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Hasta aquí, las clases

Fuentes: Rebelión

Concluye el curso escolar 2010-2011 en toda Cuba y además del diploma y la certificación de notas, los estudiantes de grados terminales llevan a sus casas las camisas firmadas por sus compañeros y la continuidad de estudios en los niveles superiores o la boleta de ubicación laboral. Una de las inconformidades de los cubanos es […]

Concluye el curso escolar 2010-2011 en toda Cuba y además del diploma y la certificación de notas, los estudiantes de grados terminales llevan a sus casas las camisas firmadas por sus compañeros y la continuidad de estudios en los niveles superiores o la boleta de ubicación laboral.

Una de las inconformidades de los cubanos es precisamente con la enseñanza, –en sentido general–, en tanto se obtienen resultados por cantidades que no siempre guardan relación con la calidad, apreciado en la no correspondencia del nivel académico con los valores morales a alcanzar.

Desde el 1ro de enero de 1959, las transformaciones en el sistema educacional son evidentes: primero con una campaña de alfabetización que redujo el nivel de analfabetismo a un tres por ciento, luego las metas para elevar el nivel educacional a más de un sexto ó noveno grado, luego exhortar a alcanzar un duodécimo ó superior.

Todo ese proceso no escapa de errores, pero su corrección ha instrumentado un sistema de investigaciones para todos los docentes y personal auxiliar que han demostrado la necesidad de las transformaciones iniciadas en la década del 2000. Ellas, comenzaron con la reparación de los centros docentes, la introducción de laboratorios de computación en todos los niveles de enseñanza, la distribución de módulos de medios audiovisuales a cada aula y la llegada de los instructores de arte a las escuelas.

En el nivel de primaria, las transformaciones dictaminaron un maestro cada 20 alumnos, con profesores en Educación Física, Idioma extranjero, computación y arte que complementan el currículo docente. A su vez se buscó acercar el conocimiento de la historia y de las ciencias con la localidad para que el niño investigue en su mismo entorno social ayudado de la familia y con elementos a su alcance.

Básico en el nivel primaria es la acentuación en la lengua materna de la corrección ortográfica para no crear malos hábitos que se arrastran en el decursar de la vida y la apropiación de un sistema de valores morales que acompañen a la persona hasta su envejecimiento.

Para el nivel secundario se introdujeron cambios, que no han tenido los resultados esperados pero que han hecho pensar en nuevos diseños educacionales para el futuro.

Se implantó el profesor general integral, conductor en el aprendizaje de un grupo de asignaturas en el área de humanidades o de las ciencias y responsable de un semigrupo de 15 alumnos, con fuerte presencia de los estudiantes de pedagogía que utilizaban los medios audiovisuales para impartir el contenido. Ya se tiene concebido para el próximo curso que los profesores sólo impartan dos asignaturas y se utilicen los medios audiovisuales sólo como apoyatura de la clase.

Revisión en todo este tiempo fue el subsistema de evaluación porque se quería que fuera sistemática, particularizada, motivadora al estudio y que reflejara la adquisición del conocimiento por etapas. Por esos propósitos tan abarcadores y complejos en los últimos años ha sido vigilada muy de cerca por las autoridades ministeriales y resulta ser lo más cambiado y experimentado.

Para el nivel de educación técnica y profesional, los cambios se han introducido en los perfiles de cada rama brindando mayor cobertura a las especialidades agropecuarias, de la construcción, el transporte y los servicios por ser las que mayores demandan fuerza de trabajo en Cuba.

Siempre la opción de obtener una u otra especialidad está marcada por la premisa de que el gusto se avala por el talento demostrado en la puntuación obtenida como resultado de los estudios y así funciona un escalafón donde los primeros lugares acceden a los institutos y universidades de su preferencia.

Importante en todo esto ha sido la preparación de los docentes, punto neurálgico, en tanto la pedagogía no resulta ser la especialidad más demandada por quienes concluyen el nivel secundario o preuniversitario en tanto se ve al maestro como el profesional de menor remuneración económica, más desgastado en el uso de la voz y en el deterioro de su salud, con gran carga burocrática en la confección de planes, registro de asistencia, control de actividades, revisión a clases, y al cual se le exige por encima de sus posibilidades.

Pero la cobertura educacional cubana abarca a niños con discapacidades funcionales, a los de conducta desajustadas y a los infantes que no han cumplido los cinco años, edad requerida para iniciar la educación primaria y para todos, el sistema es gratuito exento del pago de matrícula y de libros.

Cada nivel tiene diseñado un uniforme escolar por el cual se paga un módico precio, se brinda servicio de almuerzo para la primaria y merienda para la secundaria, el gasto en transportación se realiza para quienes necesitan de enseñanza especial porque tienen limitaciones físicas, visuales o auditivas.

En toda Cuba no hay una escuela particular, religiosa o de otra índole que excluya por dinero, raza, credo, o género porque el ciento por ciento de los niños y adolescentes del país tienen la garantía educacional hasta que concluyan sus estudios.

Llegó el período vacacional, cerró el curso pero ya se tiene concebido que las más de 13 700 escuelas con sus mas de tres millones de estudiantes adquieran su material docente para que el 1ro de septiembre -sin falta- vuelvan las clases.

* Nuria Barbosa León es periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.