La ONG de ámbito estatal Solidaridad para el Desarrollo y la Paz (SODePAZ), con trabajo en los Territorios Ocupados de Palestina desde el año 1992, emite el siguiente comunicado por las presiones ejercidas por la Embajada de Israel al normal desarrollo de nuestra labor y compromiso con la causa de liberación Palestina. La asociación en […]
La ONG de ámbito estatal Solidaridad para el Desarrollo y la Paz (SODePAZ), con trabajo en los Territorios Ocupados de Palestina desde el año 1992, emite el siguiente comunicado por las presiones ejercidas por la Embajada de Israel al normal desarrollo de nuestra labor y compromiso con la causa de liberación Palestina.
La asociación en el desempeño habitual de ese compromiso de solidaridad organizó entres los días 12 y 22 de Mayo de 2008 la muestra de cine con título «60 años de Apartheid y Limpieza Étnica, 60 años sin Palestina» ubicada en el marco de conmemoraciones realizadas en todo el Estado español por la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, con motivo de los 60 años de la Nakba (catástrofe). El trabajo de SODePAZ en este ámbito viene en ocasiones cofinanciado por diferentes instituciones públicas del estado. La muestra se desarrolló con éxito en el Centro Madrileño de Imágenes Conde Duque, donde SODePAZ viene organizando actividades relacionadas con el cine desde ya hace varios años, habiéndose convertido en un colaborador habitual del centro.
Unas semanas después la persona de SODePAZ encargada de la coordinación de la muestra recibió una llamada por parte de la dirección del Centro Madrileño de Imágenes, solicitando una serie de informaciones que la Embajada de Israel en España había requerido al Ayuntamiento de Madrid, y que ahora nos trasladaban. La embajada quería saber quién es SODePAZ, por qué había financiación del Ministerio de Exteriores, por qué se organizaba una muestra «en contra» de Israel en un espacio del Ayuntamiento, por qué se utilizaban términos como apartheid o limpieza étnica, toda una serie de cuestionamientos sobre nosotros, sobre la solidaridad con Palestina y el empleo de espacios públicos en la ciudad de Madrid, que lo que en realidad debe poner en tela de juicio de una vez por todas es la ilegitimidad de la ocupación israelí de Palestina, así como de todas las acciones en Israel o en cualquier lugar del mundo para evitar que nadie critique la ocupación sangrante y criminal que 60 años de impunidad amenazan con perpetuar.
El trabajo de asociaciones como SODePAZ o redes como la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, así como el apoyo de instituciones del estado es público, así como la libertad de programación cultural y cinematográfica en espacios públicos de la ciudad de Madrid, por ello de manera pública y clara, no privada e intimidatoria, desvelamos estas presiones que Israel de forma habitual realiza sobre instituciones públicas y privadas en toda Europa y todo el mundo.
El Centro Madrileño de Imágenes, es su larga trayectoria promoviendo el cine y la cultura, solo han sufrido este tipo de injerencias en dos ocasiones.
Esto por un lado quiere decir, que Israel quiere continuar con su política de hechos consumados en Palestina, elemento muy preocupante pero que ya conocíamos, pero además significa, y esto es aún más preocupante, su injerencia en la actuación de organizaciones civiles que usan espacios puestos a disposición por nuestros poderes públicos y por tanto a su ciudadanía.
Esta actitud intervencionista que nos parece tan peligrosa y preocupante, abre la puerta y accede con toda naturalidad al seno de nuestras instituciones públicas, que aceptan las presiones israelíes en cuestiones que no les atañen, como las muestras de cine que se organizan en espacios públicos de la ciudad de Madrid. ¿Acaso la Embajada española pide cuentas a la Municipalidad de Jerusalén por las muestras de cine que se organizan allí con fondos del Estado de Israel? Este es solo un ejemplo más del intervencionismo israelí en la política de solidaridad con Palestina, que deniega la entrada de la ayuda exterior española a Gaza, que dificulta, impide, destruye el trabajo de cooperación que se intenta desempeñar en Cisjordania, obstruye y limita la entrada de cooperantes y activistas sociales a Palestina y que, presiones e injerencias como las que en estos días hemos sufrido, exporta al propio territorio del Estado español tratando de impedir cualquier expresión de solidaridad, a través de actividades de sensibilización en la ciudad de Madrid, como es el caso.