El caso de Santiago Alba Rico, filósofo, escritor, traductor, guionista, autor de teatro, es el de un intelectual comprometido con los pueblos en lucha. Para quien no le conozca un dato como el que forme parte de la Flotilla por la Libertad de Gaza ya puede representar un elemento por medio del cual hacerse una […]
El caso de Santiago Alba Rico, filósofo, escritor, traductor, guionista, autor de teatro, es el de un intelectual comprometido con los pueblos en lucha. Para quien no le conozca un dato como el que forme parte de la Flotilla por la Libertad de Gaza ya puede representar un elemento por medio del cual hacerse una idea de a quien se une como intelectual y como ser humano. Otras personas habrán leído artículos o libros suyos, no me resisto a mencionar algunos de estos últimos aquí: «Dejar de pensar», «Volver a pensar», «Las reglas del caos», «El Islam jacobino»,»Leer con niños», «Capitalismo y nihilismo», y los dos últimos publicados, «Noticias», en Editorial Caballo de Troya, y, «Túnez, la revolución», en Editorial Hiru; ahora pueden sumergirse ustedes, y les invito a ello, en sus palabras de respuesta, hace tan solo unas horas, a las preguntas que le hicimos antes de que como tripulante del Gernika partiese para Gaza.
Santiago, ¿cómo ves la situación internacional? ¿se puede decir que los gobiernos occidentales apoyan al sionismo mientras los pueblos apoyan al pueblo de Gaza y al pueblo palestino? Si los sionistas, que incumplen todas las resoluciones de la ONU y rompen todo el Derecho Internacional, atacan a la Flotilla ¿qué puede ocurrir en los países occidentales, que vive bajo la crisis capitalista y con aire democrático ante un nuevo crimen como el del año pasado?
La segunda flotilla zarpará en condiciones muy distintas a las del año pasado, y estas nuevas condiciones tienen que ver, sin duda, con lo que ocurrió el año pasado, pero también con el nuevo contexto internacional. Las revoluciones en el mundo árabe y el descontento popular en Europa, sacudidas sísmicas inscritas en la misma falla tectónica del capitalismo global, hacen pensar que Israel tratará de «contenerse», como le ha pedido nuestra ministra Jiménez. El asunto es que estamos hablando de Israel, el único Estado del mundo sobre el que ningún país -ni siquiera EEUU- puede ejercer ninguna presión; es, por así decirlo, una fuerza autista que, contra la pared, decidirá siempre desde dentro, con arreglo a impulsos ideológicos inmanentes y probablemente en el último momento. No hay ninguna dictadura en el mundo que se someta menos a presiones externas ni que sea más impermeable a la diplomacia. Su nerviosismo es notorio. De momento está tratando de impedir por todos los medios que salgamos: a través de presiones sobre Turquía, Europa y Estados Unidos (Israel sí puede ejercer eficazmente presiones), pero también a través de la amenaza y el sabotaje. De momento han conseguido bloquear dos barcos y dejar otro fuera de juego y hay que contar con que seguirá intentándolo por todas las vías. Una vez en el agua, se barajan varios posibles escenarios, entre ellos, como el más probable, el asalto y secuestro de barco y pasajeros con un grado de violencia que se decidirá -imagino- en el último momento, y por supuesto con independencia de nuestra actitud, que será enteramente pacífica. En este marco, el hecho de que la Flotilla esté apoyada por todos los pueblos del mundo, aparte de constituir la única protección para los que viajaremos en el Gernika, sirve también para dejar cada vez más clara la fractura entre democracia y gobierno y la humillante dejación de soberanía de nuestros Estados, que desprecian la voluntad de las mayorías en favor de Israel (o de las instituciones financieras del capitalismo internacional).
A estas horas los sionistas estarán mirando los mapas, pero también los grupos de apoyo a Rumbo a Gaza en todo el Estado español están pendientes de los acontecimientos; para empezar en la Puerta del Sol de Madrid quedará instalado un centro de información con la colaboración del 15 M; tu que has estado en contacto directo con otros tripulantes ¿qué impresión tienes de lo que ocurre más allá del Estado español?
