El triple ataque al sur de Israel, que causó la muerte de 14 personas, es respondido con bombas por las autoridades israelíes. Desde la tarde, la Fuerza Aérea Israelí tiene como objetivo el norte y sur de la Franja de Gaza. La cifra provisional es de siete víctimas, entre ellas un niño. La reacción de […]
El triple ataque al sur de Israel, que causó la muerte de 14 personas, es respondido con bombas por las autoridades israelíes.
Desde la tarde, la Fuerza Aérea Israelí tiene como objetivo el norte y sur de la Franja de Gaza. La cifra provisional es de siete víctimas, entre ellas un niño.
La reacción de Israel contra la población palestina de Gaza, -considerada por el ministro de Defensa israelí Ehud Barak como responsable de los ataques-, es anunciada sólo unas pocas horas después del asalto llevado a cabo por un grupo de hombres armados con pistolas, rifles y kalashnikovs a unos 20 kilómetros de Eilat, una ciudad turística en el Mar Rojo. Catorce personas murieron, siete de ellas civiles, y otras 26 resultaron heridas.
El objetivo del comando fue un autobús, un vehículo militar y dos coches particulares. Hacia el mediodía, el grupo armado abrió fuego contra el autobús 392 de la empresa Egged que hace el recorrido entre Be’er Sheva y Filat. El autobús, alcanzado por las balas de una ráfaga, transportaba civiles y soldados israelíes que acababan de abandonar la base militar por el fin de semana.
Una patrulla militar que llegó inmediatamente fue blanco de un artefacto explosivo junto al autobús. Los soldados israelíes detuvieron el vehículo en el que escapaba el comando y se inició un intercambio de disparos entre los soldados y los hombres armados. Siete miembros del grupo resultaron muertos.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, atribuyó la responsabilidad del ataque a los comités de resistencia de Gaza: «El origen de estos actos de terror se encuentra en Gaza y vamos a actuar contra ellos con toda la fuerza». Por la tarde, la Fuerza Aérea Israelí comenzó a atacar el norte de la Franja de Gaza, por Bait Hanoun y Bait Lahiya, y el sur por Khan Younis y Rafah donde seis palestinos resultaron muertos: un niño, cuatro miembros de los Comités de Resistencia Popular y Abu Sabri Enner, dirigente de las Brigadas Salah Eddin, un ala militar del grupo salafista islámico.
Al menos diez misiles más se dirigieron hacia Ashkelon, Kiryrat Gat y Be’er Sheva. Inmediatamente Hamas negó su participación en el ataque pero lo consideró como el resultado lógico de las incursiones que golpean diariamente a la población palestina de Gaza.
Viernes, 19 de agosto
Bombas iluminan el cielo de Gaza: 15 muertos, entre ellos tres niños de 13, 5 y 2 años de edad, y por lo menos 40 heridos. Los hospitales estaban saturados. Por segundo día, helicópteros Apache y F-16 sobrevolaron y bombardearon toda la Franja de Gaza.
La Fuerza Aérea Israelí atacó viviendas, edificios, plazas, calles y coches. En este día, entre los objetivos del ejército israelí se encontraba el campo de refugiados de An-Nuseirat, en el centro de Gaza, y un campo de entrenamiento de las brigadas de Al-Qassam, el ala militar de Hamas. Los ataques israelíes destruyeron viviendas y fábricas de la ciudad de Gaza, Bait Hanoun y Bait Lahiya, en el norte, y Khan Younis en el sur. Por la tarde se destruyó una fábrica en la parte este de la ciudad de Gaza y nueve palestinos resultaron heridos.
Los Comités de Resistencia Popular, que habían perdido cuatro de sus miembros el día anterior a causa de las bombas, reaccionaron. Mientras Hamas anunciaba el final del alto al fuego (un portavoz de las brigadas de Al-Qassam dijo: «No puede haber tregua con la ocupación israelí mientras siga cometiendo masacres injustificadas contra el pueblo palestino. Llamamos a todas las facciones a responder a los crímenes de la ocupación israelí»), los CRP reivindicaron la responsabilidad por el lanzamiento de 20 cohetes Qassam contra las ciudades israelíes de Be’er Sheva, Ashkelon y Kiryat Gat.
Cisjordania también sufrió la venganza israelí. El tercer viernes del Ramadán se impidió a los habitantes musulmanes de Cisjordania entrar en Jerusalén para orar en la mezquita de Al-Aqsa. Las anteriores semanas se había permitido a los hombres mayores de 50 años y a las mujeres mayores de 45 atravesar el Muro de Separación, pero hoy el ejército detuvo a todos los palestinos que trataban de entrar por los puestos de control fronterizos.
La policía israelí había blindado la ciudad, rodeando Jerusalén Oriental y cerrando la Puerta de Damasco, la principal entrada a la Ciudad Antigua. Se produjeron enfrentamientos entre policías y fieles que trataban de atravesar las barreras. La policía israelí dispersó a la multitud lanzando bombas de sonido y utilizando cañones de agua. Dos palestinos fueron detenidos.
Sábado, 20 de agosto
Tercer día de bombardeos: la cifra de muertos palestinos es de 15 y por lo menos 45 heridos. El día anterior Hamas había decidido reaccionar y poner fin al alto al fuego con Israel vigente durante dos años.
