Se quedó pequeña la Sala Borges de la Casa de América de Madrid, para arropar y escuchar a Olga Salanueva y Adriana Perez, esposas de Gerardo Hernandez y Rene Gonzalez, dos de los cinco héroes cubanos presos en Estados Unidos. Este encuentro con intelectuales y la sociedad civil madrileña sirvió para conocer un poco mejor […]
Se quedó pequeña la Sala Borges de la Casa de América de Madrid, para arropar y escuchar a Olga Salanueva y Adriana Perez, esposas de Gerardo Hernandez y Rene Gonzalez, dos de los cinco héroes cubanos presos en Estados Unidos.
Este encuentro con intelectuales y la sociedad civil madrileña sirvió para conocer un poco mejor la situación de estos cinco jóvenes que son considerados Héroes Nacionales en Cuba.
Detenidos en 1998 por agentes del FBI, dos años después comenzó uno de los procesos judiciales más largos y controvertidos de la historia reciente de Estados Unidos.
Acusados de espías y de ir contra la seguridad nacional del vecino del norte, todos ellos negaron estas imputaciones y reconocieron ante el jurado de Miami que su deber «era alertar del peligro de atentados» como el que sufrió un avión civil cubano, en el que murieron casi ochenta personas en 1976.
El que autores de actos terroristas contra Cuba, como Orlando Bosch y José Basulto, intentasen formar parte del jurado o el mismo emplazamiento de su celebración, son claves para entender las desproporcionadas sentencias.
Pero en palabras de sus esposas, sobre todo el que estos jóvenes cubanos renunciasen a sus vidas tranquilas en Cuba, todos ellos eran profesionales reconocidos, era un ejemplo que la mafia de Miami quería castigar.
Por todo ello sus esposas presentaron una apelación en la Corte Suprema de Atlanta, en la que tras 16 meses de análisis del proceso, tres jueces elaboraron un dictamen en el que expresaron de manera unánime que el juicio seguido en Miami había sido un error y que debían anularse las sentencias
En el encuentro resaltaron el silencio informativo que hay en torno al proceso que están viviendo, cuando según ellas es importantísimo el papel que tiene que jugar la opinión pública internacional y sobre todo la de Estados Unidos.
Ambas mujeres denunciaron la dilatación del proceso de apelación y la negación sistemática de las autoridades estadounidenses a concederles permisos para visitarles.
En debate abierto con el público presente, pudieron recibir las muestras de cariño y solidaridad, algo que resaltaron ambas mujeres como muy importante ya que «de la mano de la solidaridad hemos abierto muchas puertas y de la mano de la solidaridad abriremos las celdas».