parte de judíos izquierdistas de ser antisemita.
Mi comentario: Soy antisionista y me opongo a la mentalidad sionista. Abordo cuestiones relativas a la identidad judía y sí pongo en tela de juicio los vínculos entre una visión del mundo judía y el sionismo. Niego rotundamente ser antisemita. De hecho, pienso también que la noción actual de antisemitismo carece de significado.
Desde el momento en que los sionistas consiguieron establecer su Estado judío, cualquier tipo de sentimiento antijudío debería ser interpretado bien como un caso privado de xenofobia, o bien como una venganza política contra atrocidades israelíes/sionistas. En otras palabras, el título de antisemita se convirtió en un «significante vacío», es decir, en un significante que expresaba un significado vago, altamente variable, imposible de precisar o inexistente. Se trata de una fórmula verbal hueca que sólo existe como instrumento al servicio de una causa política (de modo muy similar a como lo hacen las ‘Armas de Destrucción Masiva’ de Blair y el ‘Eje del Mal’ de Bush). Dado que antisemita es un significante vacío, en realidad nadie puede ser antisemita, y esa imposibilidad naturalmente me incluye también a mí. Resumiendo: o bien eres un racista -cosa que no soy-, o bien tienes una discrepancia ideológica con el sionismo -cosa que sí tengo.
Atzmon, el negador del Holocausto.- En una carta a Bookmarks, una librería socialista de Londres, Tony Greenstein, activista étnico britano-judío y hombre de la tercera categoría, llamaba a montar un piquete contra la librería con motivo de mi presencia en ella. En la carta en la que explicaba de forma oficial su posición se refería a mí como «el negador del Holocausto Gilad Atzmon».
Mi comentario: Los judíos de la tercera categoría aman el Holocausto, de modo que algunos de ellos dedican gran parte de su tiempo a localizar a quienes lo niegan. Greenstein es sin duda un cazador de negadores del Holocausto. De todas formas, el mismo día, tras advertirle de que lanzar contra mí una acusación como aquella podría causarle algunos problemas legales, Greenstein reculó y abandonó la acusación de «negador del Holocausto». Greenstein se presenta a sí mismo como un marxista judío. No sé si comprende la dialéctica marxista, pero es evidente que el lenguaje del materialismo sí lo entiende. Cuando el asunto amenazó su bolsillo le faltó tiempo para emprender la retirada.
De todas formas, una acusación así es muy poco corriente, habida cuenta de que en mis escritos no existe ni una sola expresión que suponga negación del Holocausto. Debo suponer que se trata de una etiqueta utilizada por gentes de la tercera categoría como escudo sionista. Los sionistas se obstinan activamente en impedir cualquier debate sobre este tema que vaya más allá del discurso estándar. A lo que se ve, los judíos marxistas de la tercera categoría desempeñan la función de hoja de parra sionista.
Dicho lo cual, debo admitir que albergo muchas dudas acerca del discurso sionista sobre el Holocausto. Familiar como soy con muchas de las discrepancias existentes dentro del discurso enérgicamente impuesto, conociendo perfectamente como lo hago la devastadora historia de la estrecha colaboración entre nazis y sionistas antes y durante la Segunda Guerra Mundial, soy perfectamente consciente de que el discurso oficial sobre el Holocausto sirve más para ocultar que para descubrir la verdad. Pero no se trata exclusivamente de una cuestión histórica. Es evidente que el Holocausto plantea una cuestión ética. A la vista de la dimensión del trauma judío causado por el Holocausto, debemos preguntarnos cómo es posible que un pueblo que sufrió tanto (los judíos) pueda inflingir tanto dolor a otro pueblo (los palestinos).
Puedo ir incluso un paso más allá. Puesto que los palestinos son las últimas víctimas de Hitler, no podemos aislar el discurso sobre el Holocausto de la causa palestina. Los nativos de Palestina soportan las consecuencias de la desastrosa historia judía. Sin embargo, realmente quiero creer que los palestinos serán liberados antes de que el discurso sobre el Holocausto derive y se consolide como una explicación histórica razonable. Claramente, no hemos llegado a ese punto todavía.
Atzmon, el apologista de los negadores del Holocausto.- Roland Rance, otro marxista judío de la tercera categoría, se sacó de la manga una novedosa solución. En lugar de llamarme «negador del Holocausto», calificación de la que pueden derivarse algunas consecuencias legales desagradables, optó por la versión suave: «apologista de negadores del Holocausto».
Mi comentario: Para aquellos que no hayan leído mi último libro, en realidad versa íntegramente sobre Roland Rance y sus hermanos criptosionistas. Algunos judíos no pueden vivir sin Hitler. Esto es válido principalmente para los judíos de izquierda. Mientras que los sionistas de derechas decidieron vivir aferrados a su espada, el moderno judío de izquierdas, el que abandonó a Dios, el que vio derrumbarse el Moscú estalinista, busca la esencialidad. Para Rance, Greenstein, Elf y otros el Holocausto es la nueva religión judía. Por un momento me he estado preguntando si eliminarán de su dieta la sopa de pollo y adoptarán en su lugar algunos platos alternativos de gulash. Como sabemos, la cocina judía es portadora de un simbolismo histórico significativo. La ‘maza’ rememora la interminable marcha por el desierto, la ‘cabeza de pescado’ persigue suscitar pensamientos supremacistas (‘todos nosotros estaremos en la cabeza y no en la cola’), el `falafel’ representa la colonización de Palestina, etc.
