«Cuando se abre una línea de investigación en cualquier materia, te das cuenta de que siempre hay gente que se pueda beneficiar de ello», espeta Julián Lebrato. Su sistema de canalización, tratamiento y saneamiento de aguas ha sido instalado en la capital nicaragüense de Managua, transformando la salubridad de toda una comunidad que caminaba entre […]
«Cuando se abre una línea de investigación en cualquier materia, te das cuenta de que siempre hay gente que se pueda beneficiar de ello», espeta Julián Lebrato. Su sistema de canalización, tratamiento y saneamiento de aguas ha sido instalado en la capital nicaragüense de Managua, transformando la salubridad de toda una comunidad que caminaba entre aguas negras. Aplicando la denominada Ingeniería de Agua Posible (IAP), este sistema propone una alternativa a coste cero para su instalación y mantenimiento siendo una propuesta respetuosa con el medio ambiente. Por consiguiente, la premisa de Lebrato se cumple; sin embargo, este principio ha tomado un criterio más transversal, consecuencia de la coyuntura económica actual. Ahora serán algunas localidades de Andalucía las que aprovechen estas tecnologías.
Investigar con pocos recursos para desarrollar una técnica sin apenas costes parece un acto de mimetismo con las condiciones por las que atraviesa el I+D. Pero nada que ver, pues se trata de una cuestión de principios de Julián Lebrato y su equipo, ya que el proyecto se inició hace ocho años en plena abundancia. «Siempre debe haber grupos que trabajen para los que necesitan técnicas de coste 0; la universidad está obligada a trabajar para 100% de los habitantes, no solo para el 15% que esté capacitado para pagar las tecnologías que cubren necesidades básicas», señala el propulsor de IAP. El proyecto ha contado y cuenta con el apoyo de la Oficina de Cooperación al Desarrollo Internacional y de la Diputación de Sevilla, a los cuales Lebrato se muestra muy agradecido: «Nos apoyaron desde el principio sin saber del éxito que esta línea de investigación podría tener. Era inimaginable que estas tecnologías tuvieran a localidades de Andalucía como destinatarias, pero ahora, tras años de apoyo se verán beneficiadas». El transcurrir de los acontecimientos invita a la reflexión, pues la llegada de las carencias ha sido el motivo por el cual se ha dirigido la mirada hacia un proyecto que es más efectivo en cuanto a la inversión, y que además incide positivamente en la preservación del medio ambiente.
Agustín Cosano, director del área de Servicios Públicos para la Sostenibilidad de la Diputación de Sevilla, y responsable del apoyo durante años a este proyecto, asegura que el acercamiento de las localidades a estas técnicas «no se condiciona por la crisis». «Se trata de principios, no se puede gastar energías como lo hacemos si podemos hacerlo de otro modo; tenemos que ir hacia una sociedad sostenible», explica Cosano, quien asegura que si antes no se había aplicado estos sistemas es porque «no había conocimiento de estas alternativas». Actualmente va todo más rodado, gracias a las experiencias de éxito: «Ahora tenemos que hablar con quienes controlan los grandes sistemas de agua como Emasesa, Aljarafesa etc. para que instalen esta tecnología no convencional en pequeños municipios, porque por un lado es rentable económicamente, y por otro es beneficioso desde el punto de vista sostenible. A veces, para que las depuradoras estén en funcionamiento, no tienen suficiente rentabilidad, así que les interesa sí o sí».
Cultura popular eficiente y sepultada
Desde el complejo educativo Blanco White se gestó el sistema de canalización autoconstruible que impide el vertido de las aguas residuales de industria y vivienda, y que aleja en su transporte a los habitantes susceptibles de contraer enfermedades por pisar estas aguas. El saneamiento consiste en una recuperación de sistemas tradicionales, que posibilita realizar el tratamiento durante el transporte del líquido elemento. Con una canalización construida con piedras, durante diferentes fases se trabaja con la oxigenación y con fosas anaerobias para degradar la materia orgánica, y de este modo optimizar aguas residuales, saladas y salobres para el uso agrario o para verter sin contaminar.
