Traducido por Carlos Riba García
Mientras escribimos esta declaración, 25 días después [al 31 de julio de 2024] de la brutal incursión contra Gaza, más de 1.400 personas inocentes, entre civiles, hombre, mujeres y niños, han sido masacradas por la maquinaria de guerra israelí y muchas más están amenazadas de muerte. El llamado a la violación de la mujeres palestinas hecho por el presunto «profesor de Literatura Árabe de la Universidad de Bar-Illan» nos enseña que los «académicos» y las «instituciones académicas» israelíes son parte integral del proyecto colonial sionista. La ministra de Economía de Israel, una mujer, también aboga por el asesinato de todas las mujeres palestinas. Lo mismo hacen un portavoz del parlamento, que llama al asesinato indiscriminado, y un rabino, que llama al asesinato en masa de palestinos y a quitarles a todos ellos el prepucio para llevarlo como trofeo. A eso se suman las innumerables referencias a violaciones en carteles e imágenes (mujeres cubiertas desde la cabeza pero mostrándose indecentemente de la cintura para abajo, con provocativas leyendas al pie) en sus barrios que promueven cuando menos una cultura de la violación y la misoginia.
Preconizar abiertamente «la violación de las mujeres palestinas» y hacer alusiones a la violación es vil y siniestro, pero está en línea del papel fundamental que las «instituciones académicas» sionistas vienen desempeñando en el proyecto colonial sionista desde incluso antes de la Nakba palestina de 1948. La «Universidad Hebrea» ha tenido un papel fundamental en la planificación y ejecución del infame plan criminal de limpieza étnica, el Plan D (plan Dalef). Sus «eruditos» estuvieron representados en el comité de 12 integrantes formado por el líder sionista David Ben Gurion para planificar y supervisar la realización del Plan desde su primer esbozo hasta su finalización (desde el Plan A al Plan D). Ellos fueron quienes dibujaron el mapa del esquema de limpieza étnica que aún se continúa utilizando hasta hoy en día. En algo que no tiene precedentes, incluso sindicatos de trabajadores y movimientos estudiantiles siguieron la ideología sionista hegemónica. Por lo tanto:
Nosotros, en el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad de Birzeit, nos dirigimos a todos los estudiosos del mundo, a todas las organizaciones de mujeres y a todas las personas que luchan por la libertad para pedirles que se posicionen claramente contra esta política racial de continuos crímenes de guerra, actos genocidas y cruel cultura de la violación. Que se alcen contra el colonialismo de ocupación una de cuyas manifestaciones es la despreciable visión colonial sexista. Que estén junto a resistencia a la ocupación sumándose a Boicot, Desinversión y Sanciones y Sanciones (BDS) a esas «instituciones académicas» como una forma de mostrar su solidaridad con la causa palestina ante unos niveles cada vez mayores de incomprensible violencia. Llamamos a todos a:
1. Boicotear a todas las «instituciones académicas» por muchas de razones, entre las cuales no es la menor la inherente violencia sexista y racista que refleja el esquema sionista como un todo.
2. Apoyar la cultura de la resistencia a todas las formas de normalización, especialmente la cultural.
3. Denunciar a los «académicos» sionistas que difunden graves comentarios sexistas y racistas, y una visión orientalista de los palestinos ya que sus palabras predican el odio y la violencia.
4. Condenar a las «instituciones académicas» sionistas que han promovido claramente este genocidio colonial al aceptar y apoyar la opiniones sexistas de sus «académicos» y defender su beligerante racismo y, en lo esencial, defender y alentar la violencia.
5. Sacar a la luz y denunciar el papel de consejero que tienen los «académicos» sionistas en las prácticas más inmorales cometidas contra el pueblo palestino.
6. Refutar el colonialismo con argumentos anticolonialistas, ya que el punto de vista colonial y el sexismo no son sino manifestaciones del colonialismo.
31 de julio de 2014