El 13 de enero de 1985, el Partido Comunista de los Pueblos de España creó la Comisión Estatal de los CJC, primera dirección provisional de los Colectivos de Jóvenes Comunistas. Se cumplía un año de la fundación del entonces Partido Comunista y el refundado proyecto marxista-leninista para el Estado Español reconocía la necesidad de una […]
El 13 de enero de 1985, el Partido Comunista de los Pueblos de España creó la Comisión Estatal de los CJC, primera dirección provisional de los Colectivos de Jóvenes Comunistas. Se cumplía un año de la fundación del entonces Partido Comunista y el refundado proyecto marxista-leninista para el Estado Español reconocía la necesidad de una organización de lucha para la juventud comunista.
El primer Congreso de nuestra organización reunió a más de 400 delegados y delegadas en Madrid, con los retos de una ofensiva de lucha juvenil en el movimiento estudiantil, en el trabajo sindical -especialmente, tras la Huelga General del 20 de Junio de 1985-, la lucha por la paz y contra la OTAN y el trabajo de solidaridad internacionalista.
25 años después de nuestra fundación, los CJC creemos que hoy sigue siendo necesaria una organización juvenil para el proyecto comunista. Nuestro VII Congreso, celebrado entre el 5 y el 7 de diciembre del año pasado, hizo una lectura autocrítica de nuestro trabajo, señalando nuestros aciertos y errores y planteando los retos de esta nueva etapa en el contexto de la crisis estructural del capitalismo.
La historia de los CJC no se puede entender al margen de la historia del movimiento comunista en el Estado Español. Nuestra fundación trató de ser un punto de inflexión que marcase el inicio de la recuperación del leninismo y del abandono del eurocomunismo, proyecto caracterizado por las renuncias ideológicas, paralelas a la conciliación de clases, la lucha electoral y las batallas internas. Los CJC siempre hemos creído en una organización presente en las luchas de la calle, ofreciendo organización y lucha ante los problemas concretos y reales de la juventud, con una estructura cohesionada y dinámica basada en el centralismo democrático y alejada de todo burocratismo. Sin embargo, nuestros deseos no se transforman de forma automática en realidad y es obvio que este objetivo sólo se ha ido consiguiendo progresivamente.
En nuestra historia encontramos grandes batallas, como las luchas estudiantiles o contra la OTAN de los años 80, pero también existen puntos negros que hemos asumido de forma crítica: la dependencia económica y política hacia los aparatos internacionales de determinados partidos comunistas de Europa del Este, una estructura de liberados y la práctica desaparición de los CJC en los años 90, tras dos procesos escisionistas que pretendían liquidar el proyecto marxista-leninista del PCPE.
El Cuarto y el Quinto Congreso, en 1997 y 2001 respectivamente, supusieron la recuperación de los CJC como organización de ámbito estatal de la juventud. Pero es a partir del VI Congreso, en julio de 2005, cuando los CJC comenzamos un importante proceso de crecimiento, que extiende nuestra organización a casi todos los territorios del Estado y cuadriplica la militancia.
El reciente VII Congreso culmina este periodo de crecimiento y da paso a una dirección renovada, que se ha marcado el objetivo de construir unos CJC más vinculados a las luchas. Caracterizamos nuestros Congreso como un éxito, por la alta participación de militantes -incluyendo también a 24 delegados y delegadas internacionales-, por la calidad de los debates y por una creciente conciencia entre nuestros y nuestras militantes de que a través del trabajo constante, la juventud del Estado Español puede avanzar y plantearse retos cada vez más ambiciosos.
Sin embargo, el éxito de nuestro Congreso no debe suponer -en ningún caso- caer en la autocomplacencia. Los éxitos generan expectativas y nosotros y nosotras estamos dispuestas a estar a la altura, a través de nuestro trabajo y nuestro compromiso.
Afrontamos este reto con la humildad de saber que, 25 años después, no existe aún la organización juvenil de la Revolución. Esa juventud no son todavía los CJC ni ningún otro de los destacamentos comunistas existentes hasta el momento. Esa juventud está aún por construir. Nosotros y nosotras somos un núcleo germinal que contribuirá a edificarla y nuestro aporte será mayor en la medida en que, con nuestro trabajo diario, consigamos anticipar los rasgos de una juventud capaz de hacer la Revolución Socialista en el Estado Español. Pero para ello, habrá que contar con muchos y muchas jóvenes comunistas que hoy no militan en nuestra organización. La unidad de los y las comunistas, como señala nuestro programa, es un objetivo pendiente, así como la construcción de un frente juvenil de izquierdas.
En cualquier caso, en el marco actual de crisis profunda del capitalismo y habiendo superado muchas de las dificultades que históricamente hemos sufrido como organización, los CJC podemos alegrarnos de ser un puesto útil para la lucha de la juventud del Estado Español.
Hoy, como hace 25 años, los CJC estamos a la ofensiva para unir a la juventud en la lucha por una República con carácter Confederal y Socialista, como único instrumento útil para que la clase obrera se erija como clase en el poder y para el libre ejercicio de la autodeterminación de los pueblos.
¡LA JUVENTUD A LA OFENSIVA!
¡CONSTRUYENDO REVOLUCIÓN!