Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens
El primer ministro palestino Ismail Haniyeh declaró hoy lunes a Haaretz que el gobierno de Hamas está dispuesto a aceptar un alto el fuego [hudna] prolongado si Israel se retira a las fronteras de 1967.
«Si Israel se retira a las fronteras de 1967 prevalecerá la paz e iniciaremos un alto el fuego de muchos años», dijo Haniyeh durante una entrevista en su despacho, situado al sur de Gaza. «Nuestro gobierno está dispuesto a mantener un alto el fuego prolongado con Israel.»
Ziad Zaza, el ministro de Transportes palestino, describió el hudna durante la entrevista como «un alto el fuego que se reanudará automáticamente cada vez».
Haniyeh expresó sorpresa ante el hecho de que el gobierno israelí no haya aceptado la decisión del gobierno palestino de permitir que sus ministros entablen negociaciones con representantes del gobierno israelí sobre cuestiones del día a día. La decisión fue una de las primeras que tomó el gobierno de Hamas y Haniyeh la considera como parte de un enfoque global: su gobierno está dispuesto a entablar conversaciones con Israel en asuntos prácticos, no ideológicos o políticos.
A la pregunta sobre la incapacidad de su gobierno por mostrar el menor interés en cambiar sus posiciones o aceptar la iniciativa de paz árabe presentada en la cumbre de Beirut de 2002, Haniyeh respondió: «Eso es un asunto entre nosotros y los árabes».
El primer ministro declinó hablar de los estatutos de Hamas, que rechazan la existencia de Israel, y lo hizo con las siguientes palabras: «Dejemos al margen a Hamas, le estoy hablando como jefe del gobierno palestino, el gobierno de todos los palestinos, y no como jefe de un movimiento».
Haniyeh y sus socios están molestos de que se identifique a su gobierno como de Hamas e insisten en que se lo mencione como «el gobierno palestino».
Haniyeh declaró asimismo que Israel debía entregar a la Autoridad Palestina el dinero de los impuesto que ha recaudado y que está reteniendo. Dijo que la transferencia de 50 millones de NIS [New Israeli Shekel] en medicinas y material sanitario para centros de salud palestinos, aprobada el domingo por el gabinete israelí, representa sólo una pequeña parte del dinero que Israel debe pagar a los palestinos.
A pesar de la violencia que persiste hoy lunes en la Franja de Gaza, las calles abarrotadas de gente dan la impresión de una relativa tranquilidad. Los miembros de la nueva fuerza de seguridad, que está bajo la jurisdicción del ministro del Interior palestino, están en sus puestos en las intersecciones de Gaza. Llevan armas, visten uniformes oscuros y parecen organizados, en contraste con los miembros de otras fuerzas de seguridad, que están junto a ellos y en ocasiones parecen desorganizados. Muchos señalan que el despliegue de la nueva fuerza de seguridad, cuyos miembros son principalmente de Hamas, ha llevado a Gaza al borde de la guerra civil.
Pero Ghazi Hamed, el portavoz del gobierno palestino, declaró que a pesar de la tensión no habrá guerra civil, porque nadie la desea. Dijo que Gaza tiene bastante con otros problemas: un sitio económico y político, el desempleo, una economía paralizada y trabajadores que no están recibiendo sus salarios.
«Ninguno de nosotros está recibiendo su sueldo, ni siquiera el primer ministro Haniyeh o los ministros del gobierno», añadió Hamed.
Señaló que el gobierno no ha tenido más remedio que organizar una nueva fuerza de seguridad para proteger a los residentes de las bandas armadas y las milicias que han surgido a lo largo de los años, ya que las anteriores fuerzas de seguridad eran incapaces de controlarlas, según Hamed. «Los residentes están satisfechos y apoyan a estas fuerzas», concluyó.
Algunos miembros del al-Fatah dicen que el pueblo no apoya a esta fuerza de seguridad competidora. En una reunión entre activistas del al-Fatah y los autodenominados líderes de su brazo militar, las brigadas de los mártires de al-Aqsa, un activista se quejó de que el movimiento de al-Fatah no haya respondido de forma rápida y contundente para impedir el despliegue de las fuerzas de Hamas, que considera ilegales. «No se equivoquen al creer que el pueblo los quiere», dijo. «Les tienen miedo.»
No obstante, los miembros de las diversas fuerzas de seguridad parecen llevarse bien. En una plaza del bulevar Al-Jala que va desde el campo de refugiados de Jabalya al centro de Gaza, unos policías de las fuerzas de seguridad que operan bajo el mando del presidente palestino Mahmoud Abbas estaban charlando con miembros de las «fuerzas operativas» afiliadas a Hamas.
«No son jóvenes extranjeros que han venido de la luna», dijo un transeúnte. «Pertenecen a nuestro pueblo, son miembros de las mismas familias y de los mismos vecindarios y no van a pelearse entre sí.»
Hamed dijo que el apoyo a Hamas crece día a día y que Hamas ha recaudado 250.000 dólares para los necesitados de Gaza durante el fin de semana. Añadió asimismo que Hamas adaptaría su ideología a la situación actual.
«Con el tiempo ajustaremos nuestras posiciones a la realidad y cambiaremos», señaló. «Pero de ninguna manera lo haremos bajo la presión de un sitio y sólo para conseguir dinero. Ya lo hemos dicho: estamos dispuestos a comer pan e hisopo [za’atar], pero no nos rendiremos jamás.»
http://www.haaretz.com/hasen/spages/718678.html.
Manuel Talens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.