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Pedagogía

Fuentes: Escuela

En los últimos tiempos se han levantado voces contra los pedagogos y psicólogos aduciendo que son los responsables de los malos pasos de la educación en España. Si alguien cuestionase por qué un ingeniero tiene que asesorar en la resistencia de materiales de un puente, lo tomarían por ignorante o provocador. No ocurre igual cuando […]

En los últimos tiempos se han levantado voces contra los pedagogos y psicólogos aduciendo que son los responsables de los malos pasos de la educación en España. Si alguien cuestionase por qué un ingeniero tiene que asesorar en la resistencia de materiales de un puente, lo tomarían por ignorante o provocador. No ocurre igual cuando los expertos en educación aportan sus ideas.

Estos ataques a la pedagogía tienen que ver con el giro que se ha dado al concepto de educación, últimamente en textos como la LOMCE. En el origen de esta ley no existen los expertos en educación sino en economía. Manda el mundo de la empresa y sus intereses, a pesar de los cambios cosméticos realizados en su prólogo. Ya no importan valores, actitudes y procedimientos, sólo los contenidos y la evaluación de los mismos. La cuenta de resultados en el lenguaje neocom.

La pedagogía descubrió hace tiempo que la educación no era lo mismo que la instrucción. Esta última suena más a la disciplina que debe de haber en un ejército que se prepara para combatir-competir contra el enemigo. Desde hace más de cien años, el concepto de educación de la escuela moderna habla de conducir, mostrar, educar para la vida, que no es lo mismo que para el mercado. Es mucho más moderno el pasado y más rancia la ley Wert.

Ignorar a Montessori. Decroly, Freinet, Piaget, Dewey, Rogers, Vigostky y tantos otros pedagogos y psicólogos que han marcado camino con nuevas experiencias y han demostrado eficazmente su valor, es volver al pasado del yo hablo, tú escuchas y te examinas luego. Para esto no hacen falta tantas leyes y cambios. Ignorar a la comunidad científica internacional es, sencillamente, una barbaridad.

Decía Paulo Freire que sólo hay dos tipos de educación: la bancaria y la liberadora. La primera considera al alumno como un depósito en el que se van acumulando datos y contenidos propuestos por una clase dominante. La educación liberadora ayuda a descubrir, a comprender y analizar el mundo y su pasado con una visión crítica y científica, que tiene como objetivo una acción transformadora para crear un mundo más justo para todos. ¿Instruir o educar? es el debate. Ahí sí que radica la calidad y la excelencia.

Agustín Moreno es profesor de Enseñanza Secundaria en Vallecas (Madrid) y miembro de la Marea Verde

Fuente: Revista Escuela, Núm. 3.990 (1.102), 27 junio, 2013.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.