Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Bruselas. Un informe titulado «Trata de Personas en el Sinaí. Refugiados entre la vida y la muerte», arroja nueva luz sobre la devastación causada por el tráfico en el Sinaí. Los rehenes son asesinados a menos que obtengan de los familiares exorbitantes rescates que pueden llegar hasta 35.000 dólares o más. Dichos rescates se recaudan entre los miembros de la familia en los países de origen y los familiares de la diáspora.
Una red de blanqueo de capitales apoya la recogida de rescates. El informe fue elaborado por esta autora, Meron Estefanos, el doctor Conny Rijken de la Universidad de Tilburg y por Europeos Asesores de Políticas Externas de Europa (EEPA).
Las víctimas soportan abominables torturas, que incluyen cada vez más a mujeres y niños torturados y violados. Repetidamente electrocutan a los rehenes, los cuelgan cabeza abajo, los golpean con barras de hierro y los queman con goteo de plástico. Torturan a las mujeres embarazadas y en las entrevistas incluso se han podido comprobar golpes infligidos a un bebé de un año. A los miembros de las familias de los rehenes les hacen elegir a quién sobrevivirá si no se recauda un rescate suficiente para liberarlos a todos. Muchos prisioneros mueren en cautiverio debido a la crueldad.
Una vez pagados los recates no existe la certeza de que las víctimas sean liberadas. A menudo las venden a otros traficantes. Si consiguen la liberación, a menudo están demasiado débiles para llegar a un lugar seguro, están desnutridos y debilitados por las torturas sufridas. Una vez liberados, existe el peligro de que los balee la policía egipcia.
Los lugares donde retienen a los rehenes están cerca de la frontera con Israel, la cual ha sido recientemente cercada por los militares israelíes que han recibido la orden de no permitir que los rehenes liberados crucen el muro. Sin agua ni alimentos muchos colapsan. Las ONG no están autorizadas a visitarlos.
Esos rehenes que amenazan a la seguridad, ya sea de Israel o de El Cairo se encuentran detenidos en centros de detención desde donde son deportados a su país de origen. Para la mayoría de rehenes es Eritrea. En este país, los rehenes están en peligro de ser encarcelados. La mayoría de los refugiados escapan del servicio militar para adultos de su país y por lo tanto no pueden regresar con seguridad.
Hablar en contra del régimen de Eritrea es peligroso e incluso aquellos que se encuentran fuera del país ponen en peligro a los miembros de sus familias si no hablan abiertamente en apoyo del régimen. Hay fuertes indicios de que los propios funcionarios están involucrados en la selección del tráfico y los eritreos están involucrados en la organización de la trata de personas y la recaudación de los rescates.
En una audiencia en el Parlamento Europeo el 26 de septiembre de 2012 en Bruselas los activistas y trabajadores humanitarios expresaron solidaridad con los rehenes y pidieron a las autoridades que cumplan sus obligaciones de prevenir la trata de personas y proteger a las víctimas. Para los eritreos debe detenerse el regreso a su país de origen debido a la represión política allí. Este forzado regreso, agregaron, debe ser detenido por los países involucrados, como Egipto, Italia, Libia e Israel.
Se llamó a la Comisión Europea a iniciar procedimientos de infracción contra Italia para que detenga el regreso forzoso de los eritreos. Instaron a establecer más instalaciones humanitarias y médicas, en especial también el acceso urgente a los servicios ginecológicos para las mujeres. Se pidió a Europol que empiece a elaborar un informe sobre el fenómeno.
El informe pide a la Agencia de Refugiados de la ONU, ACNUR, que asuma la responsabilidad de organizar la protección de los refugiados, de manera que estén seguros en los campamentos y no corran riesgos de secuestro. Se ha llamado al nuevo gobierno del presidente egipcio Mohamed Morsi a tomar el control del Sinaí, que se encuentra sin ley y se asegure de que la policía identifique a los traficantes en lugar de disparar a las víctimas de la trata de personas.
En un reciente documental de CNN se sugiere que el tráfico en el Sinaí está disminuyendo, pero el nuevo informe lo pone en cuestión. Las cifras no muestran una disminución de los números. Al contrario, el número de mujeres y niños en cautiverio parece ir en aumento. También aumenta el número de personas desaparecidas.
El informe se basa en 104 entrevistas grabadas con la gente en cautiverio. Los rehenes tienen teléfonos móviles con posibilidades de llamadas a cobro revertido para pedir a los familiares que junten el rescate. A través de estas entrevistas directas, el informe expresa la devastación de los rehenes y su petición de que acaben las casas de tortura en el Sinaí.
Mirjam van Reisen es profesor de Responsabilidad Social Internacional en la Universidad de Tilburg, director fundador de Aesores Políticos de Europa Externos (EEPA) en Bruselas y miembro de la Comisión Internacional sobre Refugiados eritreos (ICER).
(Este artículo se puso a disposición a través de InDepthNews, www.indepthnews.info).
Fuente: http://www.palestinechronicle.com/view_article_details.php?id=19614