La acción de microalgas y piedras en una canalización cubierta recupera la cultura de los pueblos, la cultura popular que alberga soluciones a derechos básicos de un modo sostenible y con costes mínimos, accesible en construcción y uso de los ciudadanos. Lo que un día se entendió como progreso supuso la sepultación de estas técnicas tan naturales como efectivas, que ahora se pretenden adoptar en occidente donde gobierna sin cuartel la tubería de PVC.
En una gran alberca anaerobia de reciente construcción, Lebrato explica su levantamiento a base de neumáticos llenos de tierra, barro, paja y todo recubierto de cal, una sustancia con las que las casas de los pueblos de Andalucía se protegen del sol, pero que durante años también ha servido para protegerse de plagas bacterianas e insectos gracias a sus propiedades desinfectantes. «El mal de Chagas, que mata a tantas personas en Sudamérica en lo que se llama la ‘muerte silenciosa’, se puede reducir enormemente protegiendo las casas con cal, para impedir la vida del insecto que reproduce la enfermedad. Estamos intentando que se aplique en el norte de Argentina»; continuas referencias a una cultura popular actualmente sepultada, situación de la que la universidad tiene «bastante culpa», explica Lebrato incluyéndose.
Logrando alejar diarreas mortales en una comunidad en Managua -desde donde se solicita ahora la ampliación del sistema- en Andalucía se pretende subsanar otra problemática. Cuando las arcas estaban llenas, y con la ayuda de fondos europeos, se instalaron en todo el territorio nacional sofisticadas depuradoras y sistemas de canalización que suponen un alto coste de mantenimiento. No se escatimó en costes impulsando sistemas más baratos, o estudiando el terreno para ahorrar en la instalación de bombas a través del aprovechamiento de las pendientes del paisaje. Esto ha supuesto que el funcionamiento de las depuradoras sea inviable económicamente, por lo que multitud de ellas estén actualmente apagadas.
Sin dejar de ser preocupante, esta situación no es un drama para las poblaciones afectadas, pues el apagado de las depuradoras es uno de los recortes comunes para los ayuntamientos de pequeñas localidades y sus empresas gestoras; interesa que el agua que sale de los grifos sea potable, pero lo que sale por desagües y acaba en el río importa menos. Ahora, las investigaciones de IAP presentan una solución eficiente y que puede «marcar un punto de inflexión» en las estrategias y políticas del agua: «Hemos aplicado nuestra tecnología en Nicaragua, y aquello desde España no se ve. Cuando se aplique aquí en Andalucía será mucho más visible», explica Julián Lebrato.
Actualmente el equipo de IAP continúa investigando técnicas para perfeccionar y acoplar nuevos procedimientos de depuración a los sistemas desarrollados. Utilizando como materia prima el agua residual de la residencia universitaria Blanco White con la que comparten espacio, estudiantes del Máster de Ingeniería del Agua desarrollan diversas líneas de investigación con los mismos valores y estrategias de coste cero y utilización de las habilidades naturales. De este modo, el sistema matriz de depuración instalado en el complejo está abierto a incorporaciones de técnicas novedosas que mejoren el proceso, teniendo como fin experimental la creación de un huerto que pueda ofrecer productos aptos para el consumo. Actualmente el uso agrario tras la depuración de las aguas negras es viable, pero el objetivo primordial es lograr un nivel de limpieza que permita cultivar plantas de las cuales el hombre se alimenta directamente de su hoja, como por ejemplo la lechuga o el perejil.
Iniciativas tecnológicas que ambicionan sistemas de coste 0, que se fugan de lo convencional para recuperar eficiencias milenarias y que acaban por demostrar que la diferencia entre Norte y Sur reside ocasionalmente en la calma a la hora de ejecutar un derroche. La Ingeniería de Agua Posible vuelca la idea de progreso, toma como innovación la vuelta atrás y la recuperación de lo tradicional. Es una muy grata noticia la simbiosis propulsada por Julián Lebrato y completada por las instituciones públicas colaboradoras, de la cual se obtiene un desenlace presentado a modo de servicio alternativo, eficiente y barato a Andalucía y al mundo.
Nicolás López Torres. Oficina de Cooperación al Desarrollo la Universidad de Sevilla
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