Traducido para Rebelión por Susana Merino
-¿Cuál es su impresión sobre los acontecimientos que desde hace un mes tienen lugar en Egipto?
-Me preocupan.
-¿Cree usted que estos acontecimientos han cambiado de algún modo para Egipto las perspectivas democráticas y para la primavera árabe en general?
-En mi opinión, aunque se mantengan algunos de los logros, es un revés.
-¿Cómo definiría las relaciones entre las organizaciones de inteligencia militar de los EE.UU., Israel y Egipto?
-Por lo que yo sé, no ha habido ningún cambio significativo. Los EE.UU. proporcionan una sustancial ayuda militar a Egipto, con la expectativa y la espera de obtener influencia con estas actividades. No tengo información detallada de sus relaciones en materia de inteligencia, pero son sin duda muy estrechas. No parece que los acuerdos de seguridad entre Egipto e Israel hayan cambiado de manera concreta.
-¿Cómo compararía usted las relaciones existentes entre los Hermanos Musulmanes y sus aliados de Washington?
-La administración de Obama apoyaba moderadamente el Gobierno de los Hermanos Musulmanes, que mantenían los programas neoliberales que favorecen a los EE.UU. como asimismo los acuerdos sobre seguridad en vigor, pero los Hermanos no tienen aliados sólidos en Washington.
-¿Considera que lo sucedido ha sido un golpe de Estado?
Sí.
¿Cuales son las acciones específicas que según usted pusieron en marcha Mohamed Morsi o la Hermandad que podrían justificar la intervención de los militares?
-Ha habido listas de los jefes con «acusaciones a civiles» planteadas por los partidarios del 30 de Junio, de fluctuante credibilidad. Pero no he visto nada que pudiera justificar la intervención de los militares para derrocar al Gobierno elegido, aunque las elecciones no fueran perfectas y las políticas puestas en marcha luego de las elecciones hayan sido reprensibles. Y temo que esta fe reiterada en las buenas intenciones de los militares va a resultar errónea.
Fuente: http://www.pressenza.com/fr/2013/08/noam-chomsky-sur-le-putsch-en-egypte/
rCR