Funcionarios del Ministerio israelí del Interior y de la Administración de Tierras demolieron hoy, con protección oficial, 17 viviendas en una aldea beduina no reconocida por las autoridades conocida como Al Tuayil. La policía israelí detuvo a cuatro jóvenes del lugar que intentaron impedir la demolición de sus hogares. La aldea, con cincuenta familias residentes, […]
Funcionarios del Ministerio israelí del Interior y de la Administración de Tierras demolieron hoy, con protección oficial, 17 viviendas en una aldea beduina no reconocida por las autoridades conocida como Al Tuayil.
La policía israelí detuvo a cuatro jóvenes del lugar que intentaron impedir la demolición de sus hogares.
La aldea, con cincuenta familias residentes, se encuentra al norte de la ciudad de Beersheva y los damnificados se proponen vivir en tiendas de campaña.
Según informa el diario Haaretz, la demolición se efectuó a pesar de una recomendación para posponerla de la Comisión Parlamentaria para Asuntos del Medio Ambiente hasta que los inquilinos encuentren casas en otro lugar o encuentren otra solución.
El ministro del Interior israelí, Roni Bar-On, dijo al comité que pidió posponer la demolición, que actualmente hay 42.000 viviendas ilegales en aldeas beduinas construidas sin la debida autorización oficial en el desierto meridional del Néguev y, por tanto, el Estado tenía el derecho de destruir las que demolió esta mañana.
El diputado árabe Talab al Sana, de la Lista Arabe Unida, manifestó a los periodistas que se trata de ‘una declaración de guerra a los ciudadanos beduinos’ y ‘un crimen’ pues deja a niños y ancianos sin techo ante la llegada del invierno.
Al Sana añadió que dijo el Estado arrasa viviendas beduinas y, simultáneamente, aprueba la construcción de decenas de granjas y casas para residentes judíos del Néguev.
Aludía a la instalación de ex colonos de los asentamientos judíos de Gaza, evacuados hace más de un año, y al traslado de plantaciones de frutales del centro del país a ese desierto.
La mudanza de esos campos al Néguev obedece a que en el centro del país las tierras han decuplicado su valor y se destinan a la construcción de edificios altos.
Al Sana indicó que ‘este acto terrorista no nos impedirá seguir nuestra lucha por la justicia y una vida digna’.
Otro diputado árabe, Hanna Suaid, del Partido izquierdista Hadash, calificó la demolición de ‘brutal’.
El rotativo israelí informa de que el ministro Bar-On tiene previsto visitar dentro de un mes el desierto del Néguev, donde reside el grueso de la comunidad beduina, que es parte de la minoría árabe del país, para estudiar los problemas que afectan a sus miembros.