La situación en Cisjordania se recrudeció ayer con nuevas incursiones del Ejército israelí, que entró en la ciudad de Ramala matando a cuatro civiles palestinos e hiriendo a otros veinticinco, tres de ellos de gravedad, mientras en la franja de Gaza continuaban los enfrentamientos entre milicianos de Hamas y Al Fatah, que ayer se cobraron […]
La situación en Cisjordania se recrudeció ayer con nuevas incursiones del Ejército israelí, que entró en la ciudad de Ramala matando a cuatro civiles palestinos e hiriendo a otros veinticinco, tres de ellos de gravedad, mientras en la franja de Gaza continuaban los enfrentamientos entre milicianos de Hamas y Al Fatah, que ayer se cobraron la vida de al menos seis personas. Además, los hebreos invadieron también Belén, donde secuestraron a un hombre que se encontraba herido.
Poco después de producirse la invasión de Ramala, el presidente palestino, Mahmud Abbas, condenó duramente la incursión, afirmando que estos actos son «prueba de que los llamamientos isrealíes a la paz y la seguridad son falsos».
En un comunicado, Abbas pidió ayer a comunidad internacional que controle a Israel.
Las operaciones militares hebreas se produjeron dos semanas después de que Abbas se reuniera con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, quien había prometido un paquete de medidas para rebajar las restricciones y la tensión.
Sin acuerdo en Sharm al Sheij
Por otro lado, la reunión que ayer mantuvieron Olmert y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en Sham el Sheij concluyó, tras varias horas de encuentro, sin acuerdo sobre una fecha para una posible conferencia regional de paz sobre Oriente Medio. La convocatoria de una conferencia que agrupase a palestinos, israelíes, egipcios y, posiblemente, a jordanos, era una de los principales temas de la reunión.
Mubarak dijo que «la violencia recíproca no permite la reanudación del proceso de paz».
Olmert se mostró dispuesto a sentarse con Abbas, pero añadió que personas como Jaled Meshal, jefe de la oficina política de Hamas, «obstaculizan» sus planes al «no reconocer el derecho a existir de Israel».