Traducido para Rebelión por J. M.
Benny Gantz será juzgado por las acciones del ejército que dirige y este ejército mata y mata, cometiendo crímenes de guerra lentamente, sin obstáculos.
El Jefe de Estado Mayor Benny Gantz tiene una imagen de hombre agradable, pero en última instancia será juzgado por el comportamiento del ejército que dirige. Foto AFP
El ejército israelí fue un poco negligente esta semana en el cumplimiento de su deber: mató al palestino equivocado.
En lugar de matar a cualquier palestino, al tipo que grita «Alá es grande», que tal vez empuja, que quizá manifiesta su rabia, que acaso enarbola una barra de hierro, lanza una piedra o empuña un cuchillo, actos que hacen que matarlos sea kosher (legítimo, N. de T.) para que el ejército lleve a cabo una ejecución automática, los soldados mataron, sin duda por error, a un juez jordano. Si no hubiera sido un juez nadie acusaría su asesinato.
Pero Raed Zueter era juez. Y no en cualquier parte, sino en Jordania. Por lo tanto el asunto se convirtió en un desastre diplomático, incluyendo una investigación y una expresión de condolencia del primer ministro al «pueblo de Jordania», ya que Zaeter no era un palestino de Nablús. Por eso se recomienda instituir a partir de ahora un nuevo procedimiento para los soldados: la identificación de los asesinatos inútiles.
Pero unas horas después llegó la corrección, cuando soldados del ejército israelí mataron a los palestinos correctos. El ejército invadió una sección de la Franja de Gaza para eliminar el crecimiento excesivo que podía ocultar escondites de atacantes y esos asesinatos, por supuesto, están permitidos. Una fuerza de la Yihad Islámica abrió fuego contra los bulldozers invasores. Resultado : tres palestinos muertos (con razón). En un lugar donde la pena de muerte aguarda a cualquier mujer con problemas mentales, al recogedor de chatarra de hierro o al que demuestra que se atreve a acercarse a la valla, el ejército israelí puede hacerle cualquier cosa.
El ejército israelí también puede acorralar a una persona buscada bajo los escombros de su casa y liquidarla con una balacera, como ocurrió hace dos semanas en Bir Zeit. También puede tender una emboscada a los que tiran piedras y matarlos con fuego vivo, como ocurrió esta semana en el pueblo de Bitin, en el que Saji Darwish, que lanzó piedras contra el asentamiento de Beit El, fue asesinado. Y lo mismo les sucedió a otros cuatro lanzadores de piedras en los últimos meses.
En la dirección de esta tarea está el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz. Hace mucho que no teníamos un jefe de personal tan bueno. Humilde, con una expresión facial agradable, el rostro amable del ejército israelí, todo el mundo le alaba y habla de su integridad. Un hombre como Gantz no tropieza en escándalos como el caso Harpaz. Lo feliz que estaba yo cuando le nombraron para el cargo en lugar del general Yoav Galant, comandante de la Operación Plomo Fundido, cuando disparó fósforo blanco y llevó a cabo los asesinatos selectivos, y que nuevamente la semana pasada intervino con su cruel orgullo, como él mismo dijo, «matando a 800 terroristas y «una victoria de 1 a 100» en esa operación criminal.
Puede que no se jacte de eso, pero el decente y agradable Gantz, la última palabra en la industria de teflón, es el comandante del ejército que ha matado en los últimos meses con insufrible facilidad. Gota a gota, como la tortura china del agua, el ejército -Dios no lo quiera- no ha cometido ninguna masacre, pero no ha pasado una semana sin matar por lo menos a una o dos personas, a veces tres o cuatro. Aquí un niño, allí un juez.
Nadie detiene este reguero de muerte. Los medios de comunicación apenas informan al respecto y sin duda tampoco investigan las razones reales. Los políticos están realmente satisfechos y el público bosteza de aburrimiento.
Sólo Gantz puede acabar con este reguero de muerte. Y no lo está haciendo. No hay investigaciones. No hace falta decir que nadie va a juicio. Tampoco oímos ninguna declaración del jefe del ejército de detener el fuego. ¿ En qué queda un asesinato en Bir Zeit o en una emboscada en Bitin? En n ada.
A finales de la semana pasada Gantz todavía estaba llevando a cabo el festival de pillaje y saque con el barco y ahora está en las celebraciones nauseabundas de los «Amigos de las FDI», evento que se celebra en Estados Unidos. Hace dos semanas, un veterano discapacitado del ejército israelí fue enviado a un evento similar en Miami Beach para exponer sus muñones y lo aplaudió una sollozante audiencia. A lo s judíos y a los antiguos israelíes les encanta. También les encanta Gantz, igual que a la mayoría de los israelíes les encanta este hombre decente.
Pero la verdadera decencia del jefe del ejército no se juzgar por su forma de vida o por lo bonito que es. Como todos los jefes que desempeñan ese papel, será juzgado por las acciones del ejército que dirige, si no es ahora, llegará el día. Y este ejército mata y mata, cometiendo crímenes de guerra lentamente y sin obstáculos.