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La ONU, el centrifugado de conciencia de líderes como Obama

Fuentes: Rebelión

La reunión de la Asamblea General de la ONU que se destaca anualmente en el mes de septiembre es el principal confesionario de la hipocresía de los líderes internacionales que buscan de manera agigantada centrifugar su magullada conciencia para coincidirla con sus elegantes ropajes que esconden el gran daño que producen sus actitudes anti-populares a […]

La reunión de la Asamblea General de la ONU que se destaca anualmente en el mes de septiembre es el principal confesionario de la hipocresía de los líderes internacionales que buscan de manera agigantada centrifugar su magullada conciencia para coincidirla con sus elegantes ropajes que esconden el gran daño que producen sus actitudes anti-populares a los pueblos sometidos. El enorme potencial de destrucción lo disfrazan de ‘seguridad’ como generalmente lo utiliza la potencia ocupante israelí para masacrar al sometido pueblo palestino o el propio Estados Unidos en su sagrada política ‘antiterrorista’ con el efecto perverso de bombardear a Siria e Irak.

El fruto de la necesaria e intangible Al-Qaida sirvió como esencial justificativo para demoler Irak en 1991 y en 2003, llevarse la cabeza de su legitimo presidente Saddam Hussein y potenciar el exordio que encendió la falaz ‘Primavera Árabe’, aprovechándose del hartazgo popular contra sus líderes antidemocráticos para someterlos en un espiral de violencia que convirtió en cenizas la vida de centenares de miles de árabes sirios, libios, egipcios e iraquíes sembrando el necesario enfrentamiento interno para distorsionar los legítimos reclamos populares y justificar la mercenaria bota extranjera en los intereses nacionales de cada pueblo.

El descarte de la servil Al-Qaida, con la programada perdida o ausencia de su líder Osama Bin Laden, fue reemplazada por el movimiento Estado Islámico-EI, una organización más visible físicamente y más claramente difamatoria del Islam que permita a la principal potencia nuclear de Estados Unidos hacer gala de su ética antiterrorista y determinar bombardear con sus aviones de guerra a los civiles sirios e iraquíes, mientras la caballeriza de los ‘califas’ del EI los masacran por tierra utilizando una fortaleza bélica que solo puede ser brindadas por Israel, Estados Unidos y Rusia, esta última, una potencia que le conviene mantenerse en el anonimato por su estrategia de doble función en la región.

En su discurso en la AG-ONU del pasado miércoles (24/9), el presidente de EEUU, Barack Hussein Obama, utilizó el confesionario para enjuagar sus justificativos de bombardear Siria, ir por Irak  y despolvar su Nobel de Paz para utilizarlo en la tan vapuleada internacionalmente situación palestina, exteriorizando: «Seamos claros: el statu quo de la Ribera Occidental y Gaza no es sostenible. No podemos permitirnos el alejarnos de este esfuerzo (de paz), cuando se disparan cohetes contra israelíes inocentes o se arrebatan en Gaza las vidas de tantos niños palestinos inocentes». Su referencia refleja la criminal invasión israelí ‘Borde Protector’ contra Gaza, sin embargo, su actitud lo situó en el  mismo escenario de igualar a las víctimas palestinas con el verdugo ocupante a quien financió con armas y dólares en plena invasión, omitiendo condenar y llamar a juzgar a los líderes del terrorismo de Estado israelí encabezado por el premier Benjamín Netanyahu y su gobierno de guerra por crímenes de lesa humanidad. Además, de justificar indebidamente a sus aliados, diciendo: «la violencia que engulle a la región con sangrientos conflictos en Irak y Siria ha hecho que muchos israelíes estén dispuestos a abandonar el duro trabajo de la paz».

Agregando decibelios a sus palabras, sostuvo: «Mientras yo sea presidente, nos mantendremos firmes en el principio de que israelíes, palestinos, la región y el mundo serán más justos con dos Estados que vivan lado a lado, en paz y seguridad». Un párrafo algo confuso con su propio animo interno ya que él fue y sigue siendo el principal opositor al reconocimiento del Estado Palestino con su ‘veto’ en el Consejo de Seguridad.

Durante la solemne Asamblea los jefes de estados seguirán inculpando a los otros de los grandes males que azotan a sus pueblos, sus economías y los cambios climáticos en un contexto cada vez más inoperante de la ONU que permite a los más poderosos reafirmar su fuerza colonial y los otros navegar en el caos de la ingobernabilidad y las impericias propias. En tanto, en desigual equilibrio, Netanyahu, con destacada soberbia exhibirá lo anticipado el pasado miércoles (25/9) al progubernamental periódico ‘Israel Hayom’: «Las conversaciones a reanudarse a fines de octubre en El Cairo con los palestinos son negociaciones de seguridad y no negociaciones de paz», mientras, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, (mandato cumplido en 2009), ausente de la real crisis de su pueblo volverá a mendigar una pequeña porción de la tierra palestina robada hace 66 años.

Suhail Hani Daher Akel fue el Primer Embajador del Estado de Palestina en la Argentina; fue el Primer Representante de la OLP en la Argentina; analista Internacional sobre la situación de Palestina.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.