A la espera de reunirme con los demás compañeros en el barco, mi contacto con los miembros de la Flotilla que se encuentran en Atenas -del Estado español o de otros países- no hace sino reforzar mi convencimiento de que Israel no podrá impedir que salgan una y otra vez Flotillas en dirección a Gaza, y que todas sus presiones y sabotajes no harán sino alimentar la obstinación de un movimiento, este año mayoritariamente occidental, que ha comprendido la responsabilidad de Europa y EEUU en el sufrimiento de otros pueblos y está dispuesto a sustituir a sus gobiernos como garante de los derechos humanos y de la legislación internacional en Palestina y en el mundo. La Flotilla es -digamos- la marina pacífica de ese otro país global, democrático y justo, que se está construyendo en el mundo árabe, en España, en Grecia, en todos los rincones del planeta. Por eso la Flotilla no está compuesta de unos cuantos barcos; la Flotilla es inmensa, está en tierra, en todas partes; en estos barcos viajan cientos de miles de personas, millones de personas. En estos barcos viajan todas las personas que soplan desde tierra para que el viento nos lleve hasta Gaza. Que los gobiernos comprendan que la mayor parte de los pasajeros de la Flotilla no están en los barcos sino en tierra es nuestro más poderoso instrumento de presión. No podemos presionar directamente sobre Israel, pero sí podemos hacerlo sobre nuestros gobiernos en un momento en el que su credibilidad y legitimidad están seriamente mermadas. Los pasajeros del Gernika confiamos plenamente en nuestras poderosísimas fuerzas terrestres; todas las ciudades del mundo han soltado amarras y viajan ya a nuestro lado hacia Gaza. Diez barquitos no pueden resistir el embate de Israel; pero es que nuestros otros barcos, los de tierra firme, son tan poderosos que pueden navegar por las calles y anclar en las plazas e imponer bloqueos morales a los parlamentos y los palacios.
¿Tienes noticias de lo que sucede en Gaza y si esperan la llegada de la Flotilla?
Como sabes, más de cuarenta organizaciones de las sociedad civil palestina han anunciado desde allí su apoyo a la Flotilla y su esperanza de recibirnos. Los gazatíes nos esperan, tenemos una cita y sería una gran descortesía por nuestra parte no acudir. Por lo demás, la Flotilla en sí misma no tiene importancia salvo en la medida en que ilumina lo que ocurre en Gaza. Gaza es la noticia: el bloqueo tantas veces olvidado, la situación sanitaria, económica y social, el dolor y la dignidad de un pueblo cuya sola existencia -con independencia de lo que haga- es un obstáculo para israel. En intención, la política de Israel convierte a los palestinos en el objeto de un «holocausto», en su sentido etimológico original: el de un sacrificio en el que todos son potencialmente las víctimas. El caso de Gaza es ejemplar: la aplicación de un castigo colectivo que incluye ancianos, enfermos y niños.
Como buen conocedor de la situación en los países árabes ¿nos puedes decir algo con respecto a lo que sucede en ellos en estos momentos y si los pueblos tienen la vista puesta en la Flotilla y en cómo se puede romper el cerco de los sionistas a Gaza?
Las revoluciones árabes continúan de Mauritania a Bahrein, con avances y retrocesos desiguales y con la posibilidad de que la intervención selectiva de las potencias occidentales las haga descarrilar o entrar en una vía muerta. Pero lo cierto es que los pueblos árabes han tomado la palabra y al hacerlo han puesto en dificultades a todos los actores de la zona, que preferían el equilibrio pugnaz ya conocido que este inesperado «desorden» democrático. En este sentido, Israel tiene muchos motivos para estar preocupado. Como recuerda el analista israelí Ben Kasbit, todos los cambios que en la zona lleven a un aumento de la democracia ponen en peligro la existencia de Israel, al menos en su concepción colonial-sionista, pues si algo comparten las poblaciones árabes es su justa animosidad frente al Estado hebreo que masacra a los palestinos. De hecho, las dictaduras árabes que ahora están tratando de derrocar los pueblos funcionaban también como escudos de protección de Israel frente a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Si los árabes logran expresarse democráticamente pedirán enseguida -como ya ocurre en Egipto y en Túnez- la revisión de las relaciones con Israel y la adopción de medidas orientadas a una solidaridad real con Palestina. En esto están de acuerdo todas las fuerzas políticas, ya sean de izquierdas o islamistas. Los cambios de gobierno en la zona, incluso si al final no llegaran tan lejos como nos gustaría, han cambiado ya de hecho la región, obligando a EEUU a modificar sus alianzas e incluso a chocar por primera vez con Israel. Y ha cambiado también la región porque ha redignificado y unificado el mundo árabe al margen de la religión y para vincularlo inmediatamente a un movimiento global o, al menos, mediterráneo que nos obliga a repensar todos nuestros parámetros de interpretación. El mundo árabe vuelve al centro de la historia y no hay que olvidar que el centro simbólico del mundo árabe es Palestina. El centro de la historia es ahora Palestina. Y por eso -como dejan bien claro los medios árabes más importantes, incluso en medio de las convulsiones de Siria, Libia y Yemen- la Flotilla ocupa un lugar importante en la atención del mundo árabe.
¿Quieres decir algo más?
Darte las gracias por tu apoyo solidario a la iniciativa e insistir una vez más en que sólo los levantamientos de los pueblos frente a las dictaduras -personales o estructurales- puede garantizar los derechos del pueblo palestino y de todos los pueblos del mundo.
Santiago Alba Rico, muchas gracias por tus palabras para rebelion.org. Un fuerte abrazo solidario. Vuestro ejemplo internacionalista nos llena de orgullo. Esperamos tus noticias.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.