La asociación laicista ha ido siguiendo la actuación del Gobierno de España en cuanto a las relaciones del estado con la Iglesia Católica. En base a ese seguimiento y a las recientes informaciones de los medios de comunicación sobre la intención del ejecutivo de dejar a un lado la promulgación de una Ley de Libertad […]
La asociación laicista ha ido siguiendo la actuación del Gobierno de España en cuanto a las relaciones del estado con la Iglesia Católica. En base a ese seguimiento y a las recientes informaciones de los medios de comunicación sobre la intención del ejecutivo de dejar a un lado la promulgación de una Ley de Libertad de Conciencia y Religiosa, Europa Laica «confirma sus sospechas de que el Gobierno no quiere modificar el marco actual de relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado, y que, a juicio de esta asociación estatal, asegura el mantenimiento de los privilegios de la Iglesia Católica».
Europa Laica lamenta esta situación debido a que esperaba que el gobierno llevase adelante esa ley para conseguir «la autofinanciación de las confesiones religiosas, la supresión de la enseñanza de la religión de la escuela pública, la eliminación de los símbolos religiosos de los edificios públicos, la sustitución de las ceremonias de Estado de carácter católico por ceremonias civiles, y la prohibición de que los cargos públicos acudan de manera oficial a actos religiosos, entre otras medidas».
La asociación laicista ha estado llamando al gobierno de Zapatero a la aprobación de esas medidas desde la llegada al poder de éste, pero pese a las promesas electorales del PSOE que se referían a avanzar en la laicidad del estado, no se ha dado un paso en esa dirección.
De todas formas Europa Laica ha expresado que la ley que el gobierno ha dejado aparcada no recogia la mayoría de sus reivindicaciones, en palabras de la misma asociaciín, «con su texto el Gobierno no iba a atender la mayoría de estas reivindicaciones del movimiento laicista, pues sólo iba a abordar la supresión de los símbolos religiosos en los edificios de titularidad pública. El Gobierno apenas pretendía modificar el actual marco legal, que garantiza el mantenimiento de los privilegios de la jerarquía católica, e iba a respetar los actuales Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede de 1976 (que se fundamentan en el Concordato de 1953).»
Además Europa Laica tenía miedo porque «la reforma que el gobierno quería acometer fuera a convertir a nuestro país en un estado multiconfesional, donde lejos de eliminar los privilegios de los que goza la Iglesia católica, el Estado los extendiera al resto de confesiones religiosas, especialmente las monoteístas (islámica, evangélica y judía).»
La asociación laicista denuncia que «la realidad en España está marcada por la injerencia del episcopado católico en las decisiones que toma el Parlamento, como recientemente en relación a la interrupción voluntaria del embarazo, por la vuelta de muchos niños y niñas a una escuela con un fuerte componente confesional católico (en una situación no impensable en Francia, por ejemplo), o por actos como el reciente funeral oficial de carácter católico tras el asesinato de dos guardias civiles en Afganistán, entre otras.
Esta injerencia se pondrá también de manifiesto, con gran nitidez, durante las próximas visitas del papa Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona en noviembre de 2010, y a Madrid en verano de 2011. A juicio de Europa Laica, estas visitas también explican que el Gobierno haya dejado en un cajón la promulgación de una nueva ley. Europa Laica, con el concurso de otras organizaciones sociales, está organizando una campaña y acciones de protesta ante estas visitas.»
Por todas estas razones esgrimidas Por Europa Laica, se exige «la derogación del Concordato de 1953, de los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede de 1976 y de la Ley de Libertad Religiosa de 1980, al considerar que dan cobertura a la aplicación de las normas morales de la Iglesia católica al conjunto de la ciudadanía e instituciones del Estado, vulnerando el mandato constitucional de que ninguna religión tendrá carácter estatal».
Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article17992