El jefe del Hezbollah, el jeque Hassan Nasralá, ha reaparecido tras declararse vencedor de la reciente guerra en el sur del Líbano para advertir de que cualquier intento de desarmar sus milicias convertíría al Líbano «en otro Irak o Afganistán». Además, ha acusado a Estados Unidos e Israel de tratar de transformar la Fuerza Interina […]
El jefe del Hezbollah, el jeque Hassan Nasralá, ha reaparecido tras declararse vencedor de la reciente guerra en el sur del Líbano para advertir de que cualquier intento de desarmar sus milicias convertíría al Líbano «en otro Irak o Afganistán».
Además, ha acusado a Estados Unidos e Israel de tratar de transformar la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano las fuerzas de la ONU (FINUL) en fuerza de «ocupación».
El líder chií ha revelado que a pesar de los intentos para impedir la transferencia de armas a su grupo, éste ha «recuperado todo su potencial», al contar en la actualidad con 33.000 cohetes, 11.000 más de los que tenía el pasado 22 de septiembre. «La resistencia en Líbano es fuerte, sólida, capaz y preparada, y serán incapaces de minarla a pesar de los retos a los que se enfrente».
Negociaciones para el canje de prisioneros
Nasralá, ha asegurado que hay «negociaciones serias» sobre un canje de prisioneros entre su grupo e Israel y ha advertido contra la transformación de la FINUL en una fuerza de ocupación, según la prensa local. «El mediador de la ONU en el asunto de los prisioneros se reúne con responsables del Hezbollah e israelíes y las negociaciones prosiguen», dijo Nasral en una entrevista de tres horas emitida anoche por la televisión Al Manar.
El 12 de julio, Hezbollah capturó dos soldados israelíes con la pretensión de canjearlos por libaneses y árabes encarcelados en Israel, lo que detonó la guerra no declarada de dicho país contra el Líbano que causó miles de víctimas, un millón de desplazados y cuantiosos daños materiales. Contra Estados Unidos
Por otra parte, ha arremetido contra Estados Unidos a quien responsabiliza de la prosecución de la violencia en Irak y Afganistán y ha asegurado que la política de Washington fracasó en la región. «Afganistán es un fracaso. En Irak, la seguridad, tanto a nivel militar como político, ha fracasado de modo claro. En este caso ¿la responsabilidad no recae en la Administración norteamericana y en las fuerzas de ocupación que controlan la situación?
En cuanto a la situación interna, ha acusado al poder de ser «débil y miedoso» y estima que «perdió toda credibilidad en la calle», por ende, ha instado a la formación de un gobierno de unidad nacional y a elecciones anticipadas. La mayoría de los libaneses, un 70%, desea un gobierno de unidad nacional para hacer frente a los graves y peligrosos desafíos a los que está confrontado el país».
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