Atzmon, el antisemita no racista.- Últimamente me he topado con esta extravagante etiqueta.
Mi comentario: Esto es básicamente una contradicción (un racista no-racista). Pensé que debía presentar este contradictorio título simplemente para demostrar que el mundo de la difamación sionista desborda cualquier esquema lógico reconocido. En el universo sionista ‘A y no-A’ son una posibilidad válida.
Atzmon, el comunista: Mientras que los marxistas judíos de la tercera categoría me acusan de ser un racista de derechas, sus hermanos derechistas hablan de mí como «rojo comunista».
Mi comentario: Aunque simpatizo con la ideología marxista, sostengo que el discurso material y colonial es demasiado limitado para arrojar luz sobre el conflicto israelo-palestino. Busco respuestas en otros lugares distintos del ámbito de la mera política de la clase trabajadora.
Atzmon, el defensor de los Protocolos de los Ancianos de Sión: Ocasionalmente soy acusado por judíos derechistas e izquierdistas de apoyar esa vieja superchería zarista.
Mi comentario: En realidad, lo contrario es cierto. Sostengo que los Protocolos son completamente irrelevantes. Los lobbies sionistas de todo el mundo están implicados de forma abierta en actividades políticas a escala global y en tácticas internacionales asesinas. Los palestinos no son las únicas víctimas de la lógica sionista. A lo largo de toda su historia el sionismo apoyó a las más perversas fuerzas colonialistas. Ésta es la esencia del sionismo político: todo lo que es bueno para los judíos está bien.
Hace unos meses saqué a la luz algunos extractos procedentes de una provecta célula sionista interna en North West Yahoo. Si quieres saber cómo operan, visita su URL:
Atzmon, el promotor de la quema de sinagogas: Fui acusado de haber sugerido en la London School of Oriental and African Studies que quemar sinagogas es un acto racional.
Mi comentario: Si hubiera algo de cierto en esa acusación en estos momento estaría entre rejas por incitación al crimen racial. Huelga decir que la Policía Metropolitana ni siquiera se me ha acercado. De todos modos, he aquí el comentario que envié al Observer acerca de aquel acto:
«De ninguna manera justifiqué ninguna forma de violencia contra judíos, contra intereses judíos o contra personas inocentes. En la School of Oriental and African Studies estábamos debatiendo la cuestión de la racionalidad del antisemitismo. Sostuve que puesto que Israel se presenta a sí mismo como el «Estado del pueblo judío», y teniendo en cuenta las atrocidades cometidas por el Estado judío contra los palestinos, cualquier forma de actividad antijudía puede ser interpretada como un acto de retaliación política. Lo cual no la convierte en justa». (http://observer.guardian.co.uk/letters/story/0,,1468961,00.html).
Atzmon, el propagador del mito de los judíos como asesinos de Jesucristo.
Mi comentario: Que los judíos mataran a Jesucristo no es un mito. Se trata más bien de un relato histórico y teológico. El que sea o no cierto no me concierne. No obstante, sí cuestiono las similitudes entre la ‘Pasión de Cristo’ y la pasión del pueblo palestino. Critico también cómo los judíos se sienten ofendidos si se les asocia a un crimen cometido por sus antepasados hace dos mil años. Critico la insistente tendencia judía de crucificar a sus mensajeros. Lo hicieron con Jesucristo, con Spinoza, con Chomsky, estos días lo están haciendo con Finkelstein y Shamir. Existe un sitio web judío bien mantenido dedicado a `aquellos que se odian a sí mismos’ y que deben ser clavados al madero. Visítalo y juzga por ti mismo (http://masada2000.org/list-A.html)
Atzmon el chiflado, Atzmon el pirado, Atzmon el tarambaina, Atzmon el bala perdida, Atzmon no sabe tocar el saxofón, Atzmon y Atzmon y Atzmon y…
Mi comentario: Debo haber tocado algún nervio. He rasgado una cuerda y pienso seguir rasgándola una y otra vez. Al fin y al cabo, por encima de todo soy un músico de jazz.
(1) El concepto de «judío de la tercera categoría» lo define el propio Gilad Atzmon en un texto titulado «La tercera categoría y el Movimiento de Solidaridad Palestino» (http://www.gilad.co.uk/html%20files/3rd.html), donde explica que existen tres tipos de judíos:
«Desde el punto de vista de la percepción de sí mismo, aquellos que se denominan a sí mismos judíos podrían dividirse en tres categorías principales:
1. los que practican el judaísmo.
2. los que se consideran a sí mismos como seres humanos a los que les el azar les ha deparado tener origen judío
3. los que ponen su judeidad por encima de todos sus demás rasgos.»
Texto original inglés en: http://www.gilad.co.uk/html%20files/1001lies.html