Un sector del feminismo se opuso públicamente al proyecto de reglamentación de la prostitución en la ciudad de Buenos Aires. El proyecto fue presentado en septiembre por la legisladora María Rachid. Sostienen que no es un trabajo
Convencidas de que las violencias no tienen jerarquías y que todas deben visibilizarse con urgencia, las mujeres de la Campaña Abolicionista Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución decidieron expresarse contra la prostitución. Por ese motivo, acompañaron a la Asociación de Mujeres Argentinas por los DD.HH. (Amadh), que entregó un documento de oposición a un proyecto de reglamentación de la prostitución en la ciudad de Buenos Aires hecho público en septiembre. «Desde nuestra experiencia decimos: la prostitución no es un trabajo», comienza el documento que fue presentado en los despachos de las y los legisladores porteños. Y mientras algunas compañeras volanteaban en las esquinas cercanas a la Legislatura, otras entregaban a las y los legisladores porteños un documento de oposición al proyecto presentado por la legisladora María Rachid en septiembre, que busca reglamentar la prostitución en la Ciudad y regular el funcionamiento de prostíbulos, bajo las figuras de «trabajo sexual autónomo», «cooperativas de trabajo sexual» y «establecimientos que presten servicios sexuales» (ver aparte).
Las consignas elegidas no son nuevas, pero no han perdido vigencia porque a lo que apuntan es al núcleo de un sistema tan ancestral como el patriarcado. Algunas de ellas: reglamentar la prostitución es legitimar la violencia y la desigualdad; la prostitución es fruto de la desigualdad de género y de la pobreza estructural de las mujeres; es una forma de violencia sexual contra todas las mujeres que nos pone al servicio del placer y el poder masculinos; reglamentar la prostitución es legitimar los actos de violencia y cosificación realizados por proxenetas, tratantes, funcionarios cómplices y prostituyentes («clientes»); son estos últimos los que compran cuerpos de mujeres y niñas para prostituirlas; las mujeres no somos mercancía; por la restitución de derechos a todas las personas prostituidas; por una vida libre de violencia, sin prostitución ni trata.
Frente a Perú 130, Argentina Ascona, tesorera de AMADH, dijo que «la prostitución es la peor violencia que puede haber hacia el cuerpo de las mujeres». Hace 20 años que tiene contacto con otras mujeres organizadas para salir de la prostitución. Hace 13 que está «fija», como dice, en Amadh, «aprendiendo nuestros derechos». Así «nos damos cuenta de que podemos buscar otras alternativas. Cuesta salir del círculo de la prostitución. Pero cuando nos hace el click, decimos ‘qué estoy haciendo acá’ y buscamos alternativas». Pero el click no llega solo, por eso valora el acompañamiento que da la organización. «Nosotras ya no estamos en la esquina, acompañamos a las mujeres que están para que salgan», dijo. El documento que presentaron interpela a quienes legislan en la Ciudad, ya que mientras «continúan alimentando la discusión sobre cómo quieren nombrarse las mujeres (mujeres en situación de prostitución, trabajadoras sexuales, prostitutas, etcétera) -dice-, no cumplen su deber público de dar respuestas concretas que garanticen nuestros derechos y de controlar que no se persiga a ninguna persona que está en prostitución, independientemente de cómo se defina».
También pide políticas públicas integrales para el sector. Se preguntan las integrantes de Amadh: «¿Ustedes creen y nos quieren hacer creer a nosotras que con una ley que reglamente el ‘trabajo sexual’ se va a terminar con la corrupción y el abuso de poder que opera y lucra alrededor de la prostitución?». Además cuestionan que se pretenda «modificar nuestra legislación actual basada en los derechos humanos sólo porque un grupo de mujeres que dice elegir la prostitución de manera voluntaria, quiere que nos convirtamos en un país y en una ciudad reglamentarista». Se refieren a ellas como «un sector de las personas afectadas pero con los recursos suficientes» para «elevar su voz por sobre las demás voces. ¿Cómo se determinan las problemáticas sociales? ¿En función de urgencias y derechos humanos vulnerados o en función de la capacidad de lobby?».
Esta acción se suma a la iniciada el 14 de noviembre por la Campaña Abolicionista, con la adhesión de un importante grupo de agrupaciones y personalidades, con la entrega de otro documento que sostiene la inconstitucionalidad de la legalización de la prostitución en nuestro país. «Iniciativas de este tipo son contrarias al imperativo constitucional de propender a la igualdad entre varones y mujeres, del que forma parte el abolicionismo jurídico sostenido por nuestro país en relación con las instituciones de la prostitución y la trata de personas», dice el documento. Marta Fontenla, abogada de Atem 25 de noviembre e integrante de la campaña, también presente en la actividad de ayer, mostró su preocupación por lo que considera una «campaña por la reglamentación». «No se trata de un proyecto aislado. Si no afrontamos esta campaña, nos encontraremos con que se están ganando la opinión pública e incluso las opiniones de distintas expresiones políticas. Por ello salimos a pronunciarnos con un documento que es largo, no por imposibilidad de escribir más corto sino por la necesidad de rebatir cada uno de los argumentos de los proyectos en danza», dijo.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-261168-2014-12-03.html