Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Gaza se ha convertido de nuevo en una prisión al aire libre después de que Israel decidiera cerrar los dos cruces fronterizos con la Franja tras caer un cohete sobre su territorio, lanzado al parecer desde el enclave fronterizo.
El bloqueo israelí se produce una semana después de que Egipto cerrara sus fronteras con Gaza. Con todas las fronteras cerradas, más de un millón y medio de personas en Gaza se hallan una vez más aisladas del mundo exterior, prisioneras dentro de los 360 kilómetros cuadrados que componen la Franja costera.
«Los pasos fronterizos para personas y bienes, Erez y Kerem Shalom, están cerrados hasta nuevo aviso excepto para la ayuda humanitaria», según manifestó una portavoz israelí, que explicó que la medida se había adoptado después de que un cohete disparado desde Gaza alcanzara el pasado viernes el territorio palestino ocupado por Israel, aunque sin causar víctimas ni daños.
Ninguna facción armada de Gaza ha reivindicado el lanzamiento. La portavoz del ejército dijo que sus fuerzas estaban aún buscando los restos.
El alto funcionario de Hamas Musa Abu Marsuq condenó a primera hora del sábado la decisión israelí de cerrar los cruces hacia Gaza, diciendo que se trataba de un «castigo colectivo».
«Las justificaciones ofrecidas por la ocupación israelí para cerrar los cruces son inaceptables», decía Abu Marsuq en un comunicado, añadiendo que la decisión de Israel violaba las leyes y convenios internacionales.
«En vez de cerrar los cruces, Israel debería haber establecido más pasos fronterizos para permitir una mayor libertad de movimiento para personas y bienes que entran y salen de Gaza.»
El cohete que cayó el viernes sin causar daños fue el primero en alcanzar el territorio ocupado israelí desde el 16 de septiembre, y el segundo desde que acabó el devastador ataque de 51 días de duración del Estado sionista contra Gaza el pasado verano, durante los que estuvo machacando salvajemente la Franja, con el manifestado objetivo de poner fin al lanzamiento de cohetes desde el enclave costero.
Más de 2.160 gazatíes, al menos 505 de ellos niños, murieron asesinados -más 11.000 heridos- durante las siete semanas de implacables ataques israelíes en julio y agosto.
La ofensiva israelí acabó el 26 de agosto con un alto el fuego que contó con la intermediación de Egipto.
El acuerdo de alto el fuego estipulaba el fin de las hostilidades, e Israel parecía estar de acuerdo en suavizar su devastador bloqueo de ocho años sobre la Franja y ampliar la zona pesquera palestina frente a las costas de Gaza.
Sin embargo, los palestinos han venido acusando a las fuerzas israelíes de violaciones regulares del alto el fuego, con incidentes casi diarios en los que los soldados de la marina israelí disparaban a los pescadores que echaban sus redes frente a la costa, con informes ocasionales de tropas israelíes disparando e hiriendo a palestinos cerca de la frontera.
El responsable del sindicato de pescadores de Gaza acusó a Israel de violar constantemente los términos del acuerdo.
«Desde que se firmó la tregua, el ejército israelí ha violado (el acuerdo) en ocho ocasiones, arrestando a los pescadores y destruyendo una barca gigante de pesca, además de disparar contra ellos todos los días», dijo.
El pasado miércoles, las fuerzas israelíes dispararon e hirieron a un palestino que se encontraba en la playa en el norte de la Franja de Gaza.
Además, Gaza está también contaminada con un gran número de proyectiles de la última guerra israelí que no han explotado; uno de esos artefactos mató recientemente a un niño de cuatro años, Mohammad Sami Abu-Jrad, en la norteña ciudad gazatí de Beit Hanun.
Israel también estaba conforme con permitir la entrada en Gaza de material de construcción. Pero dos meses después de acabar la guerra, no ha entrado aún allí material alguno debido al ininterrumpido bloqueo israelí.
