Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Los problemas de Gaza han sido de algún modo relegados, cuando no completamente eliminados , del radar de los medios dominantes y, consiguientemente, de la conciencia y del conocimiento del mundo. Al desenganchar a la gente de todo el dolor y la desgracia que inunda la Franja, se hace llegar la falsa impresión de que las cosas están mejorando y que la gente está empezando a moverse y a reconstruir sus vidas.
Pero nada más lejos de la verdad. Desde que Israel quiso dar por terminada la guerra iniciada en diciembre pasado, el Ministerio palestino de Sanidad ha declarado que 344 pacientes se han añadido a la abultada cifra de víctimas.
Khaled Abed Rabbo, que fue una vez un joven padre de cuatro niños , es un ejemplo viviente exacto , como un elocuente paradigma de lo que ningún ser humano debería tener que soportar en un mundo repleto de organizaciones internacionales, mediadores, defensores y diplomáticos por los derechos humanos.
Su casa resultó completament e destruida, así como dos de sus niñitas . Tuvo que enterrar a las gemelas de siete años de edad Soad y Amal, antes de enterrar también cualquier esperanza de que el futuro de la pequeña Samar, de cuatro años, no fuera tan sombrío.
Según un informe de IslamOnline , la mujer de Khaled, Kawthar, colocó en fila a sus niños llevando una bandera blanca frente a su casa en el campo de refugiados de Yabalia. Pero ese gesto, reconocido internacionalmente, fue despreciado por las fuerzas israelíes que empezaron a lanzar proyectiles contra la casa y la familia. Esos fueron los miserables sucesos que envolvieron la Navidad el año pasado, cuando la familia Rabbo se vió reducida a casi la mitad.
Pero, desde entonces, esa familia y un número desgraciadamente inmenso de familias más han ido de alguna manera desapareciendo de nuestras mentes. Todavía completamente asediados, impidiéndoseles que puedan salir del punto cero, el cerco israelí contra Gaza es lo que uno tiene verdaderamente que definir como la quintaesencia de la barbarie.
Al igual que en diciembre de 2008, el bloqueo israelí significa que casi nada entra o sale de Gaza; a los heridos que requieren tratamiento urgente no se les permite salir ni tampoco que entren los necesarios suministros sanitarios, medicinas, alimentos y prácticamente casi nada de nada.
Con barriadas enteras pulverizadas por el ataque, se necesita desesperadamente que entre cemento para reconstruir las muchas casas, mezquitas, hospitales y otras estructuras que resultaron destruidas. Pero el cemento está ta mbién prohibido. Y por eso, Khaled, como tantos otros, tiene pocas esperanzas de que su casa, que lleva destruida todo lo que va de año, pueda reconstruirse pronto .
Desde el 14 de septiembre al 2 de octubre de 2009, el Consejo de los Derechos Humanos celebrará una sesión en la que la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos presentará un informe basado en los hallazgo s de la misión de investigación, encabezada por el juez Richard Goldstone, que se trasladó allí tras los ataques perpetrados por Israel.
Casi ocho meses después del espantoso derramamiento de sangre de la Operación Plomo Fundido, el 13 de agosto , el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe de 34 páginas en un intento por presionar para que se levantara el bloqueo de Gaza. El nuevo informe, que será presentado en septiembre junto con el de Goldstone, m ostrará los muchos detalles incomprensibles , insoportables, de cómo los israelíes machacaron la Franja, uno de los lugares del planeta Tierra más empobrecidos y más densamente poblados. Los detalles publicados criticaban a Israel por despreciar las más básicas normas de la decencia humana:
«Bajo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluido el propio, y a regresar a su país… y toda persona tiene derecho a buscar asilo… Esos llamamientos fueron ignorados y las fronteras de la Franja de Gaza permanecieron cerradas durante todo el conflicto».
«El derecho a la salud de los niños, fijado en el artículo 24 de la Convención de los Derechos del Niño, es de especial aplicación en Gaza. Las agencias de Naciones Unidas, los funcionarios del Ministerio de Sanidad y las ONG que se dedican a la sanidad informan que la creciente pobreza, el desempleo y la inseguridad alimentaria, agravadas por el conflicto, han aumentado la amenaza de desnutrición infantil. En enero, UNICEF dijo que el 10,3% de los niños de Gaza menores de cinco años padecía raquitismo».
El informe continúa manifestando preocupación por que la única exportación que en casi dos años se ha permitido sali r de Gaza fue la de trece grandes camiones cargados de flores cortadas, reconociendo absolutamente que el bloqueo es una consecuencia y respuesta directa al derecho del pueblo de Gaza a ejercer la democracia y elegir al gobierno de Hamas.
Desde la negativa al derecho al alimento, a los suministros sanitarios, a la vivienda, al agua potable, a la educación, a cualquier sentido básico de lo que se denomina como «los niveles posibles más altos de salud mental y física», según la Convención Internacional sobre Derechos Culturales, Sociales y Económicos, Israel, como concluye el informe, se las arregla para denegar desde el primero al último.
Uno tiene que preguntarse, aún después de ta ntos años de ser testigos de tan asombrosa ingenuidad cuando se trata de atormentar a los palestinos, ¿es que el gobierno israelí, o mejor aún, es que el pueblo israelí no siente ni el más mínimo sentimiento de vergüenza, remordimiento o incluso ni el más ligero bochorno cuando las normas más elementales de la conducta humana son despreciadas de forma tan elemental, y hay que recordarles , y volv erles a recordar , que tener acceso a algo tan básico como el alimento y el agua potable es un derecho humano fundamental?
Ese es un pensamiento sobre el que Khaled debe reflexionar de vez en cuando. Seguro que la vida no era ya miel sobre hojuelas para él , pero este último año ha sido el peor de todos. Ha perdido a dos de sus pequeñas, no tiene hogar y la tercera de sus cuatro hijos se encuentra en un hospital belga luchando para poder andar…
Samar, de cuatro años, fue supuestamente aquel día una de las afortunadas porque sobrevivió y fue uno de los muy pocos seres que pudieran escapar hacia un mundo más seguro a través de la sellada frontera egipcia. Pero tiene dos balas alojadas en su pequeña columna vertebral, tan profundamente incrustada s que los cirujanos belgas no se atreven a extraerlas. Por eso está ahora paralizada, con el cuerpo sujeto y rodeado por un corsé de brillante color rosa y morado, como si fuera la armadura de un hada. Las posibilidades de que vuelva a caminar de nuevo son sombrías. Tan sólo hace dos o tres breves años que dejó de gatear y ahora lo más probable es que tenga que permanecer en una silla de ruedas para el resto de su vida, aunque sus doctores y su madre dicen que la pequeña lucha desesperadamente para volver a caminar.
Sin embargo, este triste caso no aparece recogido en ese exhaustivo informe de 34 páginas, puede qu e sea porque hasta ahora nadie ha redactado aún una cláusula que diga que todo niño, que toda niña, tienen derecho universal a caminar .
Enlace con texto original:
http://www.maannews .net/eng/ViewDetails.aspx?ID=222126