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La farsa continúa

Fuentes: Uruknet

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

A pesar de su parloteo acerca de «seguir hasta el final» y «mantener el proceso en marcha», la última visita de Condoleezza Rice a Israel/Palestina ocupada fue un tardío reconocimiento tácito del fracaso de la propuesta del gobierno Bush en relación a la cuestión palestina.

Es más, a pesar de las muchas visitas a Jerusalén este y a Ramala, que cuestan millones de dólares a los contribuyentes estadounidenses, se puede decir sin temor a exagerar que los logros de Rice equivalen a un cero redondo.

Rice había querido llevar a cabo la visión de su jefe de ver dos Estados en la Palestina histórica, Israel y una entidad palestina vagamente definida, que vivieran en paz el uno al lado del otro.

Sin embargo, tras casi ocho años de frenética diplomacia, de promesas incumplidas y de esperanzas no realizadas, este objetivo ahora es tan ilusorio como siempre.

De hecho, no se mentiría si se dijera que la posibilidad de crear un Estado palestino verdaderamente viable en Cisjordania es ahora menos realista que cuando Bush llegó a la Casa Blanca hace casi ocho años.

La proliferación intensiva de colonias judías en los territorios ocupados de 1967 simplemente ha hecho inalcanzable la creación de un Estado palestino. No debemos prestar atención a quienes afirman lo contrario. Simplemente no saben de qué están hablando asumiendo que son sinceramente ignorantes.

En una conferencia de prensa conjunta con su homóloga israelí, Tzipi Livni, Rice a penas aludió a la continua expansión de las colonias judías. Sólo logró evocar la vieja y tópica fórmula que hemos estado oyendo ad nauseam, a saber, que los «actos unilaterales» (fíjense que ni siquiera pronunció la palabra «asentamientos») no ayudan al proceso de paz.

Pues bien, Rice y su jefe llevan siglos diciendo las mismas cansinas palabras mientras que Israel sigue incólume, robando tierra árabe y construyendo asentamientos judíos.

Así pues, ¿cómo se supone que tenemos que interpretar esta farsa o juego de simulación? ¿Existe un entendimiento tácito entre Estados Unidos e Israel según el cual el primero sigue repitiendo algunas declaraciones que son falsas y que en apariencia critican la expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania, mientras que el segundo continúa construyendo los asentamientos sin tener en cuenta lo que los altos cargos estadounidenses afirman a este respecto?

Hace unos pocos años George Bush arremetió contra la construcción del muro de la vergüenza que mutila la tierra palestina y serpentea por los centros de población palestinos reduciéndolos a campos de detención de facto.

Sin embargo, los dirigentes israelíes ignoraron en realidad las palabras de Bush ya que saben demasiado bien que no Bush estaba en condiciones de actuar en el sentido de sus palabras.

Así pues, ¿por qué iba Israel a tomar en serio a una administración que abiertamente dice que no va a castigar a Israel haga lo que haga y que nunca va a obligar a Israel a hacer nada en contra de sus deseos?

Aparte de la increíble expansión de los asentamientos que el régimen sionista lleva a cabo de manera frenética, Rice debe haberse sentido satisfecha con el continuo asedio criminal impuesto a un millón y medio de palestinos indefensos en Gaza.

Esta mujer manifiestamente insensible nunca diría una sola palabra acerca de los sufrimientos que están padeciendo estos hombres, mujeres y niños martirizados a los que se hace sufrir y morir porque han tenido la audacia de elegir a un partido político que no les gusta ni a Israel ni a la administración Bush.

No cabe la menor duda de que la manera que occidente y Estados Unidos tienen de afrontar los terribles sufrimientos de Gaza es un estigma de vergüenza en la frente del mundo occidental.

A fin de cuentas, estamos hablando de una nefanda connivencia entre Israel, un Estado judeo-nazi que piensa, se comporta y actúa como un Estado nazi, y los gobiernos occidentales en cometer por razones puramente políticas un genocidio a cámara lenta contra un pueblo inocente.

Israel solía decir al mundo que el funesto bloqueo a Gaza era una medida defensiva con el objetivo de obligar a los palestinos a dejar de lanzar proyectiles caseros contra los asentamientos israelíes vecinos.

Sin embargo, cuando finalmente se llegó a un alto el fuego hace más de dos meses, Israel mantuvo el bloqueo prácticamente igual, y tanto Israel como Egipto, aparentemente con la aprobación estadounidenses, mantuvieron cerrado el paso de Rafah, la única salida al mundo exterior de Gaza.

A decir verdad, gracias a este persistente bloqueo criminal Gaza es más que únicamente «la mayor prisión a cielo abierto del mundo», como se pregona en el exterior. En realidad Gaza es un auténtico campo de concentración, un campo de concentración en el que se mata a la gente de hambre, se la atormenta y hace sufrir y morir por diabólicos cálculos políticos que tiene relación con acelerar la hegemonía global estadounidense y la supremacía judía.

Del lado palestino hay unos dirigentes claramente estúpidos cuya única preocupación es su permanencia política aunque dé la casualidad de que esto sea a expensas del pueblo palestino y de su imperecedera causa justa.

Esta es la razón por la que los autoproclamados dirigentes «legítimos» [palestinos] desean entregarse a unas interminables e inútiles negociaciones con nuestros torturadores mientras que Israel sigue robando nuestra tierra, demoliendo nuestras casas y construyendo asentamiento para aspirantes a inmigrantes judíos procedentes de todas partes del mundo.

Son los mismos dirigentes que siguen persiguiendo y reprimiendo a sus propios ciudadanos arrestándolos, torturándolos e incluso matándolos en nombre de Israel. Son unos dirigentes que están construyendo un descomunal aparato de seguridad, con fondos y adiestramiento estadounidenses, no para liberar nuestra tierra de las criminales garras del sionismo sino para atacar aún más salvajemente a nuestro combativo pueblo y debilitar su capacidad de lograr la libertad.

Y ahora estamos a punto de entrar en una nueva fase de este absurdo proceso de «paz» en el que Palestina continúa siendo crucificada y masacrada mientras el mundo entero desempeña el papel de espectador.

Con Ehud Olmert a punto de abandonar muy pronto la escena política israelí y con un Bush al que le quedan sólo unos pocos meses en la Casa Blanca, la causa palestina con todos sus calamitosos aspectos tendrá que esperar al menos hasta que se organice la próxima administración estadounidense, lo que llevará varios meses.

Por lo tanto es imperioso que los patriotas palestinos encuentren lo antes posible una manera de salir de este absurdo.

Quizá deberíamos pensar seriamente en abandonar toda la estrategia de un Estado palestino basada en la denominada solución de un Estado. Esta desafortunada estrategia está perdiendo credibilidad y relevancia, y se está convirtiendo en un desastroso lastre que mina nuestra lucha y nuestras aspiraciones de libertad y de justicia.

Lo importante es que ya no debemos permitirnos más a nosotros mismos el ser mantenidos como rehenes de esta farsa conocida con el nombre de «el proceso de paz» que sólo supone muerte y destrucción para nuestro pueblo y su justa causa.

Enlace con el original: www.uruknet.info?p=46769