Mercosur, un área de libre comercio formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con intentos de trasladar ciertos elementos institucionales de la Unión Europea, es el bloque más consolidado de América Latina. De hecho, Venezuela, sin excluir otras posibilidades, ha pedido su ingreso. Es un mercado amplio y tiene muchos […]
Mercosur, un área de libre comercio formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con intentos de trasladar ciertos elementos institucionales de la Unión Europea, es el bloque más consolidado de América Latina. De hecho, Venezuela, sin excluir otras posibilidades, ha pedido su ingreso.
Es un mercado amplio y tiene muchos pretendientes en Acuerdos preferenciales de comercio. Si Chile es el país que ha desarrollado más ampliamente acuerdos de libre comercio, con limitados planteamientos diferentes a los que son eliminación de barreras comerciales, Mercosur tiene planteamientos más ambiciosos, tanto en el apartado de institucionalización interna, se habla de moneda común y de fondos estructurales, con asambleas parlamentarias, libre circulación de trabajadores, etc.
Próximamente, en la próxima Cumbre de Montevideo, de la semana del 17 al 19, se ultimará un Tratado de Libre Comercio entre Mercosur e Israel.
La nueva Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, siendo candidata, estuvo en Israel y poco se compadeció de la situación de la Palestina Ocupada, de la expropiación de recursos palestinos por la potencia ocupante o del marchamo israelí en la procedencia de productos y servicios de los territorios ocupados árabes; menos de la discriminación de la población árabe israelí en el modelo productivo. Los otros gobernantes parecen escurrir el bulto de sus responsabilidades. Del apoyo que significaría ese tratado con los carceleros de Gaza y la práctica colonial económica que se ejerce sobre los palestinos.
Así, el embajador israelí en Uruguay, Yoel Barnea, se jactaba que el acuerdo prevé la reducción de aranceles de importación en los productos, pero que incluye algunas restricciones en algunos bienes que serán desgravados en forma gradual, pues cada parte «tiene industrias que quiere proteger». Pero descartaba que hubiera algún problema con el derecho internacional y que era legítimo que se pudiera acordar con Israel un Acuerdo. Un Acuerdo que no tiene restricciones con respecto a la procedencia de los productos, con la práctica colonial israelí y con el apoyo a su maquinaria de asfixia al pueblo palestino. De hecho Israel tiene Acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo sin que sus acciones políticas-comerciales de colonización hayan tenido ningún reparo.
Los movimientos de solidaridad, muy focalizados en las relaciones con Estados Unidos y las comunidades árabes en esos países han tenido poca capacidad de denuncia ante la falta de transparencia y la jerarquización de las negociaciones con limitada repercusión informativa.