Israel prohíbe rutinariamente la entrada de materiales de construcción en el asediado enclave costero aduciendo que Hamas, la facción de la resistencia palestina, podría utilizarlos para construir túneles subterráneos o fortificaciones.
Durante años, la Franja de Gaza ha dependido de los materiales de construcción que entraban de contrabando en el territorio a través de la red de túneles que la unían con la Península del Sinaí en Egipto.
Sin embargo, el ejercito egipcio ha estado destruyendo y neutralizando eficazmente cientos de túneles, lo que ha afectado gravemente al sector de la construcción de Gaza.
Egipto elimina los únicos salvavidas de Gaza
El miércoles, Egipto empezó a establecer una zona tampón a lo largo de su frontera con la Franja de Gaza, en función de la cual se propone demoler 800 hogares.
Estos hechos se producen tras la explosión de un coche-bomba que mató a 30 soldados egipcios la pasada semana en el Sinaí, el ataque más mortífero contra el ejército desde que se produjo el derrocamiento del anterior presidente egipcio Mohammed Mursi.
Tras el atentado, Egipto cerró de inmediato el cruce de Rafah con la Franja de Gaza, la principal conexión entre los 1,7 millones de personas de Gaza y el mundo exterior.
En agosto pasado, las autoridades egipcias utilizaron como pretexto un ataque contra el ejército egipcio en el Sinaí para empezar una devastadora campaña a fin de destruir los salvavidas con que aún contaba Gaza, dinamitando o inundando más de 120 túneles.
Además de ser la única vía para que algunos productos puedan entrar para los 1,7 millones de palestinos que viven en la Franja, los túneles de Gaza se han convertido en una importante fuente de ingresos para quienes transportan los productos.
Desde comienzos de 2014 hasta finales de mayo, el cruce de Rafah ha estado abierto tan sólo 14 de 120 días, limitándose el acceso a casos humanitarios y a viajeros autorizados, incluidos nacionales extranjeros y portadores de visado.
Gaza desprovista de todo
Abu Marsuq criticó también a la Autoridad Palestina por lo que tildó de fracaso a la hora de conseguir que entraran productos en Gaza.
¿Qué hace la AP respecto al cierre israelí? ¿Y dónde quedan sus responsabilidades, especialmente después de que los empleados de la AP hayan reanudado su trabajo en los cruces de Gaza?
Con todos los cruces cerrados, los suministros de agua y alimentos son cada vez más escasos en la asediada Franja.
El domingo, la embajada palestina en Caracas difundió un comunicado informando que Venezuela iba a enviar diez toneladas de ayuda humanitaria y equipamiento médico a la arrasada Franja de Gaza.
Un avión llevará el domingo la ayuda desde Caracas al aeropuerto de Ammán, y el mismo avión recogerá a 100 estudiantes palestinos a quienes se ha concedido becas para que estudien en Venezuela, se decía el comunicado.
La pasada semana, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que su país concederá mil becas a los estudiantes palestinos para que cursen estudios en las universidades venezolanas.
Linda Subih, la embajadora de Palestina en Venezuela, dijo que ella y 31 jóvenes venezolanos, hombres y mujeres, acompañarían la ayuda a Ammán, para después hacerla llegar hasta Gaza.
Mientras tanto, las compañías de Gaza que se dedicaban a suministrar alimentos para las comidas del hospital de Al-Shifa han dejado de hacerlo en protesta por no haberles pagado desde hace cinco meses, según declaraciones del pasado sábado de un responsable del hospital.
Nasr Altamar, el director general del hospital de al-Shifa en Ciudad de Gaza, dijo a la agencia de noticias Ma’an que la medida era muy peligrosa porque impacta tanto sobre los pacientes como sobre el personal médico.
El hospital debe unos 800.000 shekels (aproximadamente 211.000 dólares) a las compañías encargadas de los suministros de alimentos.
El hospital Al-Shifa sirve unas 1.500 comidas al día, y esta cifra tuvo que duplicarse durante la ofensiva israelí contra Gaza de los pasados julio y agosto.