Fatah también reaccionó. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas solicitó una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas «para detener una peligrosa escalada de violencia contra la Franja de Gaza y el asesinato de civiles». La Autoridad Palestina pidió también una reunión de la Liga Árabe.
Mientras tanto la Fuerza Aérea israelí bombardeaba varios objetivos en la Franja de Gaza. Destruyó dos túneles utilizados por los palestinos y una instalación para almacenamiento de armas, mientras que los misiles Qassam de los CRP, dirigidos contra Be’er Sheva y Ashdod, causaban heridas a tres trabajadores palestinos y ocho israelíes. La situación en los hospitales de Gaza es grave. Entre los heridos hay once niños y diez mujeres. La fuentes médicas hablan de lesiones inusuales en los cuerpos de los heridos: bombas que causan quemaduras y desgarros en la piel. Estos indicios recuerdan las heridas de las víctimas de los ataques de Israel contra la Franja de Gaza en diciembre 2008 – enero 2009 (Operación Plomo Fundido).
Mustafa Barghouti, un activista palestino democrático y candidato al premio Nobel de la Paz en 2010, definió esta escalada de violencia como la solución perfecta a los problemas internos del gobierno israelí: «Israel preparó el ataque a la Franja de Gaza para escapar de la crisis social que está atravesando y de la crisis política con EEUU».
A los problemas internos del primer ministro israelí Netahanyahu hay que añadir la inminente solicitud oficial de la Autoridad Palestina a la Asamblea General de Naciones Unidas para que se reconozca al Estado Palestino. Israel no puede aceptar ningún riesgo. Avigdor Lieberman, ministro israelí de Asuntos Exteriores ha acusado a la Autoridad Palestina de patrocinar y ensalzar actos de terror en el sur de Israel: «Los acontecimientos de los últimos días son la prueba de que la retórica palestina de que han abandonado el terrorismo en favor de la diplomacia está tan lejos de la realidad, como lo está Ramallah del edificio de Naciones Unidas en Nueva York», afirmó Lieberman.
Domingo, 21 de agosto
El alto al fuego entre Israel y Hamas se tambalea. A pesar del acuerdo entre el ejército israelí y los grupos militantes de Gaza, las bombas israelíes siguen lloviendo sobre la Franja de Gaza y los cohetes sobre el sur de Israel.
Desde las 9 h. p.m. del domingo ninguna facción se ha atribuido el lanzamiento de misiles. Un dirigente de la Jihad Islámica declaró a la AFP que funcionarios egipcios se pusieron en contacto telefónico con las facciones militares de Gaza con el fin de garantizar el alto al fuego, pero Abu Mujahed, portavoz de los Comités de Resistencia Popular, un grupo nacido durante la Segunda Intifada, e integrado principalmente por disidentes de Fatah, dijo que su grupo no aceptaría la tregua.
En los hospitales de Gaza se agotan las reservas de medicamentos y el Ministerio de Sanidad ha pedido a la Autoridad Palestina que transfiera sangre desde Cisjordania mientras que los habitantes de Gaza iban a donar sangre para abastecer los masificados hospitales.
Cisjordania también esta soportando un asedio. Es ejército israelí se encuentra desplegado por toda Cisjordania. En Hebrón, soldados israelíes invadieron la ciudad, según parece para arrestar a miembros de Hamas. Tras arrestar a 120 militantes y llevarlos a lugares secretos, estallaron enfrentamientos entre soldados y residentes.
Mientras en Cisjordania se establecían puestos de control volantes (en Ramallah, al este de Belén, en Jerusalén Oriental) el ejército israelí invadía también en campo de refugiados de Deheishe, en Belén.
Jerusalén se encuentra también bajo control. La policía israelí recibió información sobre un posible ataque contra la ciudad. Las autoridades han intensificado los controles sobre los habitantes palestinos, organizado redadas y detenido a personas en el barrio de Ras Al-Amud, en Jerusalén Este, y han cerrado la mezquita de Al-Aqsa para la oración de los fieles musulmanes.
Lunes, 22 de agosto
El gabinete ministerial israelí votó en contra de llevar a cabo una operación militar a gran escala contra la Franja de Gaza. Desde el mediodía de ayer se respetó el alto al fuego. La Fuerza Aérea israelí no está atacando a la población palestina aunque esta mañana lanzaron una bomba en una zona desierta cercana a una gasolinera en la ciudad de Gaza, en el distrito de Daraj. El voto del gabinete va a impedir la escalada de violencia. El primer ministro Netanyahu y el Ministro de Defensa Barak, presionaron para que se redujera la implicación del ejército.
El diario israelí Haaretz informó de las razones que convencieron al gobierno para que se detuviera la operación. Ante todo Israel teme una condena internacional. En segundo lugar teme que se deterioren aún más las relaciones diplomáticas con Egipto. Por último, Israel considera que no tiene la necesaria legitimidad internacional para seguir con una ofensiva a gran escala contra Gaza.
Traducido por Remedios G. (IEPALA) para le Centro de Información Alternativa (AIC), Jerusalén.