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Por pedir en un artículo que en las escuelas palestinas se enseñe a “resistir a la ocupación”

Amira Hass en el punto de mira del fundamentalismo sionista

Fuentes: The Observer

Traducido del inglés para Rebelión por LB.

La conocida periodista israelí Amira Hass ha sido objeto de una oleada de mensajes de odio y de llamadas a su procesamiento por incitación a la violencia a raíz de un artículo en el que defendía el lanzamiento de piedras contra soldados israelíes por parte de los jóvenes palestinos.

Hass, que lleva 20 años viviendo en los territorios palestinos ocupados e informando sobre ellos, escribió que «lanzar piedras es el derecho y el deber de toda persona sometida a dominación extranjera», y sugirió que las escuelas palestinas impartieran «clases básicas de resistencia».

El artículo de opinión, publicado en el periódico liberal israelí Haaretz, para el que trabaja, provocó reacciones indignadas en Internet, así como por parte de comentaristas de medios. El Consejo Yesha, que representa a los colonos, y el Foro Legal por la Tierra de Israel interpusieron denuncias ante la policía y el Fiscal General de Israel y exigieron que se investigue a Hass por incitación a la violencia y terrorismo.

Amira Hass argumentó que lanzar piedras es «tanto una acción como una metáfora de la resistencia». Y escribió: «Firmeza (sumud) y resistencia contra la violencia física, y aún más la sistémica, institucionalizada, es la expresión central de la sintaxis interior de los palestinos en esta tierra. Esto se refleja cada día, cada hora, cada momento, sin pausa. (…) Pero a ambos lados de la Línea Verde los niveles de angustia, asfixia, amargura, ansiedad e ira aumentan continuamente, como el asombro ante la ceguera de los israelíes al creer que su violencia puede mantener su control para siempre».

El lanzamiento de piedras «es una consecuencia del aburrimiento, del exceso de hormonas, de la emulación, de la jactancia y de la competición. Pero en la sintaxis interna de las relaciones entre ocupante y ocupado el lanzamiento de piedras es el adjetivo que acompaña a un sujeto que afirma: ‘Ya estamos hartos de vosotros, los ocupantes».

Las escuelas, sugirió Amira Hass, deberían enseñar a los niños palestinos diferentes formas de resistencia, además de sus reglas y limitaciones, entre ellas «la distinción entre civiles y gente armada, entre niños y uniformados, así como el fracaso y la estrechez de miras que supone utilizar armas».

El artículo de Amira Hass se publicó coincidiendo con varias jornadas de enfrentamientos en Cisjordania provocados por la muerte de un preso palestino cuyo cáncer, según líderes palestinos, fue diagnosticado tarde y tratado sólo con analgésicos. La publicación coincidió también con la muerte a tiros por parte de soldados israelíes de dos adolescentes palestinos que presuntamente habían arrojado bombas incendiarias contra un control. Salió a la luz, también, un día después de que un tribunal militar condenara a un palestino por el asesinato de Asher Palmer y su bebé Jonathan, cuyo coche se estrelló tras ser alcanzado por piedras en 2011. Otra niña israelí de tres años, Adele Bitton, resultó gravemente herida el mes pasado en un incidente similar.

Las imágenes de jóvenes palestinos lanzando piedras con el rostro a menudo cubierto con keffiyas a cuadros y usando a veces hondas se han convertido en símbolo de la resistencia contra la ocupación israelí, que ya dura 46 años. El ejército israelí responde rutinariamente empleando gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y disparos de balas de goma.

Dirigiéndose directamente a Hass, Adva Bitton, la madre de la niña herida, escribió en Ma’ariv: «Estoy de acuerdo con usted en que todo el mundo merece ser libre. Tanto los árabes como los judíos. Estoy de acuerdo con usted en que todos debemos aspirar a la libertad, pero ni una sola persona en la Tierra alcanzará la libertad mediante un instrumento de muerte. No hay en el mundo ninguna razón para que Adele, mi hija de tres años, deba yacer en estos momentos en la unidad de cuidados intensivos, entubada y luchando por su vida, y no hay ninguna razón, Amira, para que usted fomente eso».

Otro artículo de opinión publicado en el mismo periódico decía que «las declaraciones de Hass son la eclosión de un absceso supurante de auto-odio envuelto en hipócritas acrobacias morales. Sus ojos están ciegos al sufrimiento judío y sólo están abiertos para sus amigos de Hamas, esos campeones de los derechos humanos».

Hass declaró que sus críticos o bien no habían leído su artículo o no lo habían entendido. «Me sorprende que no lean todo el texto, y luego me sorprendo a mí misma por sorprenderme», dijo a The Observer, señalando que [en su artículo] había trazado «una clara distinción [como objetivos] entre ciudadanos y soldados o gente armada».

Los israelíes, dijo, se aferran a «un concepto de eterno victimismo que les permite mantenerse en un estado de negación con respecto a toda la violencia que se inflinge diariamente a los palestinos. No les gusta que les digan que la gente tiene derecho a resistirse a su violencia».

Amira Hass, hija de dos supervivientes del Holocausto, ha sido vilipendiada por vivir entre los palestinos y por describir en sus crónicas sus condiciones de vida bajo la ocupación. «Yo lo llamo `catástrofe rutinaria’, lo cual, por supuesto, es un oxímoron. Sin embargo, en su vida diaria todo palestino está amenazado de algún modo, como mínimo por el hecho de vivir en una permanente sensación de inseguridad».

Amira Hass vivió más de tres años en Gaza y ha establecido su base en Ramallah, la principal ciudad de Cisjordania desde donde los israelíes tienen prohibido por ley la entrada desde 1997. «Me siento privilegiada por conocer dos sociedades, pero a veces siento que todo es inútil. Llevo 20 años escribiendo sobre la ocupación y las cosas no han hecho más que empeorar».

Fuente original: http://www.guardian.co.uk/world/2013/apr/06/israeli-journalist-amira-hass